Pasión intacta, sueño truncado. Vivieron la emoción de vestir la camiseta del equipo de su vida y el sinsabor cruel de quitársela sin haber podido triunfar en un club que tritura anhelos con la misma fiereza que frustra sus proyectos. Iván Buigues, y dos Pedros, Inglés y Torres, llegaron a la primera plantilla deslumbrando en el filial y, durante un tiempo, fueron la bandera de la cantera blanquiazul. A ninguno les acompañó la fortuna, por eso decidieron salir en busca del tiempo y el dinero necesarios para poder vivir del oficio de futbolista.
Un portero de Mutxamel, un central de Benijófar y un mediocentro de Santa Pola se han reencontrado en Águilas gracias a otro paisano con hechuras blanquiazules, Gaspar Campillo, responsable de sus fichajes como director deportivo. En el conjunto murciano los tres son vitales a su manera, pero ninguno pudo enfrentarse a su exequipo en el Rico Pérez. Dos de ellos por estar convalecientes, Buigues y Torres, y el tercero porque llegó al vestuario que ahora dirige Jovan Stankovic en enero, rescatado del Lleida.
El lateral Javi Pérez es el único futbolista con pasado herculano que pudo jugar en el Rico Pérez en la primera vuelta
Las suyas son carreras paralelas, comparten lugares comunes, transitan al tiempo por espacios en claroscuro, los que se sufren con naturalidad fuera de la balsa salvavidas de la LaLiga, en alta mar. El guardameta, que se marchó en 2018, ya ha tenido la experiencia de jugar en Alicante con otra camiseta. Lo hizo con el Logroñés en un «play-off» la campaña siguiente nada le salió bien. Después de ser señalado por la eliminación de los riojanos, firmó con el Talavera antes de recalar en el Águilas el verano pasado. Vivir a la sombra de Falcón le jugó a la contra en Alicante, donde en su año de eclosión, en la 16-17, pese a disputar 20 encuentros, el caos reinante en la entidad se lo acabó llevando por delante en un curso aciago en todo... el de Tevenet y Luque.
Inglés y Torres se marcharon del Hércules porque se cansaron de no contar, de que todo fueran buenas intenciones, de que nadie apostara por su continuidad. El primero lo hizo en 2018 y el segundo en 2021. El central pasó por Jumilla, Orihuela, Oviedo B y Lleida, y el mediocentro se marchó en enero del año pasado al filial del Espanyol menospreciado por Cubillo, el mismo que tuvo a Abde once jornadas en el banquillo.
Los tres tratan de encontrar su lugar en la jungla del fútbol. Ninguno sobrepasa los 25 años. El futuro que tienen ante sí es emocionante, pero necesitan que las lesiones les permitan volar. El domingo, por fin, los tres estarán disponibles y atesoran muchas opciones de ser parte del once titular.