Elda huele a espliego y pólvora desde que anoche, al filo de la madrugada, Susana Esteve Maciá pregonara las Fiestas Mayores en honor a la Virgen de la Salud y el Cristo del Buen Suceso. Una celebración que se remonta 414 años atrás y que, cada vez que llega septiembre pone el «corazón de los eldenses en hora» y les recuerda que son «compañeros en el viaje de la vida». La directora del semanario Valle de Elda, fundadora del Periódico Comarcal y profesora de Historia y Lengua en el colegio Santa María del Carmen desentrañó, con un pregón íntimo y profundo, pero también reivindicativo y valiente, el ser, el saber y el sentir de Elda a través de sus Santos Patronos. Y lo hizo con poesía y con prosa recordando que «la persona es lo primero»; llamando a la ciudad a comprometerse «por un mundo mejor»; instando a las familias a cuidar de los mayores; solicitando a las autoridades que apuesten por la cultura «para evitar que Elda pierda su identidad con la destrucción de su patrimonio» y elogiando el trabajo de los zapateros y zapateras. Un sector para el que exigió desterrar la economía sumergida y animó a las aparadoras a asociarse «porque ellas le dan alma al zapato».

Desde el balcón principal del Ayuntamiento evocó Susana las vivencias de su infancia con su abuela Antonia, y se le quebró la voz al recordar lo mucho que aprendió de su padre Miguel Ángel Esteve: «una buena persona, un excelente acuarelista y un enamorado de su pueblo».

Habló la periodista de esos sencillos momentos que dan sentido a la fiesta con el «mezclaíco» entre amigos; de la emocionante experiencia que supone correr la traca con su marido Ramón y sus hijos Miguel y Pablo; de las «insuperables fasiuras» con toque francés que cocina su madre y de «la mano que siempre ofrecen los Santos Patronos para dar un paseo por el interior de nosotros mismos». Pero también lanzó un consejo: «Cuando cojamos las estampas de la Virgen de la Salud y del Cristo de Buen Suceso para guardarlas, pidámosles que nos sigan conduciendo al bien», como dice su Villancico.

Habló la profesora con gratitud de todas las personas y colectivos que organizan las fiestas con un «esfuerzo grande y generoso»; animó a los jóvenes a «unirse y aprovechar sus valores» para salir adelante en un momento tan complicado y destacó que «Elda es un pueblo acogedor y solidario...una tierra de buena gente».

Pidiendo la bendición de los patronos finalizó, emocionada, su brillante alocución deseando que la Virgen y el Cristo, «que representan la salud y la alegría, continúen acompañándonos en nuestra historia y en nuestras vidas».

Un pregón magistral en el que la directora del semanario más longevo de España abordó las Fiestas Mayores desde la tradición, arraigo, familia, fe, gratitud y esperanza antes de vitorear a los Santos Patronos y a su querida Elda. Tras la ovación del público congregado en la plaza del Ayuntamiento una monumental palmera de fuego iluminó el cielo. Era el momento de acudir al templo de Santa Ana, que olía a espliego mientras aguardaba el estallido de la pólvora en la Alborada.