El Hércules quiere que siga. Él desea seguir. Solo un despropósito de proporciones aberrantes puede romper un vínculo que va más allá de lo deportivo, el que une al canterano blanquiazul con el equipo de su ciudad. Raúl Ruiz fue el primero al que se trasladó verbalmente el interés real por renovar su contrato, que expira el 30 de junio. Lo hizo el director deportivo en tránsito, Carmelo del Pozo, y el propósito lo ratificó después el secretario técnico entrante, Paco Peña, que también ha contactado con él personalmente después de firmar los poderes de su nuevo cargo. Lo que no ha habido en ningún momento ha sido una oferta seria, esa aún no existe. El agente del capitán blanquiazul aguarda la propuesta para estudiarla con su representado. 

El jugador, uno de los más utilizados por Sergio Mora el curso pasado, titular siempre que estuvo disponible, que apenas se perdió dos choques por molestias, que aceptó sin poner objeciones su cambio de demarcación (de lateral a extremo) pese a que la mayor parte de su carrera la desarrolló como carrilero tras marcharse al filial del Real Madrid en 2009, espera que se sea justo con él y no se aproveche la unión emocional que le une a la entidad para reducirle aún más el salario de lo que ya se hizo el curso anterior.

Raúl Ruiz no quiere perder más poder adquisitivo y confía en que la oferta que se le ponga encima de la mesa refleje el estatus que se le va a otorgar dentro del vestuario. La secretaría técnica ve en él a un líder, a alguien capaz de soportar el peso de abanderar un grupo de trabajo del que tiran hacia abajo muchas circunstancias particulares, una plaza singular y de combustión fácil que hay que hacer reposar sobre alguien con unas condiciones muy específicas que se han de valorar justamente.

El futbolista alicantino ya realizó un sacrificio económico el año pasado rebajando su caché sobremanera

Raúl Ruiz es casi un símbolo, un icono sin manchar, uno de los pocos rostros dentro del proyecto que suscita el apoyo casi unánime de una masa social fragmentada, cada año más polarizada por la acumulación de proyectos errados en la última década. El canterano no aspira a ser el mejor pagado, ni siquiera a formar parte del grupo de los que sí lo estén (si hay más de uno), pero tampoco quiere ver todavía más perjudicados sus ingresos. 

Consciente de la situación sufrida la penúltima primavera con la caída del equipo a la cuarta categoría, ya dio facilidades para que se pudiera contar con él en el equipo. El lateral rebajó su caché construido a lo largo de trece temporadas sabiendo que la situación lo requería. Ahora su entorno confía en que quienes desean que continúen tengan presente aquel sacrificio y no carguen sobre su ficha más reajustes, que se le haga una oferta de renovación a la altura de lo que se le va a exigir, que es que tire del carro dentro y fuera del césped.

Sin prisa, pero...

Raúl Ruiz no se marca una fecha tope, tampoco pretende dar un ultimátum a la secretaría técnica, pero ha pasado más de un mes desde que terminó la Liga, desde que se le dijo que deseaban que continuara y por eso confía en recibir una oferta firme que poder valorar en las próximas fechas, a ser posible la semana que viene. El mercado se agita y el interés por él de otros clubes que preguntan por su situación no se puede dejar en suspenso eternamente.

20 FICHAS

Tiene que cubrir la secretaría técnica este verano

►La secretaría técnica del Hércules que ahora encabeza Paco Peña está obligada a dar de alta 20 fichas este verano, dado que solo hay dos jugadores con contrato en vigor: Sandro Toscano y César Moreno. Del primero, no hay duda de que iniciará la temporada si no se produce ningún situación anómala. Del segundo, no tanto. Carmelo del Pozo negoció con el mediocentro cartagenero una cláusula de rescisión de 3 millones y la propiedad está dispuesta a escuchar ofertas.