El mercado medieval de Villena se ha convertido en un parque temático del medievo. Así lo califica el presidente de la asociación de vecinos del Rabal, Pepe Cabanes, colectivo que lleva el peso de la organización del mismo y que, según asegura, "las expectativas se han superado con creces este año". En este sentido, destaca que "sólo las visitas al castillo se han llegado a multiplicar por cinco. En la pasada edición, se batió el record de los anteriores mercados contabilizando 1.500 entradas al castillo. El domingo a primera hora de la tarde, el número de visitantes a la Atalaya superaba las 5.000 personas".

Debido a ello, el presidente señala que el mercado medieval ha sido un rotundo éxito, en este 2012, pero que las perspectivas son "seguir creciendo". Así, añade que "todos los grupos que han participado han mostrado su interés de seguir haciéndolo".

Uno de los colectivos más veteranos de esta feria es el grupo pro-restauración de la ermita de San José. Más de 5.000 tortas fritas elaboradas por ellos mismos han vendido en los dos días. Y es que uno de los éxitos del mercado medieval ha sido la implicación de los vecinos de la zona y la atracción de otros colectivos de la ciudad. Pintores, no sólo de Villena sino también de Biar, han elaborado sendos murales en las fachadas del barrio. Caricato Teatro o el grupo Las Pencas de la Launa y los nabos del Pinar representaron teatros de calle. También se contó con la asociación de caballistas y la batucada del Centro Juvenil Don Bosco. Como cada año el grupo de arqueros tomó el patio del castillo con sus exhibiciones.

Cabanes indicó que con motivo del concurso fotográfico que se organiza alrededor del mercado, un gallego se presentó a él atraído por las calles de Villena y el evento. También han recibido llamadas de varias poblaciones españolas interesándose por el mercado. El presidente se mostró sorprendido por la repercusión no sólo de visitantes, que en las horas puntas hacían casi imposible pasear por las estrechas calles del barrio delRabal, el más antiguo de Villena, sino también por curiosos animados por visitar la ciudad en la próxima edición.

Otro de los invitados de honor del mercado es el Orejón de Villena. Desapareció del Rabal hace casi un siglo, pero los vecinos lo siguen recordando. Una pancarta en el lugar donde se encontraba el campanario que albergaba al autómata anunciaba el 300 aniversario del recordado personaje villenense.