Ángel Rodríguez dirigirá la sesión de recuperación de este lunes, en Fontcalent, la primera de la semana, después de que Paco Peña haya insistido en su continuidad al frente del equipo al no considerar al entrenador castellano responsable directo de la pésima imagen ofrecida por el Hércules, en franca involución, sumido en una crisis de juego e identidad que amenaza con dinamitar por entero el proyecto antes del parón de Navidad.

Un triunfo en dos meses, dos derrotas seguidas, cuatro en los últimos cinco encuentros oficiales, un punto sumado en 30 días y 13 de 36 en toda la Liga, son los números paupérrimos firmados por el preparador leonés que, pese a ello, sigue gozando del respaldo de la secretaría técnica, que ve necesario dar una oportunidad más al preparador que asumió el cargo en julio articulando un discurso triunfal y doce fechas después se ve inmerso en la pelea por no descender a la quinta categoría nacional.

Las diversas conversaciones mantenidas a lo largo de la tarde del domingo han servido para confirmar que Ángel Rodríguez tiene, ahora sí, un ultimátum pesando sobre la gestión de un vestuario roto, impotente y desasistido al que no le está sirviendo de mucho la metodología implantada. Si el equipo no es capaz de puntuar en Olot dando una buena imagen, será destituido. Siete días más para revertir un destino que parecía escrito después de los episodios de fuerte tensión protagonizados dentro del estadio durante la debacle frente al Lleida, que llegó a Alicante el sábado en la parte más baja de la clasificación y habiendo marcado solo cinco tantos en once contiendas.

"Sé que en el fútbol hay momentos buenos y malos y que en los malos se señala a una persona, pero no tiene por qué ser el culpable de todo"

El preparador blanquiazul, que siguió el choque desde el antepalco por haber sido expulsado en Terrassa, conversó con Peña antes de someterse a la rueda de prensa posterior al duelo con el cuadro ilerdense. Allí, el director deportivo ya le trasladó un mensaje de tranquilidad, que luego él quiso transmitir a los periodistas.

"Hemos hecho un partido malo, horrible, pero no queda otra que seguir trabajando e intentar mejorar", explicó Rodríguez, volviendo a calificar a su bloque de "frágil" defensivamente como en los anteriores tropiezos, cargando la mayor porción de la culpa sobre su vestuario.

"Sé que en el fútbol hay momentos buenos y malos, y que en los malos se señala a una persona, pero no tiene por qué ser el culpable de todo", expuso el técnico antes de aseverar que todo el mundo en el vestuario "debe mirarse el ombligo", en clara alusión al reparto —por supuesto siempre de arriba a abajo— de responsabilidad en el desastre.

"No reconozco en este Hércules ninguno de los rasgos de juego que yo defiendo desde hace 30 años como futbolista o entrenador"

"El partido me deja preocupado porque hemos dado la peor versión que se podía", indicó antes de pedir "perdón a la afición por cómo está el equipo", aunque precisó que mientras él continúe en el cargo, seguirá "trabajando para darle la vuelta a esta situación" a pesar de que el domingo que viene serán los mismos protagonistas (menos Truyols) los que estén obligados a ofrecer una cara diametralmente opuesta en el campo del Olot.

"Tengo claro qué es lo que necesitamos para mejorar y cómo mejoraríamos mucho", reveló, dando a entender que sabe perfectamente los puestos que se se deben de reforzar y, por consiguiente, de quiénes hay que prescindir para reforzar la plantilla en enero.

Ángel Rodríguez responde a las preguntas de la prensa al final del partido frente al Lleida. Alex Dominguez

Para Ángel Rodríguez, a pesar de que las sensaciones que transmite este Hércules sean difícilmente empeorables (que no imposible) el descenso a Tercera RFEF "está descartado". Lo aseguró de manera taxativa, sin vacilar. A lo que sí pareció resignarse es a no lograr ya el ascenso por la vía rápida finalizando campeón la fase regular.

"El partido me deja preocupado porque hemos dado la peor versión que se podía y le pido perdón a la afición por cómo está el equipo"

"Quedar primero va a estar jodido, pero hay tiempo para alcanzar la promoción de ascenso. Estamos en una versión mala y atascados, pero el partido de hoy (contra el Lleida Esportiu, 0-4) no hace justicia a lo que yo considero que puede llegar a ser el Hércules con algunos cambios", reiteró.

Después de 12 partidos al frente de un proyecto que él mismo ayudó a armar en verano, cuestionado por los rasgos del equipo en los que puede verse reflejado su trabajo como entrenador, fue concluyente: "En ninguno". Es decir, el bloque no ha adquirido ni uno solo de los preceptos que esgrimía Ángel Rodríguez cuando pronosticó aquello que ahora suena tan irónico de "este año nos vamos a divertir".