Las plagas por picudo y paysandisia se triplican en ocho años en el Palmeral

Más de 1.200 ejemplares están afectados y la mitad acaban destruidos

La temida mariposa hace ya el doble de daño que el coleóptero rojo

Un palmerero realiza la poda de un ejemplar en uno de los huertos históricos.   | ÁXEL ÁLVAREZ

Un palmerero realiza la poda de un ejemplar en uno de los huertos históricos. | ÁXEL ÁLVAREZ / Áxel Álvarez

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

El picudo rojo y, sobre todo la paysandisia, están dejando un gran rastro desagradable en los huertos de palmeras de Elche hasta el punto de que las plagas de ambos insectos han triplicado su volumen en los últimos ocho años. Sólo a lo largo de 2023 han tenido que ser intervenidas 1.245 palmeras enfermas en los huertos públicos en el perímetro protegido por la ley del Palmeral.

De todas ellas han podido salvarse la mitad, ya que unas 600 tuvieron que triturarse. Así lo confirman colectivos que asistieron a la última sesión del patronato del Palmeral, que se celebró hace unos días después de meses sin reunirse. En esta reunión la empresa Baobab, contratada por el Ayuntamiento para realizar control de los tratamientos fitosanitarios, hizo un balance de los últimos registros.

Si bien la cifra no concuerda con las que maneja Tragsa, responsable de la localización y eliminación de palmeras infectadas que elevó a 3.500 los ejemplares intervenidos. En este sentido, colectivos como Volem Palmerar aclaran que el criterio de conteo es diferente ya que esta última empresa incluye tanto a las palmeras como los hijuelos.

Si bien, es revelador que el pasado año la cifra de plantas afectadas triplicase a la de 2016 y 2017, cuando las detecciones fueron en un millar de palmeras. El pico llegó en 2020, en plena pandemia de coronavirus, cuando llegaron a notificarse 4.000 ejemplares dañados, que hacen referencia principalmente a palmeras en el núcleo urbano y no a las diseminadas en el Camp d’Elx que mayoritariamente son de titularidad privada.

Balance

De los ejemplares tratados últimamente trasciende que la temida mariposa dañó 875 palmeras el pasado ejercicio mientras que el coleóptero reconocido por su color rojo incidió en 472 ejemplares, lo que apunta a que la paysandisia, procedente de Sudamérica, ataca al doble de plantas y desde 2019 viene cogiendo fuerza por la rapidez que tiene para reproducirse.

Susi Gómez, presidenta de Volem Palmeral, propone soluciones agronómicas a este problema que, si bien no reviste la gravedad de hace unos años, daña continuamente al Palmeral. Destaca que debería incidirse en la limpieza de palmeras y que se eliminen los hijuelos «que son la puerta privilegiada del picudo y de la paysandisia porque allí las larvas evolucionan mejor».

En la reunión se pusieron encima de la mesa varios planteamientos para garantizar una respuesta a tiempo. Por un lado se estudia la puesta en marcha del vivero fitosanitario de explotación municipal, ubicado junto al lado del Pont del Bimil.lenari, que lleva años cerrado. El espacio serviría para preservar las especies más pequeñas que se crían en viveros hasta que tengan la altura necesaria para trasplantarse, un aspecto que facilitaría el crecimiento de las palmeras sin que mueran a una edad temprana.

Criterios comunes

En otro orden de cosas, Gómez reivindica que se aúnen criterios en las ciudades con alto nivel de palmeras como Elche, Orihuela, Murcia y Alicante para disponer de tratamientos biológicos y químicos eficaces para ponerle coto a ambas especies ya que la preocupación es que, en el caso de la paysandisia, sólo está autorizado un insecticida que se puede utilizar una vez a año lo que complica el blindaje de la palmera. En este sentido, la experta del Palmeral indica que sería conveniente alternar diferentes tratamientos para evitar que se cree resistencia.

Fumigación de palmeras en Elche para evitar plagas.  | ANTONIO AMORÓS

Fumigación de palmeras en Elche para evitar plagas. | ANTONIO AMORÓS / j.r.esquinas

De igual modo, sostienen desde el colectivo que tampoco se están empleando trampas contra el picudo por normativas antiguas que lo impedían, refieren, lo que tampoco ayuda a controlar la población de este insecto.

En la junta del patronato también se abordó la posibilidad de solicitar a las administraciones competentes que se autoricen nuevas fórmulas. En este punto Volem Palmeral propuso que el Centro de Experimentación Agraria, gestionado por la Generalitat, investigue nuevos remedios, aunque no se descarta que a nivel local se pida ayuda a organismos como Indra para trabajar en el desarrollo de parásitos como solución.

Paqui Serrano, productora de dátil, sostiene que la situación no se revertirá hasta que se motive un criterio unificado. Según la ilicitana hay instabilidad para que los agricultores tengan armas suficientes para enfrentar las plagas y critica que la administración está continuamente cambiando tratamientos autorizados, «con lo que cuando tenemos un producto que funciona al año que viene nos lo quitan por temas burocráticos o de laboratorio y esa es la lucha».

Más control de huertos

La profesional es consciente de que no se trata de unos productos fitosanitarios diseñados para un uso extenso en todo el país, ya que los terrenos de palmeras están limitados a pocos municipios, por lo que la salida que les queda es acentuar el control diario en los huertos y más sobre las palmeras datileras en las que se tiene que ajustar más el tratamiento cuando afloran los dátiles.

Serrano alerta sobre el devenir del Palmeral: «como no pongamos medidas drásticas nos quedamos sin él». Y se refiere en este sentido a que la administración debe implicarse más con recursos y control. Una de las mayores amenazas las encuentran los productores en que tienen alrededor huertos abandonados donde proliferan las plagas, por lo que es una pescadilla que se muerde la cola que empieza con que el agricultor no encuentra rentabilidad en el campo, abandona las palmeras, los solares acaban descuidados y se convierten en el mejor escenario para las larvas.

Peligros

Entonces ocurre que quienes se esfuerzan por salvar sus tierras tienen que lidiar con los peligros que se van alimentando alrededor porque los huertos que quedan fuera del perímetro de protección del Palmeral no están obligados a aplicar tratamientos para cuidar de las palmeras.

Pascual Urbán, representante de la cooperativa Datelx comparte también este pensamiento y achaca la subida de casos de ejemplares afectados a que no existe una estrategia nacional o internacional que se comprometa a erradicarlas y que los tratamientos son cada vez menos efectivos porque reducen la toxicidad para el humano. Carga contra la administración por no ayudar en los tratamientos, ya que tampoco está disponible el cheque verde, con lo que, ante la falta de incentivos, hay quienes cada día más optan por abandonar cultivos,e incluso se da el caso de agricultores, narra, que se alegran de que a su palmera le entre el picudo «porque se deshacen de ella». Su estimación es que las plagas están atacando al 10% de los ejemplares y los huertos se libran de que las palmeras «son muy duras» y se va renovando la población porque nacen de los huesos de dátiles.

Urbán recuerda que hace más de una década, cuando empezó la epidemia de picudo, tenía en Carrizales unas 6.000 palmeras a lo largo de 30.000 metros cuadrados y entonces le afectó un tercio. Narra que en la actualidad en las fincas que tiene ha tenido que arrancar en una semana hasta 72.

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