Apuesta arriesgada, la primera. El vacío dejado por Ismael Falcón lo ocupa desde hoy Jesús Fernández Collado, un portero formado profesionalmente en el Real Madrid que, a sus 33 años, no ha encajado el golpe de suerte que todo futbolista precisa para crear un espacio propio en el que desarrollarse dentro de los equipos. Desde su salida de la primera plantilla del equipo blanco, en 2015, había firmado con siete clubes diferentes. Ayer estampó su rúbrica con el octavo: el Hércules.
El guardameta madrileño se vincula al cuadro blanquiazul hasta el 30 de junio y, como ocurrió con Tano, ambas partes se reservan la posibilidad de ampliarlo un ejercicio más en caso de lograr el objetivo fijado: el ascenso a la 1ª RFEF. Llega libre después de que su último destino, el Sepsi OSK de la primera rumana, diera por concluida su estancia allí. Antes, en la misma competición, había defendido los intereses del CFR Cluj, que le cedió a mitad de campaña al Panaitolikos griego, donde tampoco le fue mejor.
En España, el nuevo cancerbero blanquiazul, ha pasado por el Levante, su primer desembarco lejos de la capital, el Granada –con ambos en Primera– y Cádiz y Cultural y Deportiva Leonesa, en Segunda División. Desde 2009, Jesús Fernández ha jugado 140 partidos, lo que le da una media de 11 por ejercicio, un balance muy poco amable para un jugador en cuyo palmarés figuran una Liga de Campeones (13-14), una Supercopa de Europa (14-15), una Copa del Rey (13-14), un «Mundialito» (2015) y dos campeonatos de Liga con el Cluj.
Sin embargo, del logro del que formó parte más activamente fue del ascenso del Castilla a Segunda al final de 2012. Allí firmó su tope de encuentros en una temporada: 21. Ha pasado por dos descensos, con granotas y leoneses, pero de ninguno puede responsabilizársele a él.
Ahora, sin equipo, en esa edad en el que los deportistas profesionales empiezan a hacer números para decidir si está o no cerca el momento guardar las botas en una caja antes de subirlas al altillo, el Hércules se cruza en su camino para darle una última oportunidad. Mantiene las mismas condiciones que llevaron a clubes de primera línea, dentro y fuera del país, a quererle en sus filas. Lo único que le ha faltado ha sido continuidad para poder demostrarlo, porque con la confianza sucede como con el deseo, que más es más y menos es menos.
Activista reconocido en redes sociales, arrastra casi un cuarto de millón de seguidores en Twitter, ha sido el epicentro de alguna sonada polémica a nivel nacional fruto de sus opiniones, expresadas sin ambages, dejando muy clara su opinión desde la primera palabra, sin esconderse, sin pensar en las posibles consecuencias.
Ese arrojo, con razón o sin ella, también forma el carácter de un portero combativo al que no le asusta lo que opinen de él los demás si considera que la verdad, su verdad, le asiste. Jesús Fernández tiene la compleja papeleta de sustituir a Falcón, así lo atestigua su ficha sénior. Pero antes tendrá que convencer a Sergio Mora para ganarle la partida al sub-23 Adrián López. Hace mucho que no tuitea, ni siquiera para anunciar su nuevo destino. Llega la hora de la verdad, la de ponerse a la altura de un currículum brillante, el suyo.
Polémicas: Muy posicionado política y socialmente en redes
Jesús Fernández Collado (@IamJesusFdez, en Twitter), tiene cerca de 245.000 seguidores en esta red social, a la que pertenece desde 2012 y en la que no oculta su posicionamiento político. Crítico con la coalición del Gobierno central, sobre todo desde el estallido de la pandemia, el año pasado estuvo en el epicentro de la polémica a nivel nacional por sus reflexiones por la respuesta del movimiento antirracista #BlackLivesMattters, surgido tras el ya juzgado como asesinato del afroamericano George Floyd. También lamenta la línea de valenciano que se aplica en la enseñanza en la Comunidad, opina sin tapujos sobre igualdad, medios de comunicación, economía... Cesó su activismo el pasado 5 de mayo, celebrando el triunfo de Ayuso en Madrid.
