Miles de personas, muchos extranjeros y vecinos de localidades próximas, se agolparon ayer en las calles del centro de Aspe para ver a las filás desfilar. Y el espectáculo no defraudó. Cerca de 1.200 festeros lucieron galas y armas en una noche para el recuerdo porque había llegado el primer gran acto de las Fiestas de Moros y Cristianos en honor a la Virgen de las Nieves.

La bandera de la Unión abrió la Entrada Mora y encabezó el desfile que transcurrió por la calle Castelar, San Pedro, San José, avenida de la Constitución y Pedro Galipienso para finalizar en el Parque Dr. Calatayud y Dr. Marañón. A lo largo del recorrido los festeros recibieron el aplauso del numeroso público congregado en estas vías, para disfrutar de unas fiestas con 41 años de historia.

Cuando todavía el sol iluminaba las calles, el bando cristiano llegó con la comparsa Cristianos de Maqueda y su reinado, capitán y abanderada. Tras ellos desfilaron, los Cristianos lanceros de Uchel, Cristianos Contrabandistas de la Sierra Negra y Cristianos Estudiantes. El mayor de los secretos se guardó para el final con la llegada de los sultanes.

La luna ya se había adueñado de las calles cuando el bando de la media luna abrió con los Moros Sulayman seguidos de los Fauquíes y Moros Aljaú. Cerraron la Entrada los Moros Alcaná con el espectacular boato de los sultanes, José Antonio y Gema Botella García. La elegancia de las marchas moras reinó en este final de desfile que contó con recuerdos del mundo árabe más clásico. Todo un broche de oro a un espectáculo que recorrió las calles de Aspe durante más de tres horas.

Por la mañana, ocho escuadras de niños junto a los cargos festeros infantiles participaron en el divertido desfile y en la Embajada Infantil, que reunió a cientos de espectadores. festeros y no festeros disfrutaron con el singular espectáculo que se desarrolla en un castillo especial instalado sobre el escenario.

En este acto 13 niñas y 3 niños defendieron los parlamentos que hoy declamaran sus homólogos adultos, los embajadores Antonio Calero y José Berenguer y como juglar, José Manuel Mateo y como vigía moro, Iñaki Hernández

Embajadas

Hoy Aspe celebra el tercer día de unos Moros y Cristianos en el que la Embajada centra los actos. Este año, el parlamento entre los dos embajadores se queda sin Guerrilla. El incremento del precio de la pólvora ha hecho que la Unión de Moros y Cristianos de la Virgen de las Nieves de Aspe decidiese dejar sin disparos de arcabucería las fiestas.

Por contra recupera el desfile anterior a la Embajada para arropar a los embajadores. En él participarán diez filás, una por cada comparsa, y dos correspondientes al Sultanato Moro y al Reinado Cristiano.