Esto dice el pregón con el que Miguel Barcala Vizcaíno ha abierto las Fiestas Mayores de Elda 2019:

Para mí es un gran honor, como lo fue en su día el tener la oportunidad de pregonar nuestras fiestas de Moros y Cristianos.

Una experiencia inolvidable, pero mucho más emotiva ahora, al tratarse de las Fiestas Mayores en honor a los Santos Patronos, Virgen de la Salud y Cristo del Buen Suceso, que son las fiestas de todos los eldenses.

Y aquí estoy en un lugar totalmente abierto a todos, en esta Plaza del Ayuntamiento repleta de gente, como estáis ahora, con ganas de fiesta; aunque a decir verdad me veo más, casi como un espectador, ahí abajo entre vosotros, que aquí arriba dirigiendo la palabra. En cualquier caso, aquí o ahí, no soy más, que uno más, como eldense para disfrutar de nuestras fiestas patronales y sus tradiciones.

Que bonito y qué sencillo es hablar de fiestas, y aún más, cuando éstas de Septiembre, presentan una dimensión mucho más amplia y profunda que cualquier otra fiesta que disfrutamos. En una ciudad como nuestra querida Elda, generosa en celebraciones durante todo el año. Ahora, nuestras Fiestas Mayores que estamos a punto de disfrutar, con todo el cariño afectuoso y bien probado, hacia nuestros Santos Patronos.

Ese sentimiento que se manifiesta de una manera multitudinaria en los cantos de la Salve, en los actos litúrgicos en honor a los patronos, en la emoción que surge cuando se escuchan los villancicos en las Misas Mayores oficiadas por sacerdotes eldenses o vinculados a nuestro pueblo. Elda durante esos días exhala un agradable olor a espliego, un tanto purificador y significativo que nos embriaga. Devoción, que se expresa en las solemnes celebraciones de las eucaristías. En las procesiones, acompañando, pueblo y mayordomos, a los Santos Patronos con ese fervor y profundo respeto que nos inspiran, a hombros de los costaleros que con paso firme y acompasado los portan gozosos y con auténtica pasión. Virgen de la Salud y Cristo del Buen Suceso. Recuerdo que hace muchos años, cuando era niño, los descubrí de la mano de mi madre que puntualmente en fiestas, me llevaba a la Iglesia de Santa Ana para visitar a los Santos Patronos, y había algo que me impactaba, y que se me quedó impreso en la mente y que aún hoy, tengo retenido en la memoria, y es ese manto grande rojo de fondo blanco salpicado de pequeñas negras campanillas, que se instala como trono en fiestas, en el altar mayor, recogido arriba por una corona, que acoge a una paloma blanca símbolo del Espíritu Santo y de la paz, cuyo manto se abre, deslizándose y abriéndose por ambos lados con majestuosidad, como dos brazos abiertos, abarcando y abrazando con palmas levantadas, las imágenes de la Virgen y el Cristo, pero apuntando hacia una dirección, ¡Elda!. Me impresionaba aquel detalle, aquel enorme manto, que me alucinaba y me producía tan buenas vibraciones. Trono que fue inaugurado ayer perfectamente restaurado.

Curiosamente, muchos años más tarde, ya trabajando en la radio, en Radio Elda, cuando nos desplazábamos cada año a retransmitir en directo las misas mayores, en uno de los comentarios que hice, sentí ese recuerdo y esas mismas sensaciones y me referí a ese manto que para mi imaginación, era el símbolo que arropa y acoge a todo el pueblo de Elda, bajo la atenta mirada y protección de nuestra Virgen de la Salud y del Cristo del Buen Suceso.

Y en este punto, y con respecto a aquellas experiencias de la radio, debo hacer referencia y recordar a una persona, que me ayudaba en las retransmisiones y que sabía, como nadie y de qué manera, el desarrollo de la liturgia de la misa que correspondía al día, el inolvidable y recordado, Vicente Valero Bellot (padre del expregonero Francis Valero). Un eldense profundamente comprometido con nuestros Santos Patronos, que dejó una huella indeleble en Elda, y por buena parte de su vida profesional como magnífico periodista en el semanario Valle de Elda. ¡Una gran persona!.

Y otro de los grandes acontecimientos que más me han impactado, relacionado con nuestras Fiestas Patronales, tuvo lugar el 5 de septiembre del año 2004, el día de la Coronación de la Virgen de la Salud y el Niño que porta en los brazos, que tuvo como marco la Plaza Castelar. La Virgen salió en romería desde San Ana en medio de una multitud enfervorizada en dirección a los jardines de Castelar donde, como se suele decir, "no cabía ni una aguja". Mientras llegaba la imagen, mi compañero de la radio Juan Deltell y yo, tuvimos la suerte de presentar el acto de la coronación que llevó a cabo el entonces obispo de la diocesis Victorio, acontecimiento que, por cierto, no quiso perderse el Conde de Elda.

