Los antiguos hornos cerámicos situados en el término limítrofe de Elda con Monóvar han pasado inadvertidos para la mayoría durante siglos. De hecho, solo algunos historiadores locales conocen su ubicación exacta en la partida rural de La Tejera. Un topónimo que podría tener su origen por la actividad que se desarrolló durante más de un siglo en esta zona situada entre el río Vinalopó y la estación del tren de Monóvar, en las proximidades del puente Sambo de la vía del ferrocarril convencional que enlaza con Novelda.

El presidente de Mosaico, Emilio Gisbert, visitando los hornos cerámicos de Elda J.C.P.G.

En esta desconocida factoría que disponía de dos grandes hornos cerámicos se produjeron miles de tejas árabes y ladrillos macizos que se emplearon en la construcción de las casas de toda la comarca y buena parte de la provincia de Alicante. No se sabe con certeza su cronología pero hay fuentes escritas -documentos de la época- que apuntan a que la actividad se inició a finales del siglo XVIII o principios del XIX y cesó, por razones que tampoco se conocen con certeza, a mitad del siglo XIX.

Fragmentos de teja árabe y ladrillo macizo que todavía están presentes en las inmediaciones de los hornos cerámicos. J.C.P.G.

Mosaico, la Asociación cultural dedicada a la defensa, difusión y divulgación del Patrimonio Histórico y Cultural de Elda, fue la primera entidad en reclamar la recuperación de este histórico vestigio de la industria eldense. Sus miembros solicitaron la puesta en valor de los restos de la factoría y el acondicionamiento de la zona para acoger actividades pedagógicas o didácticas. Fue el fallecido Juan Marhuenda Soler, fundador y presidente de Mosaico, quien en el año 1996 pidió por primera vez al Ayuntamiento de Elda su intervención directa para evitar la destrucción de los hornos de La Tejera.

El presidente de Mosaico, Emilio Gisbert, visitando los hornos cerámicos de Elda J.C.P.G.

Pero medio siglo después nada se ha hecho y las viejas estructuras están inmersas en un proceso de deterioro por la erosión y la falta de mantenimiento. Afortunadamente el recóndito lugar donde se encuentran -en un paraje rural de complicado acceso y apartado del paso de vehículos y personas- así como el desconocimiento general de su existencia han evitado que se acelere su degradación por el expolio y el vandalismo que suelen amenazar a estos bienes. Los ejemplos más cercanos en el tiempo son los daños irreversibles sufridos por el lavadero y abrevadero de Las Julianas y la destrucción y posterior robo de parte de las canalizaciones del acueducto de la acequia de Bolón que fue construida en el siglo XVIII.

El actual presidente de Mosaico, Emilio Gisbert, ha retomado la aspiración de Juan Marhuenda y ha vuelto a solicitar a los responsables municipales la adopción de medidas concretas para la protección y restauración de los dos hornos cerámicos. «Pueden convertirse perfectamente, al igual que ya se hizo en 2014 con la calera de la sierra de La Torreta, en un reclamo turístico, dentro de una ruta de senderismo a través del cercano río Vinalopó, para darle difusión y valor a un bien del patrimonio industrial de Elda que apenas es conocido», ha indicado Gisbert, uno de los mayores expertos de la ciudad en etnología y patrimonio rural.

El presidente de Mosaico, Emilio Gisbert, visitando los hornos cerámicos de Elda. J.C.P.G.

Precisamente en diciembre de 2019, muy cerca del lugar donde se encuentran los hornos cerámicos, se derribó la escuela del barrio de la Estación de Monóvar. Otro bien del patrimonio histórico local que sucumbe a un abandono mantenido durante años. La inauguración de la ya desaparecida escuela nacional unitaria tuvo lugar en octubre de 1931. Sin embargo en el momento de su derribo el estado ruinoso de su estructura la hacía irrecuperable. «Pero no por ello -se indicó públicamente desde Mosaico- dejamos de solicitar una política municipal activa en materia de patrimonio, de inversión económica en el mantenimiento y conservación de los bienes y de adquisición de algunos de ellos con carácter emblemático. En definitiva, en la necesidad de pasar ya de las palabras a los hechos. Ya no valen las promesas y las buenas palabras. Elda se juega su futuro y su pasado».

Partiendo de esta premisa la Asociación para la defensa, difusión y divulgación del Patrimonio Histórico y Cultural de Elda tiene previsto iniciar una ronda de contactos con todos los partidos que concurrirán a las próximas elecciones municipales. El objetivo es organizar encuentros con los representantes de las fuerzas políticas de la ciudad para abordar el problema de la falta de protección del patrimonio histórico local. La pretensión de Mosaico es conseguir que todos los partidos incluyan en sus programas electorales acciones concretas para evitar la destrucción de un acervo eldense tan desconocido como amenazado.