El Hércules vuelve a empezar

El enésimo proyecto del Hércules para recuperar parte del terreno que por historia le corresponde en el panorama futbolístico empieza este domingo. Lo hace, por tercer año consecutivo, en el cuarto escalón del balompié nacional, donde sigue expiando sus pecados del pasado reciente, en una Segunda RFEF en la que el herculanismo se ha visto obligado a celebrar su centenario.

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Precisamente ese, el verbo «celebrar» es el quiere volver a conjugar una entidad que acumula fracasos año tras año. Lo hace con Rubén Torrecilla al frente. No es el entrenador esperado al inicio del proyecto, pero de momento parece haber aterrizado con buen pie, al menos por lo visto en pretemporada, que por otra parte muchas veces no deja de ser un espejismo. Algo que debe confirmarse en competición oficial.

Como decíamos, Torrecilla no era el primer plato. De hecho, ni siquiera era un plato. El técnico llamado a dirigir el proyecto del Hércules 2023/24 era Lolo Escobar, pese a no haber culminado en el tramo final de campaña las buenas sensaciones que había dejado en su inicio en el banquillo alicantino. Escobar dio la espantada para dirigir al Algeciras, en Primera RFEF. Un síntoma doloroso, pero inequívoco de lo que es el Hércules en el año 2023. Recuperar el prestigio es el primer paso. Y eso solo es posible ascendiendo de categoría. Es el único objetivo. La obsesión. La necesidad.

Lolo Escobar acata las condiciones y el Hércules anuncia a Rubén Torrecilla

Para ello, el verano ha vuelto a ser movido en las oficinas del Rico Pérez, con 16 fichajes, los dos últimos el mismo 1 de septiembre: Hugo Sanz y Diego Lorenzo. La secretaría técnica, con Paco Peña a los mandos, se ha guardado un comodín en forma de ficha profesional no cubierta para tratar de apuntalar el equipo con un futbolista en paro, bien porque un buen inicio de temporada convenza a algún pretendido receloso o bien porque destape alguna necesidad que no se haya detectado en verano.

El escenario para el debut liguero en Segunda RFEF es un Rico Pérez en el que el Hércules de Torrecilla debe aprender a hacerse fuerte desde el primer día. Otro curso dejándose puntos como local será el sendero hacia un nuevo fracaso. El técnico ha mentalizado de ello a la plantilla y sumar de tres en tres en Alicante es fundamental.

Rival directo

La primera piedra de toque será, en teoría, uno de los rivales directos por la plaza de campeón, aquella que proporciona el ascenso directo a Primera RFEF sin necesidad de disputar eliminatorias a vida o muerte en el mes de junio. Este domingo (20 horas, TVFootballClub) el filial del Espanyol visita el coliseo herculano, en el que se espera a gran parte de los más de cinco mil abonados.

Un incómodo filial que, a la vez, supone una incógnita en estas primeras jornadas de competición. El Hércules espera dar continuidad a la buena imagen ofrecida en el trofeo Ciudad de Alicante contra el UCAM Murcia, el encuentro que sirvió para cerrar la fase de preparación y para presentarse ante su afición, que solventó con suficiencia.

Torrecilla solo cuenta para este partido con la duda de Nico Espinosa, quien acusa una sobrecarga muscular y al que el técnico quiere dosificar tras haber sufrido numerosas lesiones en los últimos tiempos. Alvarito ya está recuperado de su lesión en el tobillo y apunta a titular, mientras que no parece probable que las dos últimas incorporaciones del equipo formen parte de la convocatoria, ya que apenas han trabajado con sus compañeros.

El primer once inicial de Torrecilla en Liga prácticamente será calcado al último de pretemporada, con la posible entrada del recuperado Alvarito en banda en lugar del canterano Jorge. Carlos Abad lucirá galones de capitán bajo palos, la línea defensiva, fundamental si se quiere lograr el objetivo, estará formada por Samu Vázquez, Juanmi, Josema y Candelas; en la sala de máquinas quedarán Roger Colomina y Mangada; mientras que el resto de plazas ofensivas se las repartirán entre Artiles, Ketu y Marcos Mendes.

Para solventar cualquier problema desde el banquillo quedarían opciones como la veteranía de Míchel, la potencia de Jean Paul o el «9» de este curso, el argentino Coscia.

Un Hércules que está considerado como el gallo de su grupo. El primero en reconocerlo ha sido Manolo González, entrenador del Espanyol B. «Es un muy buen equipo, que se ha hecho bien, con jugadores de la categoría, que conocen perfectamente la Primera y la Segunda RFEF, y un campo dificilísimo. Es un equipo construido para ser campeón», aseveró en la previa del duelo. Un mensaje que se repetirá numerosas veces a lo largo del curso. A este proyecto, a estos jugadores les toca convertirlo en realidad.