Fueron unos momentos inolvidables y sumamente emotivos, en medio de un ambiente indescriptible, especialmente cuando se aproximaba la Virgen a la concha de la Plaza Castelar, donde fue recibida con vivas, entre grandes aplausos bajo los sones de su himno. La culminación fue sin duda ese acto inolvidable de la coronación de nuestra Virgen de la Salud. Nuestro querido Cristo de Buen Suceso también tuvo su protagonismo, recorriendo las calles, esta vez sin la Virgen, en una procesión extraordinaria, el 15 de junio de 2014 con motivo del tercer centenario de Elda bajo la advocación del Cristo, en medio de una multitud de ciudadanos que aclamaban al Santo Patrón a lo largo de todo el recorrido. Todo un acontecimiento que siempre será recordado.

Como aquel 16 de junio del pasado año, en que tuvo lugar un hecho histórico sin precedentes; el encuentro de los Cristos del Monte Calvario de Petrer y el nuestro del Buen Suceso en la Iglesia de la Santa Cruz, significando la entrañable hermandad de ambos pueblos, bajo el manto de la fe.

Y hablando de fiestas, es imprescindible citar la música, porque ambas cosas están estrechamente ligadas. Quiero dejar constancia una vez más, ya lo hice en mi pregón de moros y porque lo merecen, referirme a las bandas de música: nuestra "Asociación Músico Cultural Eldense Santa Cecilia", así como la "Asociación Musical Virgen de la Salud", que ahí están siempre dando brillo musical, adornando con sus sones las calles en todos los actos festeros y litúrgicos. Así como en el templo, la Coral Polifónica de los Santos Patronos y la Orquesta de Cámara "Ciudad de Elda".

¡Gracias queridos músicos y a sus directores!. ¡Imprescindibles siempre en toda fiesta!. ¡Gracias, músicos, por vuestra inestimable labor!.

Vivimos una fiesta, ¡una gran fiesta! de y para todos, que nos hacen mantener tradiciones, como las que se han recobrado y que han vuelto a dar un tono especial a la ciudad, una nota festiva importante, que crea una deliciosa hermandad, como lo de correr la traca y tirar el globo, con ese gran poder de convocatoria, que ha hecho retomar desde su implantación, un extraordinario ambiente en las calles en los días grandes de fiesta, a cuya comisión encargada de la organización me uno a la felicitación de todos. Como la merece todo el amplio y generoso equipo que forma la Cofradía de los Santos Patronos, cada uno en su sitio para cuidar de que todo salga a la perfección. Las celadoras, con su imprescindible y magnífica labor. Mayordomos, costaleros, el equipo que hace posible la espléndida revista. ¡Qué decir de las Camareras de la Virgen que con gran mimo y devoción se encargan puntualmente de los más mínimos detalles para con la Virgen y en todos los menesteres que se le requieran relacionados con nuestros Santos Patronos!.

En fin, a todos los miembros que formáis parte de la Cofradía de los Santos Patronos, ¡gracias y enhorabuena!.

Por otra parte, recordando la sección de "El Rincón de los Poetas" de nuestra flamante revista, es preciso dedicar esta noche, un sentido y cariñoso recuerdo a una mujer que tantos y tan bellos poemas dedico, a lo largo de su vida, a Elda y a los Santos Patronos. El pasado mes de mayo nos dejaba físicamente para siempre, la inolvidable y entrañable poetisa Maruja Ycardo, que, seguramente, nos estará viendo desde las alturas, junto con María José (camarera), Luis Caballero, mi querida hermana Marta, (que tan forofa era de nuestros Santos Patronos y de todo lo eldense). El recientemente fallecido José Peñataro y de todas y todos cuantos nos han dejado.

Y también es cierto y hay que decirlo€ Elda, ha sido siempre un pueblo abierto a todo el mundo y generosamente hospitalario.

¿Qué decir del talante eldense?: afable, generoso, trabajador, emprendedor, con empuje, constante, valiente y de ello se han dado sobradas muestras, en épocas en que se alcanzaron logros y éxitos estelares que todos recordamos y que tanto prestigio internacional nos proporcionaron.

Pero seamos también realistas, y ¿por qué no decirlo?. Somos tan desprendidos que a veces hemos pecado, si ello se puede considerar como tal, de ser, un poco, en apariencia€ "Quijotes" y quizás por circunstancias de fuerza mayor, hemos dejado escapar algunas cosas importantes que teníamos y quedaron al final diluidas y perdidas en Elda.

