Elda está de Fiestas Mayores. En septiembre la ciudad zapatera honra a sus Santos Patronos, la Virgen de la Salud y el Cristo del Buen Suceso, las veneradas imágenes que llegaron a Elda en 1604 dentro de dos viejos baúles en un misterioso envío por barco de Cerdeña al puerto de Alicante.

Pero las Fiestas Mayores de este año son especiales porque Elda volvió a tocar el cielo al mediodía de ayer con los cuatro grandes globos de látex y los cincuenta pequeños, todos azules y de helio, que se soltaron junto al Ayuntamiento, en la Plaza Mayor y frente a la Plaza Castelar. De este modo se recuperaba una costumbre perdida medio siglo atrás.

La alcaldesa Adela Pedrosa fue la encargada de soltar el globo más grande del Ayuntamiento y en la Plaza Mayor lo hizo Pepita Martínez, la hija del músico eldense que inició esta curiosa tradición en 1899 lanzando el primer globo de papel. Sin embargo, el quinto y último globo, el que debía soltar precisamente la Cofradía de los Santos Patronos que organiza los festejos, se sobrecalentó y explotó antes de tiempo dando un pequeño susto a quienes se congregaron frente a la Plaza Castelar, el homenajeado parque donde finalizó la otra tradición recuperada de las Fiestas Mayores: el acto de correr la traca. Un festejo lúdico que se inició a la una y media y sacó a las calles a cerca de 10.000 personas, entre corredores y espectadores, que posteriormente cumplieron con la extendida costumbre local de comer relleno y tomar un aperitivo con el típico "mezclaico", la bebida compuesta por vermú, picón, una rodaja de limón y un poco de sifón.

El día en el que las muchas María Salud que hay en Elda celebran su onomástica comenzó a las ocho de la mañana con la Santa Misa. Dos horas más tarde el templo de Santa Ana acogía la Solemne Eucaristía presidida por el párroco de San Pablo, Luis Aznar, y al finalizar la misa el presidente de la Mayordomía de la Virgen de la Salud de Onil, José Miguel Juan, recibió la medalla cofrade. Y por la tarde la imagen de la querida patrona bendijo a su pueblo, en una emotiva procesión donde no faltó la carroza que recuerda el misterioso barco que trajo a Elda a sus santos hace ahora 408 años.