Hércules CF 0-2 CD Teruel

El Hércules regresa a su triste realidad ante el líder

Los alicantinos encadenan frente al Teruel la segunda derrota de la era Escobar y pierden otro duelo con un rival directo en la pugna por el ascenso

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Cosidos a la impotencia, a la imposibilidad, malviviendo en un estado gaseoso que no deja construir ni avanzar, que lo vuelve todo vacuo, volátil, frugal. Asomados a una realidad en penumbra con medio cuerpo fuera, desafiando al abismo, a la inminencia del desastre, al accidente que tendrás antes o después, el que te despierta mientras conduces. El Hércules recibe muchos golpes y muy pocos son de suerte. Por eso no se puede fiar de la fortuna, dejó de sentir lástima por él hace más de una década.

Segundo duelo frente a un igual, un rival directo en el intento de huida del fútbol de esparto, e idéntico desenlace. Nueva derrota, otra más frente a bloques bien construidos, y lo que es peor, dando síntomas de retroceso, de vuelta a las andadas, de buceo a ciegas por errores pretéritos, esos que convertían al cuadro blanquiazul en un equipo que solo se comprometía con su ataque y descuidaba hasta el bochorno su tarea defensiva.

La falta de conjunción en la defensa, con dos centrales que jamás han jugado juntos antes, es clave en la segunda derrota consecutiva

Así da igual quién se siente en el banquillo, el devenir resultará inmutable, cansino, redundante. Los errores de valor gol los cometen a menudo los conceptos futbolísticos que no van a ningún lugar amable, que bajan el telón sin aplausos, entre silbidos y sintagmas soeces, normalmente abrasivos. No hay manera de burlar al destino contrariado cuando le animas a viajar siempre contigo, a tu lado, dejando que sea él quien tome las decisiones y no al revés.

Jack Harper se lamenta de una ocasión malograda por el Hércules frente al Teruel.

Jack Harper se lamenta de una ocasión malograda por el Hércules frente al Teruel. / Jose Navarro

Lamentarse ahora por los atajos tomados en verano es un lugar común, pero darle la espalda a la evidencia también parece absurdo... e inútil. Enfrentarse al líder sólido de tu grupo con una defensa inédita que trabaja aislada del esfuerzo colectivo, que peca de arrogante intentando hacer lo que no sabe rara vez sale bien. La del Hércules quiso ser ayer la de un equipo rebelde, antojadizo, ajeno a sus facultades reales, a su propio peso, quiso ser el recluso recién llegado, delgaducho, que se va decidido a por el tipo más fuerte del patio de la cárcel para marcar territorio y, en la escena siguiente, le cosen el pómulo mientras se queja sin poder abrir los ojos.

Los locales aguantaron el pulso con el 0-1, pero se derrumbaron definitivamente tras encajar el segundo tanto a 25 minutos del final

Para encontrar una solución duradera lo principal es tomar conciencia del problema y tenerlo presente a lo largo de toda la rehabilitación. Si no es así, las recaídas se suceden y, más pronto que tarde, vuelves a verte en la casilla de salida. El Hércules buscó ejercer el rol que no le tocaba. Bastaba con mirar –aunque fuera de reojo– a la tabla clasificatoria para comprobar la distancia entre ambos y quién tenía más que perder. El Teruel, abundando en la idea táctica de su entrenador desde hace tres temporadas, lo tuvo claro y con dos movimientos fulminó a los blanquiazules.

Los jugadores del Teruel festejan el segundo tanto de Aparicio, el de la sentencia en el Rico Pérez.

Los jugadores del Teruel festejan el segundo tanto de Aparicio, el de la sentencia en el Rico Pérez. / Jose Navarro

En el primero, adelantó su línea de presión al medio de la cancha confiando en el error previsible de una defensa inédita y cuando llegó, se lo hizo pagar. El segundo fue la consecuencia lógica de lo anterior. Víctor Bravo replegó a sus jugadores, los acercó a su excelente portero y se limitó a esperar a que la ansiedad local y el peso del tiempo acabaran por servirle en bandeja los tres puntos.

