Segunda RFEF

Luis Barcala no se moja en la protesta contra Ortiz

El alcalde se limita a pedir a la propiedad que construya un proyecto que sitúe al club «donde tiene que estar»

Protesta por en la calle por la mala situación deportiva Hércules bajo la gestión de Enrique Ortiz.

Protesta por en la calle por la mala situación deportiva Hércules bajo la gestión de Enrique Ortiz. / Jose Navarro

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Un año después, las ganas del alcalde de Alicante, Luis Barcala, de incomodar a la propiedad del Hércules han menguado notablemente. El primer edil, que el curso pasado, tras la caída del equipo blanquiazul a la cuarta categoría del fútbol español, llegó a decir que los dueños del mismo no tenían «ninguna credibilidad», aludiendo a su capacidad para gestionar la entidad, en esta ocasión ha rebajado la profundidad de su discurso coincidiendo con la menor afluencia de personas a la manifestación de protesta en contra de Enrique Ortiz que tuvo lugar el domingo por la mañana. 

La primera autoridad de la capital, 24 horas después de la manifestación que reunió en la plaza del Ayuntamiento a cerca de 600 aficionados molestos con el constructor, se limitó a mostrar su «solidaridad» con la «frustración e indignación» de los seguidores, pero, en vez de abundar en las causas que motivan ese sentimiento en un sector de la masa social, se limitó a pedir a quien controla la mayoría accionarial desde 1999 que construyera «un proyecto que sitúe al Hércules donde debe estar». Para el dirigente político del PP, «una cosa es el club y otra el sentimiento herculano».

Barcala ha optado por adoptar en esta ocasión un perfil bajo al ser cuestionado por este asunto después del revuelo y la polvareda que levantaron sus acusaciones directas al modo de administrar el club del fundador del Grupo Ortiz y de su socio de turno entonces, Juan Carlos Ramírez. El órdago del dueño del equipo, en el que daba las llaves del club al Consistorio en cuanto se lo pidieran para que fuera él quien se responsabilizara de su supervivencia, terminó ahogando una chispa que pasó de posible incendio grave a fuego artificial. En la otra gran institución pública, la Diputación Provincial, aseguran que no tienen poder de decisión en este tema y pasan la responsabilidad a la Generalitat, vinculada directamente al Hércules a través de la titularidad del José Rico Pérez, que aún está pendiente de un dictamen judicial que resuelva quién es el arrendador y quien el arrendatario.