El primer desfile de la celebración del 75 aniversario de los Moros y Cristianos de Elda hizo un guiño a las poblaciones que ayudaron a que los eldenses recuperarán los Moros y Cristianos. De Petrer, de Sax y de Villena llegaron festeros a lucir los trajes que antaño dejaron a sus vecinos y amigos eldenses. Setenta y cinco años después, el numeroso público que se encontraba en las calles de la ciudad zapatera le devolvió el favor aplaudiendo con intensidad a su paso.

Fue una mañana emotiva para quienes están trabajando de forma intensa en poner en pie esta celebración y para quienes se vistieron con los trajes de sus poblaciones, en una jornada que puede ser calificada de histórica.

«La celebración de las fiestas de San Antón del año 1944, los días 23 y 24 de enero, trajo consigo un acontecimiento que tendría una enorme repercusión en la ciudad de Elda. Un grupo de personas cercanas a la Mayordomía de San Antón salieron a la calle vestidos con trajes festeros de las poblaciones vecinas de Petrer, Sax y Villena». Así relata la historia el folleto explicativo que la Junta Central de Comparsas repartió a lo largo del recorrido.

A las 13.00 horas dio comienzo el desfile de la Media Fiesta que contó con una apertura muy especial. Con motivo del 75 aniversario de los Moros y Cristianos, abrieron el desfile festeros de Sax, Petrer y Villena ataviados con los trajes de las comparsas que participaron en la recuperación de las fiestas. Los eldenses pudieron ver de primera mano la indumentaria que en aquellos tiempos utilizaban las comparsas de Moros, Marruecos, Turcos, Garibaldinos y Cristianos de Sax; los Moros Viejos, Tercios de Flandes, Marinos y Estudiantes de Petrer; y los Cristianos de Villena.

Detrás de ellos, desfilaron las banderas antiguas de las comparsas de Elda. A este bloque le puso música la Corporación Musical Primitiva de Alcoy. Sus músicos desempolvaron sus gorras de plato para asemejarse a las bandas que en 1944 llegaron al municipio. Los trajes que recorrieron las calles de Elda son los que aparecen en la foto que preside la Casa Viuda de Rosas, sede de la Junta Central de Comparsas. La imagen es el recuerdo histórico de esta efeméride. A partir de entonces resurgió la fiesta de Moros y Cristianos desaparecida desde finales del siglo XIX.

La lluvia no se quiso perder ayer el desfile inaugural del 75 aniversario y al público le tocó abrir los paraguas al paso del bando cristiano, con sus capitanes, abanderadas y escuadras premiadas. Pero sólo fueron unos instantes de incertidumbre. Finalmente, el espectacular desfile que marca el traspaso de poderes entre los cargos de 2018 y de 2019 finalizó sin problemas.

Proclamación de las capitanías

Antes del intenso y especial desfile de la mañana del domingo, en la iglesia de Santa Ana se celebró la misa del santo y se proclamaron los cargos festeros de 2019. Los del 2018, les entregaron la bandera y la banda a quienes representarán a sus comparsas en un año tan especial como es el del 75 aniversario de la recuperación de la fiesta.

En el acto, que se realiza dentro de la iglesia, se rememoró los primeros días de los Moros y Cristianos y cómo las distintas comparsas fueron poco a poco conformando los dos bandos, el de la media luna y el de la cruz. De esta forma, en el inicio de la proclamación de los capitanes y abanderadas de 2019, se hizo un repaso por los momentos más importantes que han vivido estos festejos desde que se recuperaron hasta el momento.

Tras el traspaso de capitanías, el embajador moro y cristiano y sus escuadras, los cargos festeros, las autoridades e invitados a los sones del pasodoble «Abanderada» se dirigieron a la plaza Castelar. Por primera vez, el santo no volvía a su ermita por la relevancia que este año cobró el desfile de gala.

Así, San Antón pasará más de 24 horas en la iglesia de Santa Ana. El 75 aniversario de la fiesta facilitó que el traslado, en lugar de este domingo, sea el próximo 26 de enero, alargando un poco más la Media Fiesta.