Todo equipo exitoso necesita una columna vertebral que le haga jugar de memoria. En pretemporada, época de cargar piernas, memorizar conceptos y conocer a cada uno de los compañeros que van a pelear por el mismo objetivo que tú durante los siguientes nueve meses, es cuando se empieza a forjar ese bloque que luego cada aficionado es capaz de recitar de memoria.

No es cuestión de jugar solo con once. Las rotaciones, la variedad de esquemas y las distintas opciones que puede ofrecer una plantilla conformada por entre 20 y 25 futbolistas también ganan partidos y, sobre todo, certifican objetivos a final de curso. En el caso del Hércules, el ascenso a Primera RFEF.

Ángel Rodríguez, técnico elegido para el enésimo intento de la entidad alicantina de salir de las cloacas balompédicas, empieza a tener claro esa base que quiere formar para «su» Hércules. En los cinco amistosos de pretemporada (aún quedan dos contra Orihuela y UCAM Murcia y no se pudo jugar uno ante el Eldense por la falta de efectivos), el preparador blanquiazul ha repartido esfuerzos, pero siempre teniendo en cuenta que cualquier minuto puede ser fundamental para generar sinergias, coger conceptos y, en definitiva, formar un equipo. Más aún cuando sabes que vas a ser el rival a batir de tu grupo y cuando has tenido que formar gran parte de la plantilla casi a contrarreloj.

El primer puesto fijo para Rodríguez es el de portero. Carlos Abad será el guardián de las llaves del Rico Pérez durante la 2022/23 y, de momento, su rendimiento invita al optimismo, a pensar que la portería herculana está a buen recaudo. El canario ha sido titular en los cinco partidos de verano y aún no se ha fichado a nadie como teórico suplente. Abad únicamente ha dejado migajas en forma de minutos a Fajardo (media hora frente al Al Wehda y un cuarto de hora contra la selección de la AFE). Iván Martínez es el favorito para ejercer ese rol, aunque Osasuna debe dar luz verde a su cesión. No será sencillo.

En línea defensiva las cosas también parecen claras. El puesto de central tardó en ser reforzado, pero tanto Dylan Leiva como Marcelo Djaló están llamados a ser los jefes de la zaga. De hecho, el primero ha sido siempre titular desde su llegada y en el último partido, frente al Cartagena B, jugó los 90 minutos. Con Marcelo hay calma porque no quieren que el año en blanco le pase factura. Frente al Alcoyano jugó media parte y ante el filial cartagenero subió la carga de minutos a 72.

En la sala de máquinas herculana aparece otro fijo. Este, con mayúsculas. Sergio Marcos, el único futbolista de la plantilla actual con experiencia en Primera División, debe ser el faro del Hércules, la prolongación de Rodríguez sobre el terreno de juego. Los dos últimos partidos los ha disputado completos y solo ante la AFE empezó en el banquillo.

El quinto «ángel» de Rodríguez es Víctor Villacañas, un jugador polivalente que ayudó el curso pasado al ascenso del Intercity llegando a mitad de curso y que ahora quiere ser aún más importante como blanquiazul. Es el único futbolista de campo que ha sido titular en los cinco amistosos y esa polivalencia para ocupar diversos puestos tanto ofensivos como defensivos deben ser un arma para potenciar durante la Liga.

Tras estos cinco, al técnico del Hércules le aparecen diversas opciones para completar el equipo base, alguna más clara que otra. En el lateral derecho, el capitán Raúl Ruiz debería ser un fijo, aunque de momento se reparte el puesto con Víctor Eimil. En ataque, Jack Harper y Ander Vitoria prácticamente han jugado la mitad de los minutos cada uno. El primero ya vio puerta contra el Alcoyano.

La zona que más puede rotar debería ser la medular. Ahí Rodríguez, además de Sergio Marcos y Villacañas, tiene piezas de diferentes características como César Moreno, Toscano, Manu Navarro, Maxi Ribero y Cedrés. A ellos deberían añadirse los lesionados y los últimos fichajes que cierre el equipo dirigido por Paco Peña. Con esta base, el Hércules de Ángel Rodríguez busca el ascenso.