Nuestras Fiestas Mayores son fiestas propicias a verbenas y atracciones. Son fiestas que vivimos con talante de siglo veintiuno, conservando su esencia proverbial, que debemos procurar todos mantener, porque forman parte, a fin de cuentas, de las señas de identidad de nuestro querido pueblo. Señas de identidad, ¡Es preciso proteger y cuidar siempre nuestro patrimonio histórico!

En estos pregones de fiesta parece obligado o al menos suele ser costumbre, recordar hábitos de tiempos pasados, evocando experiencias y recuerdos de Elda y nuestras Fiestas cuando éramos niños, o cuando éramos jóvenes. Personalmente siempre he prestado una atención especial, cuando las pregoneras o pregoneros han hablado de ello en sus alocuciones, porque esas evocaciones, hacen renacer en nuestras mentes, a los que tenemos cierta edad y a los que deben conocer el pasado de nuestro entorno, las vivencias de aquellos tiempos de cómo era Elda: sus calles con los engalanamientos de hojas de palmeras y tarays un tanto caseros pero embellecedores, las "bandericas", las "perillicas", los "castillicos", el ambiente, el modo de celebrar las fiestas con verbenas y conciertos, la iluminación especial que se instalaba en las fachadas de alguna que otra importante fábrica de calzado (todas las fábricas estaban entonces dentro del pueblo), fábricas adornadas con "perillicas" que contribuían a crear paisaje de fiesta.

Sí. El aspecto de la ciudad cambiaba en fiestas, y durante unos días dejábamos de ver por las calles, los típicos "carricos del terminao", algún que otro carretillo repleto de "zapatos montaos", los capazos cargados al hombro de los zapateros que iban a la taquilla de las fábricas a "entregar la tarea", de las carretillas cargadas de pieles que transportaban desde el almacén de curtidos a las fábricas, el sonido característico que se oía en determinadas calles procedente de los "terminaos", de los "rebajaos", de los "troquelaos", de los "aparaos", de las fábricas de hormas. Los "pitos" de las ocho de las fábricas de "Gómez Rivas", de "Peñataro", de "Julio Beneit", de "Rodolfo Guarinos" y de tantas otras.

Elda, fuera de fiestas, sonaba cotidianamente en la calle a: máquinas de rebatir, de montar, de lijar. Solo cuando llegaban las fiestas ese sonido fabril callaba sumándose a la Fiesta.

En los pregones se suele hablar de estos recuerdos del pasado. Pero esta noche, prefiero imaginar cómo será la Elda del mañana. Y la quiero ver alegre, optimista, con un comercio y una industria viva, alternativa y variopinta que genere trabajo, que responda al talante emprendedor del que siempre ha hecho gala el carácter de los eldenses. Una Elda limpia, con una justa y generosa atención a todo lo que significa cultura, con un cuidado especial al patrimonio histórico. Una Elda que conserve sus fiestas y tradiciones con el mismo espíritu alegre y entusiasta que sabemos imprimir a todo lo que sabe a nuestra querida ciudad.

Y ya, es momento de pregonar desde este balcón del Ayuntamiento, que: ¡Atención, anuncio a todos los eldenses y visitantes que todo está listo y preparado para comenzar nuestras Fiestas Mayores, y que dentro de unos momentos, el encendido de la traca dará paso a "la palmera", auténtica pregonera, que surcará los cielos por encima de las torres de Santa Ana, avisando y declarando que las fiestas han comenzado en nuestra querida Elda.

Y no quiero despedirme sin evocar algo muy eldense que cumple cien años y he tenido la suerte de ser partícipe durante más de cuarenta años. Bastará decir un nombre Emilio Rico Albert, una persona inolvidable para los que tuvimos la suerte de conocerle. Y un título, "El Señor Don Juan Tenorio o dos tubos un real". Una tradición centenaria que perdura en el tiempo y que no debe, nunca perderse.

Y a propósito de esto y para terminar, me vais a permitir, y creo no podía hacerlo de otra manera, que, usando el argot "cagaldero" empleaba el autor Emilio Rico, "espolsaros" un cantable "tenoriero" alusivo a nuestras fiestas patronales. Cantable que dice así:

"No puedo por más que quieromanifestar lo que siento,pues dudo no ser certeroal expresar sentimiento.A punto de la palmeranos quedamos esperando,muy pronto a correr la traca,un relleno de primeray los "globicos" volando.Vivan los Santos Patronosque tanto nos rigenson nuestra virtud,el Cristo del Buen Sucesoy la nuestra Virgen,la de la Salud.

Gracias por vuestra atención, buenas noches, un abrazo a todos y felices fiestas. ¡Vivan, la Virgen de la Salud y el Cristo del Buen Suceso!. ¡Viva Elda!.