Los vecinos del paraje monovero de Charco Amargo han denunciado ante la Fiscalía Provincial y al Fiscal Especial de Medio Ambiente el problema de las aguas fecales que vienen padeciendo desde hace más de 20 años. Cansados de no recibir contestación de las diversas administraciones públicas, a las que llevan denunciando la situación más de tres años, han decidido denunciar la situación por “un atentado para la salud de las personas y para el medio ambiente”.

La denuncia, que fue presentada en la fiscalía el pasado 12 de agosto y admitida a trámite, pretende que este órgano investigue y compruebe el presunto delito que atenta contra la salud de las personas y al medio ambiente y si se está incumpliendo Ley, ante la pasividad del Ayuntamiento de Monóvar, la Mancomunidad del Vinalopó, la Confederación Hidrográfica y el Seprona.

Los vecinos, en su denuncia, han aportado toda la documentación dirigida al Ayuntamiento, Mancomunidad y Confederación, así como un acta notarial de las tomas de muestra de las aguas fecales y los resultados de los análisis realizados por un laboratorio independiente, donde se refleja el precintado y el cumplimiento de la cadena científica, y pagado por los propios vecinos.

“El objetivo de la denuncia, según los vecinos, es conseguir el cese total de los citados vertidos, ya que llevamos tres años caminando por el desierto y sufriendo malos olores, mosquitos, riesgos de infecciones y de incendios y nadie se ha dignado en atendernos, primero, y solucionarlo, después, cuando es una obligación de las administraciones cumplir la propia Ley”, y no en este caso en el que los ciudadanos tienen que gastarse su dinero para obligar al cumplimientos de las leyes”.

El problema del alcantarillado y los vertidos nocivos

El foco del problema se encuentra en Monóvar al no disponer de una separativa en la red de alcantarillado, una para aguas pluviales y otra para las aguas fecales. Esta situación provoca que con las lluvias el aliviadero de la estación de bombeo de las aguas residuales a la EDAR de la Mancomunidad, estas se desbordan e inundan la rambla de Charco Amargo.

Los análisis realizados de las aguas fecales, a petición de los vecinos afectados, demuestran la existencia de la bacteria e-coli y metales pesados como el cromo y el zinc, que también vierten en la EDAR.