Segunda RFEF

Hércules CF | Los nervios agarran a Lolo Escobar

El entrenador blanquiazul asegura que se hizo cargo de la plantilla en la jornada 14 con el equipo «hundido en el descenso» y solo un objetivo: «lograr la permanencia»

Lolo Escobar, durante una de sus comparecencias ante la prensa en el José Rico Pérez.

Lolo Escobar, durante una de sus comparecencias ante la prensa en el José Rico Pérez. / HECTOR FUENTES

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Mal día. Seguramente, el peor. La tensión se acumula y la necesidad de justificación lleva a algunos de los protagonistas a vertebrar discursos difíciles de asimilar, insostenibles con datos objetivos. El de Lolo Escobar ayer en la sala de prensa previa al encuentro contra el Formentera es un claro ejemplo de la mala pasada que pueden llegar a jugar los nervios por más sensación (vana) de aplomo y fortaleza que se pretenda trasladar.

El técnico blanquiazul, que ya defendió hace siete días que estar a tiro de la quinta plaza con 30 puntos por disputarse era su meta cuando aterrizó en Alicante, dio un giro de tuerca más en ese camino hacia el sálvese quien pueda... mil veces ya visto en esta ciudad y este equipo.

El preparador extremeño, a una derrota de igualar en número de tropiezos de su predecesor (5) y en número de encuentros dirigiendo a la primera plantilla (13), aseguró sin inmutarse que cuando aceptó coger las riendas del proyecto blanquiazul, este se hallaba «hundido en el descenso», muy lejos de la salvación, aunque en realidad no fuera así, ni mucho menos.

Verificación sencilla

«Algunas de las últimas derrotas han sido duras, difíciles de asimilar, pero no podemos quedarnos ahí, hay que avanzar. Hay que ganar y luchar el objetivo de la permanencia. Cuando yo llegué, esta plantilla estaba a 4 puntos de salir del descenso, que se nos olvida muy rápido. Y ahora, por más que hayamos perdido, estamos peleando por entrar en ‘play-off’ aprovechando que el resto de rivales nos ha dado vida con su irregularidad», explica a pesar de que eso nunca ocurrió realmente así. 

Dejando a un lado la idea muy discutible de que se le contratara marcando la salvación como prioridad absoluta, cuando Lolo Escobar se puso al frente del vestuario, el Hércules era decimotercero después de las 13 primeras fechas. Tras el empate en Olot que activó el despido del extécnico del Pontevedra, ocupaba puesto de «play-out» de permanencia y estaba un punto por debajo del Badalona Futur, 12º en la tabla clasificatoria. En descenso durmió una semana, exactamente la anterior, tras la jornada 12, en el momento de máxima tensión vivido en el estadio tras la goleada del Lleida, pero igualado a puntos con su verdugo esa mañana, que entonces marcaba la salvación.

Lolo Escobar sostiene que, cuando él llegó a Alicante, justo antes de la jornada 14, cogió al equipo «a cuatro puntos de la salvación» aunque la realidad lo desmienta

Son días de dormitar ligero por la angustia del fracaso. Las cosas no salen como se esperaba y cada vez hay más similitudes con el tratamiento de la crisis de resultados que aplicó Ángel Rodríguez hasta su destitución. También para Escobar, «ni estábamos tan bien cuando ganábamos, ni tan mal ahora que perdemos», ha llegado a esbozar en la víspera del crucial duelo del Día de Padre frente al equipo insular, que aventaja en 4 puntos a los alicantinos.

«Esta final no es ni más ni menos final que todas las anteriores, espero que esta vez sí estemos a la altura... como mínimo en el resultado final, que es lo que de verdad cuenta», asegura el preparador de Don Benito.

Decepcionado con la segunda unidad

«Tenía muy claro el once tipo en mi cabeza, pero en cuanto se me han caído algunas de las piezas, los sustitutos no han aprovechado la oportunidad, el único que lo ha hecho, y muy bien, ha sido Maxi Ribero. El resto de las bajas no las hemos sabido cubrir, sin ir más lejos, la de Raúl Ruiz la semana pasada. Hemos tenido ausencias que no hemos sido capaces de suplir», reiteró, dejando marcado directamente a Víctor Eimil y a los centrales que no han estado a la altura de Roger Riera, en palabras del propio entrenador.

«Tenía en mi cabeza un once muy claro, pero, cuando han llegado las bajas, los sustitutos no han aprovechado la oportunidad»

«Antes de los partidos, siempre me pongo en lo positivo, no contemplo la derrota. Creo que vamos a ganarle al Formentera y nos vamos a situar a un punto de ellos. Si vuelvo a poner el foco en lo negativo, situaré al equipo en el mismo punto en el que me lo encontré cuando llegué, y yo lo que quiero es dar pasos hacia adelante», se apresuró a esgrimir después del mal diagnóstico esbozado con sus otras respuestas.

Sincericidio...

En un exceso de sinceridad no solicitado, Lolo Escobar desveló el método que empleó cuando se puso delante de los periodistas la primera vez. «Cuando llegué tuve que inventarme cosas para salir aquí y hablar de las sensaciones del vestuario. Ahora no tengo que hacerlo. La realidad es que tenemos que resetear todos, olvidar lo que ha pasado y afrontar una miniliga de nueve jornadas en la que tenemos que ser los mejores. Eso nos tiene que dar para acabar quintos (desechando cualquier otra posibilidad más ambiciosa... y poco realista). Cuando yo llegué el objetivo era evitar el descenso a toda costa y, desde ahí, llegar lo más arriba, hasta el play-off, y estamos en esa pelea», volvió a subrayar el entrenador del Hércules, que tiene claro uno de los motivos que está perjudicando a su equipo.

«Esta final no es ni más ni menos final que todas las anteriores, espero que esta vez sí estemos a la altura... como mínimo en el resultado final»

«Si los jugadores no atendieran lo que sucede en el entorno, lo que se dice o se escribe en prensa, en redes, si no mirasen la clasificación, que es lo que hago yo a estas alturas de mi carrera, competirían mucho mejor. Pero eso es una utopía, falta madurez para poder hacerlo y todo lo que oyen o ven, les afecta», asegura.

La estrategia del domingo a las 11:30 horas

«Este es un partido –frente al quinto clasificado, el Formentera, con el que está perdido el golaveraje (2-1)– que depende al 100% de lo que seamos capaces de hacer nosotros. Da igual lo que proponga el rival, si nosotros no damos nuestra mejor versión, vamos a sufrir», advierte.

«Hemos centrado la semana en eso, en corregir nuestros errores, hemos repetido 30 veces el córner que nos costó los tres puntos en Santa Eulalia, por ejemplo. Tenemos muy bien estudiado al rival, que se cierra muy bien por dentro, así que hay que hacerle daño por fuera, pero aún no sé si eso significa salir, o no, con dos delanteros desde el principio».