Cinco grandes globos de colores se lanzaron al mediodía de ayer al cielo desde la Plaza Mayor. Todos ellos cargados de buenos deseos y marcados en esta ocasión por un espíritu solidario. Hace cinco años que se recuperó esta antigua costumbre local iniciada por el eldense Manuel Martínez Lacasta que, sin embargo, terminó desapareciendo en 1959. Los aeroestatos de Caixapetrer y la Fundación Paurides gustaron mucho ayer pero el más grande fue el de la Virgen de la Salud, que tomó altura tras una cuenta atrás seguida con cariño y expectación.