Sucedió tal y como lo pergeñó el técnico líder. Antes del descanso, Mario Gómez, bastante menos ducho con la pelota de lo que él se cree, falló y propició la contra de Emaná, que llegó hasta Carlos Abad sin oposición, fatigado por la carrera y algo escorado. A pesar de eso, fue capaz de centrar orientando el cuero hacia el compañero que entraba en el segundo palo. Raúl Ruiz, se le adelantó pero, por miedo a un autogol, despejó sin fe, sin convicción, y Aparicio se encontró con una celebración con la que no contaba.

Diego Jiménez sube a rematar una de las muchas acciones a balón parado que desperdició el Hércules.

Diego Jiménez sube a rematar una de las muchas acciones a balón parado que desperdició el Hércules. / Jose Navarro

Lolo Escobar, exiliado en el antepalco, señaló a Jean Paul y al central que dio pie al 0-1 y apostó por Jack Harper y Felipe. Con el primero perdió la poca fluidez ofensiva que había logrado y con el segundo no ganó nada. Dos tiros al sol. Con los turolenses cómodamente posicionados cerca de su portería, un despeje, uno de tantos, lo peleó de espaldas Emaná, que esperó a la incorporación de quién corría hacia él, le dejó el balón botando y convirtió a Aparicio en héroe. El bigoleador conectó un chut afilado desde fuera del área que se clavó en la escuadra.

Sin patrón ni guía

En los 25 minutos que aún restaban, el Hércules solo deambuló por la cancha, sin ánimo, sin plan, sin patrón ni guía, aplastado por las dudas y vencido por la certeza de saberse más débil, maldito, menospreciado por la suerte... Con 0–0, Alvarito envió al travesaño un disparo tremendo en el único error de marca en 90 minutos del Teruel. Después, el madrileño filtró un pase a Retuerta, que sintió la mano de su defensor agarrándole dentro del área y se dio de bruces con el césped. El colegiado no lo consideró penalti... por enésima vez. Y Toscano, en la reanudación, justo en el arranque de la segunda mitad, volvió a estrellar la pelota en el larguero inventado una rosca fabulosa. Nada. Agua.

El equipo blanquiazul estrelló dos balones en el travesaño y reclamó un penalti por agarrón en la primera mitad a Alberto Retuerta que se pasó por alto

Si hubiera derivado en festejo alguna de esas tres acciones, el signo de la contienda podría haber sido otro. Pero no entraron y el excedente de público que entró en el estadio atraído por las bonificaciones de los pases y el «efecto Lolo» desfiló por los pasillos angostos del Rico Pérez antes del pitido final con la cabeza gacha para no tropezar. Séptima derrota de los blanquiazules, seis más que su rival. La esperanza nos sujeta al universo, pero no conviene confundirla con la verdad, sobre todo si es una tan alejada de la realidad.

FICHA TÉCNICA

HÉRCULES: Carlos Abad, Raúl Ruiz (Dani Marín, 90’), Mario Gómez (Felipe, 45’), Diego Jiménez, Retuerta, Toscano (Luque Jr., 72’), Artiles (Manu Navarro, 81’), Míchel, César, Alvarito, Jean Paul (Harper, 45’).

TERUEL: Konate, Hermelo, Fran, Cabetas, Sanchís, Tena, Manchón, Aparicio (Romero, 76’), Guille (Villanueva, 88’), Lacruz (Luis Sánchez, 59’), Emaná (Moha, 88’).

GOLES: 0-1, Min. 43: Aparicio. 0-2, Min. 72: Aparicio.

ÁRBITRO: Luis Enrique Morona del Campo (Madrid). T. Amarillas: para el local César Moreno y los visitantes Hermelo, Carmona, Manchón, Cabetas y Tena. Sin expulsados.

ESTADIO: Partido correspondiente a la jornada 22 del grupo 3 de Segunda RFEF jugado en el José Rico Pérez con cerca de 6.000 espectadores en la grada. Lolo Escobar siguió el partido desde el antepalco en el primero de sus dos partidos de suspensión.

Próximo partido: Ebro-Hércules, domingo 26 de febrero, a las 12:00 horas.

Clasificación: tras la derrota, el Hércules baja a la séptima plaza con 31 puntos, dos menos que el Manresa, que ahora es 5º y a 14 de distancia del líder Teruel.