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El forense niega mala praxis en la muerte del niño de Petrer, pero pide otro informe

La familia presenta al juzgado de Elda las conclusiones de un perito privado, que mantiene que hubo una supuesta actuación deficiente por parte de los médicos que enviaron a casa al pequeño de 8 años tras acudir cinco veces a Urgencias

La madre/abuela del pequeño Aitor, Marta Gonzálvez, mirando su fotografía días después de producirse el fallecimiento. | ÁXEL ÁLVAREZ

La investigación del juzgado de Instrucción Número 3 de Elda por el fallecimiento del niño de 8 años de Petrer, que murió en octubre de 2020 por una peritonitis tras acudir cinco veces a Urgencias de Atención Primaria y Hospitalaria, ha dado un nuevo paso. El forense del Instituto de Medicina Legal de Alicante, a quien la magistrada que lleva el caso remitió la autopsia, el historial médico de Aitor y los informes del Hospital de Elda y del Instituto de Toxicología, ha descartado que hubiese una mala praxis por parte de los médicos que atendieron al pequeño.

Precisamente, tras la petición que la familia interpuso como acusación particular a través de la abogada Raquel Sánchez Navarro, el juzgado descartó imputar inicialmente a los siete doctores que atendieron al niño hasta que no se pronunciara el forense, por lo que su informe pericial se convertía en una pieza fundamental en el desarrollo de la investigación. Su resultado se ha conocido recientemente pero, meses atrás, la acusación ya presentó a la jueza el estudio encargado a un perito digestivo privado, que aseguró que había existido una supuesta mala praxis tras analizar los hechos.

Las fuentes consultadas por este diario han informado que el especialista designado por los Juzgados de Alicante ha detallado, día por día, la atención que los diferentes facultativos le proporcionaron al niño desde que el 24 de octubre comenzó a quejarse de un fuerte dolor de estómago hasta que falleció en la madrugada del día 28, tras ser trasladado desde su vivienda en Petrer a Urgencias del Hospital de Elda en una ambulancia del Samu.

Entiende el forense que los doctores actuaron correctamente porque en los primeros días el niño no presentaba un mal estado general de salud y, según entiende, no pudieron detectar que sufriera un problema de salud tan grave. Una conclusión que la acusación particular cuestiona porque, tal y como consta en los partes médicos de los primeros días cuando el pequeño acudió al centro de salud de Petrer y posteriormente al Hospital de Elda, se señala que no pudo ser auscultado ni se le pudo tomar la tensión por la inquietud que le producía el agudo dolor abdominal que presentaba.

En su investigación el forense revela que en su última visita de madrugada al centro de salud de Petrer al menor se le suministró una inyección intramuscular de Buscapina para reducirle el dolor. En el informe se advierte que es un medicamento que no debe usarse en menores de doce años. Sin embargo, descarta el forense que esta última actuación médica le ocasionara daños adicionales o agravamiento en el proceso de peritonitis que sufría puesto que, en ese momento, la evolución del cuadro estaba muy avanzado y es altamente probable que cualquier intervención no hubiera podido evitar ya la muerte por el carácter irreversible de los daños orgánicos que ya sufría.

No obstante, el especialista del Instituto de Medicina Legal admite que, al tratarse de una apendicitis, es un tema muy complejo de analizar por lo que sugiere a la jueza de Elda que lleva la instrucción que solicite una segunda opinión a otro médico experto. Apunta concretamente a que se encargue el estudio a un pediatra digestivo. La jueza ha acordado que así sea pero el sistema de actuación de la Comunidad Valenciana en estos casos solo permite elegir una especialidad. O bien se realiza un nuevo informe pediátrico o bien de carácter digestivo. Una disyuntiva que ha llevado a la instructora a decantarse por un digestivo. Sin embargo la acusación particular no está de acuerdo con la medida y, de hecho, la va a recurrir. La familia entiende que el nuevo informe tiene que ser elaborado por un pediatra digestivo, tal y como ha solicitado el médico forense y tal y como se hace en otras Comunidades Autónomas.

La «madre» del pequeño, Marta Gonzálvez, que en realidad es su abuela pero se hizo cargo de Aitor desde que era un bebé tras asumir su patria potestad, se ha ofrecido incluso a abonar los costes del informe del pediatra digestivo si es necesario traerlo de fuera de la Comunidad Valenciana. De momento sobre este asunto no hay nada decidido, pero la jueza y el fiscal sí han denegado la solicitud de la acusación para que se tome declaración a una mujer de Petrer, que coincidió en Urgencias con el pequeño y fue testigo de su precaria situación. De este modo la familia quiere demostrar que había síntomas apreciables de que Aitor sí padecía un mal estado general de salud.

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