Ángel Rodríguez tendrá que recomponer la defensa para viajar a El Prat este domingo. El examen radiológico al que se sometió anteayer Felipe Chacartegui ha confirmado que deberá permanecer alrededor de un mes de baja para recuperarse de la microrrotura fibrilar que se le ha detectado en el cuádriceps y que le impidió volver al partido tras el descanso el sábado pasado, en el duelo con el Badalona Futur.

El lateral zurdo notó un pinchazo en la última jugada del primer tiempo y se optó porque se quedara en la ducha para no complicar más una situación que ya arrastraba el futbolista desde la semana anterior. Felipe creyó que la molestia que sintió al intentar patear un centro lateral era en el mismo lugar en el que tiempo atrás había sufrido ya un rotura, de la que, aparentemente, estaba recuperado.

Sin embargo, las pruebas han confirmado que la cicatriz en el músculo ha vuelto a abrirse levemente, de modo que el jugador estará cuatro semanas ejercitándose con un recuperador para volver a poner a tono y restablecerse al 100% de su dolencia.

El sustituto natural es Marcos Bravo, pero el entrenador ya probó en esa demarcación a Víctor Eimil el sábado

Mientras eso sucede, el preparador del Hércules debe decidir quién ocupará en el once titular una plaza para la que Chacartegui era el legítimo dueño por rango y recorrido profesional. El sábado, en el Rico Pérez, el técnico blanquiazul optó por dar entrada a Víctor Eimil, que ocupó ese espacio a pierna cambiada. 

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Su vocación de carrilero potente le lleva a sumarse al ataque con mucha premura, es decir, a alejarse del central en exceso, algo que pasa factura atrás porque el sistema de contención aún está en construcción. El sustituto natural de Felipe en la plantilla es Marcos Bravo por su condición de zurdo. El madrileño, que llegó en el tramo final de la pretemporada, familiarizado con esa banda, también tiene tendencia a proyectarse en ataque con excesiva urgencia, de ahí que la decisión de suplir al lateral titular no sea fácil.

En El Prat, sobre superficie sintética, con abundancia de bote y espacios menguantes, la figura de un lateral de largo recorrido puede no ser la mejor opción si los extremos no entienden que deben trazar diagonales sin balón hacia dentro. De lo contrario, el colapso añadirá más dificultad a una circulación de por sí difícil y menos fluida debido a las condiciones de un terreno de juego que al Hércules se le da especialmente mal.