P Con 37 años y alcalde...
R Bueno en mi casa desde que era niño la política forma parte del día a día de la familia. Mi abuelo -José María Alted- fue concejal del PSOE con los alcaldes Salvador Sánchez y Luis Gómez, y mi madre -Inmaculada Alted- también fue concejala con Mariano Beltrá. Yo me afilié al Juventudes Socialistas con 17 años pero antes ya estaba metido de lleno en el lío.
P ¿Qué opinión tiene de su equipo de gobierno?
R Es una máquina de trabajar. Vamos a velocidad de crucero y todos a una. Fue un acierto mantener el bloque de la lista electoral de las anteriores elecciones y las nuevas incorporaciones también han estado en la misma línea.
P ¿Y de la oposición?
R Creo que es demasiado destructiva -en referencia a Cs- y pienso que en el fondo hay un sentimiento de resquemor por haber perdido las elecciones. Pero por nuestra parte siempre intentaremos llegar a acuerdos. Es lo mejor para la ciudad.
P ¿No cree que su oposición durante el pasado mandato adoleció de vigor y consistencia?
R Yo no soy destructivo ni en lo personal ni en lo político. El partido tampoco creyó conveniente apretar demasiado desde la oposición. Pero eso es pasado. Ahora tengo por delante un reto apasionante porque la política es todo o nada en un suspiro.
P ¿Cómo corren las aguas internas del PSOE?
R Tranquilas. Hemos hecho todos un ejercicio de madurez tras la catarsis de la gestora y después de hablar hay que ir todos a una y dejarnos las cuestiones personales de lado. Está todo inventado.
P ¿Los pilares económicos de Novelda se tambalean?
R Las empresas de especias y condimentos están manteniendo el empleo pero la situación del mármol y la uva de mesa no es la más idónea. Por eso el primer objetivo que nos hemos marcado es el empleo y diversificar la industria para no ser tan dependientes. Y en eso contamos con el apoyo de los grandísimos empresarios que tenemos aquí y que demuestran su cariño por Novelda.
P ¿El mármol tiene futuro?
R Sí. Los empresarios del sector están convencidos de que hay futuro. Pero la industria tiene que acometer cambios y esperar a que vuelva la moda de nuestro mármol. No será lo que fue en el año 2000 pero todavía generará riqueza y empleo. Hay que confiar.
P ¿Y la uva de mesa?
R También tiene futuro pero, en un sector primario cada vez más globalizado y mecanizado, hay que cambiar de estrategia comercial y poner en valor el carácter ecológico, familiar y tradicional de la uva de mesa del Vinalopó.
P ¿Por qué no llegan las ayudas de la Administración Pública?
R Parece que seamos una pequeña Galia. En Madrid los responsables del Ministerio no nos entienden porque tenemos una agricultura romántica frente a la agricultura a granel de otras zonas de España. Deberían venir aquí y así entenderían que dejar caer la uva es dejar caer a toda una comarca. Y respecto al mármol seguimos esperando de la Conselleria de Industria las ayudas y los planes de recolocación tras el ERE de Levantina. Una situación que contrasta con la sensibilidad que sí están demostrando las Consellerias de Innovación y Obras Públicas.
P Novelda y Elda se disputan el puerto seco del Corredor Mediterráneo y ser subsede del Distrito Digital...¿Están en guerra?
R No -ríe- porque la relación que tengo con Rubén Alfaro es muy buena. Pero cada alcalde busca lo mejor para su pueblo y al final la decisión no nos corresponde a ninguno de los dos.
P ¿Cuáles son los principales retos de este mandato?
R Aprobar el PGOU es fundamental para el futuro de la ciudad y también potenciar nuestro extraordinario patrimonio histórico y cultural. Novelda tiene que convertirse en el centro de interpretación del Modernismo en la Comunidad Valenciana, y también es necesario complementar ese potencial único con un turismo natural y gastronómico que -suspira- tenemos muy abandonado.
