El primer día de trabajo de Paco Peña como responsable con poderes firmados de la secretaría técnica del Hércules se cerró anoche con la contratación del entrenador Ángel Rodríguez, quien, a sus 50 años, vivirá en Alicante su tercera aventura como responsable de un banquillo. El técnico leonés, que debutó como preparador en el Langreo en 2020, se comprometió al año siguiente con el Pontevedra, con el pasado mayo logró el ascenso directo a Primera RFEF como campeón del grupo 1.

Los registros de su equipo esta temporada han sido sobresalientes con el cuadro gallego. Ha sumado 65 puntos, con solo cinco partidos perdidos, y un balance goleador muy positivo, 66 tantos a favor (el más alto de la categoría) y solo 35 en contra, el quinto más bajo de su grupo. La apuesta de Paco Peña por su entrenador lo condiciona todo, también su futuro. El ex secretario técnico del Intercity liga su futuro a la ambición que debe manifestar un profesional al que le llega la gran oportunidad después de haber logrado algo que el club al que llega ahora no ha podido conseguir en las últimas ocho campañas.

Ambos, Peña y Rodríguez, aterrizan en un Hércules en depresión con la energía que les otorga haber cerrado con éxito sus etapas anteriores. El entrenador leonés fue futbolista en dos momentos diferentes en el Alcoyano, primero en la campaña 1992-1993, y después en la 2005–2006. El centrocampista también pasó como jugador por el Mensajero, el Córdoba, Las Palmas, Numancia, Sevilla, Osasuna, Poli Ejido, Recreativo de Huelva, Roquetas y Santa Brígida, donde finalmente se retiró en 2009.

Ángel Rodríguez Nebreda aprendió el oficio de entrenador como segundo de Paco Herrera, al que acompañó cuando este dirigió a Celta, Zaragoza, Valladolid, Las Palmas y Sporting. Una década al abrigo del técnico catalán le han valido para lograr dos ascensos a la máxima categoría y afianzarse como segundo en la élite. Ahora tiene ante sí la gran oportunidad de consagrarse en un banquillo que ha triturado a 16 entrenadores desde que cayó a Segunda B en 2014. Firma por una temporada con opción a otra más automática en caso de lograr el salto de categoría.

Paco Peña, después de haberse reunido la semana pasada con Carmelo del Pozo para ponerse al día de los asuntos pendientes de cerrar, tiene ahora una prioridad: lograr que Raúl Ruiz renueve y sea el capitán de un proyecto que, de momento, nace sin la figura de un director deportivo y con las puertas abiertas a nuevas incorporaciones a medio plazo en la estructura técnica.

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El área deportiva tiene tarea. Si Peña desea armar un bloque en el que la mayoría de integrantes pueda trabajar seis semanas junta antes del comienzo del campeonato, es necesario empezar a negociar las incorporaciones antes de que el mercado se agite y las primeras opciones vuelen o se encarezcan. Para que esa labor fundamental se active, lo primero es saber de cuánto presupuesto se dispone para el primer equipo. 

La inclusión del Hércules, en contra de su voluntad, en el grupo 3 de Segunda RFEF junto a catalanes, baleares, aragoneses y valencianos le hace perder de cuajo la mínima ventaja que le ofrecía competir en un grupo 5 sin los rivales más potentes, los que terminaron subiendo a Primera RFEF. El Hércules debe contratar a 20 futbolistas: 15 profesionales (ya tiene a Toscano) y 4 sub-23 (el quinto debería ser César).