Cuatro días llevan los bomberos tratando de extinguir por completo el incendio de la nave de Aspe. El fuego se declaró sobre las tres de la madrugada del jueves en una vieja fábrica de plástico sin actividad industrial, donde se almacenaban toneladas de ropa y zapatos usados metidos en grandes bolsas de plástico. Material textil muy difícil de apagar porque es necesario sacarlo al exterior con palas excavadoras, removerlo y refrigerarlo con agua. No hay otra forma de acabar con los rescoldos para evitar que las llamas se reaviven. Pero las palas, que paran por la noche, dejaron de trabajar en la tarde del sábado y todo el domingo. De ahí que la columna de humo se haya mantenido el pasado fin de semana al permanecer el fuego activo mediante combustión lenta. No obstante, un retén de bomberos ha permanecido en el lugar, de forma permanente, arrojando agua sobre el material incandescente.

La gran cantidad de productos textiles de desecho que había almacenados ha alimentado el fuego, elevando la temperatura hasta colapsar la estructura y reducir a escombros y cenizas sus 1.000 metros cuadrados de superficie. Hace poco más de un mes el propietario alquiló la nave y el arrendador la llenó por completo de bolsas de ropa usada hasta el techo, que se encontraba a cinco metros de altura.

En los primeros momentos ocho dotaciones de bomberos de los Parques de Elche y Elda participaron en la extinción. Necesitaron nueve horas para controlar las llamas y evitar que el fuego se extendiera a otra nave colindante.

Intencionado

La principal línea de investigación apunta a un incendio intencionado. Entre otros motivos porque la industria estaba cerrada y no se ha detectado ninguna anomalía eléctrica como foco inductor. Otro dato que refuerza esta hipótesis es la hora en la que se detectó el incendio. La primera llamada a Emergencias la realizaron unos vecinos que viven cerca del camino Jaboneros. Se despertaron a las tres de la madrugada alertados por los ladridos de los perros tras producirse varias explosiones por la alta temperatura. Pero el fuego ya se había extendido cuando llegaron los efectivos de la Policía Local, Bomberos, Guardia Civil y Protección Civil.

En la mañana del jueves la columna de humo llegó a ser tan densa y tomó tanta altura que se pudo observar a kilómetros de distancia en los municipios vecinos de Novelda, Monforte del Cid, Hondón de las Nieves y La Romana. En Aspe el cielo amaneció el jueves como si estuviera nublado y fuera a llover por efecto del humo. Desde entonces el olor a quemado se ha esparcido por diferentes parajes rurales en función de la dirección del viento. Afortunadamente el caso urbano apenas ha sufrido los efectos del humo.