El doble asesinato del empresario fundador de Bermármol, Francisco Beresaluze, y su esposa en su chalet de Novelda cumple un año sin que aparezcan indicios suficientes que lleven a su resolución.

La Brigada de Homicidios de la Guardia Civil de la Comandancia de Alicante, que se hace cargo del caso, mantiene abiertas todas las hipótesis posibles y la investigación de los hechos ha sido calificada de "peculiar" por sus propios responsables, que no han conseguido descartar a ningún sospechoso ni ningún móvil, aunque al principio se dio casi por seguro que se trataba de un asalto que acabó de la manera más trágica posible, a tenor de la violencia con la que falleció el matrimonio. La hipótesis del robo, como cualquier otra, sigue en pie, aunque el escenario en el que se produjo el crimen fue, con toda probabilidad, simulado, según se dedujo de la investigación en los meses posteriores al suceso.

Pese a que el caso sigue bajo secreto sumarial, fuentes de la Guardia Civil han asegurado esta misma semana que las pesquisas realizadas hasta el momento revelan detalles demasiado peculiares, lo que dificulta la resolución. Un dato: en todo este periodo no se ha practicado ninguna detención.

Extrema violencia

El crimen se produjo en la medianoche del martes 13 de abril de 2010, en la finca en la que residía el matrimonio, situada en el paraje La Serreta, a unos dos kilómetros del casco urbano de Novelda.

No fue hasta la mañana siguiente que una empleada del hogar encontró los cadáveres, cuando se disponía a iniciar su jornada laboral poco después de las ocho de la mañana. El cuerpo sin vida de Francisco Beresaluze Galbis, de 77 años de edad, se encontraba en el salón en medio de un gran charco de sangre. Estaba tendido en el suelo y recostado lateralmente. El cadáver de su esposa Susanne Brensing Hall, de origen alemán y 70 años de edad, se encontró tirado boca abajo en las escaleras por las que se baja al salón desde las la planta superior. La casa estaba revuelta, reforzando la hipótesis del robo, y se encontró forzada una de las dos cajas fuertes que había en la vivienda. El matrimonio se encontraba solo en aquel momento, ya que los caseros de la finca descansaban ese día.

La autopsia realizada un día después a los cadáveres reveló que Francisco falleció a causa de un disparo de escopeta, mientras que su mujer lo hizo por un golpe contundente en la cabeza. No obstante, como también se dedujo de la investigación del escenario y las autopsias, Francisco habría hecho frente a sus asaltantes también con un arma, que poseía dado que era muy aficionado a la caza.

Hallazgos

La investigación durante los primeros meses corrió a cargo del equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Novelda, aunque en junio de 2010, pasaba a manos de la Brigada de Homicidios de la Guardia Civil de la Comandancia de Alicante, que continúa con el caso en estos momentos.

La hipótesis inicial del robo se sostenía principalmente la fuerte posición económica del empresario ya retirado, máxime tras la venta millonaria de Bermármol a Levantina en 2007. No obstante, también se supo que días antes del suceso, Beresaluze había vendido tres caballos por un valor superior a 50.000 euros.

Aunque no se ha descartado por completo, una minuciosa observación del escenario reveló inconsistencias en la teoría del asalto. Por un lado, las bandas especializadas en este tipo de robos suelen cometer asaltos "limpios", evitando utilizar la violencia con los habitantes de la casa. De las dos cajas fuertes, solo una había sido forzada, aunque los asaltantes podrían haber hecho al matrimonio confesar donde se encontraba la otra y obtener la combinación.

También se observó que ninguna puerta o ventana mostraba signos de haberse forzado, por lo que se dedujo que los asaltantes tenían que haber entrado por la puerta principal, bien porque se les abrió la puerta o porque la pareja fuese sorprendida en la misma entrada. El escenario, según la última conclusión, estaba preparado para distraer y confundir a los investigadores.