Cerdanyola - Hércules: Máximo riesgo

El margen es exiguo, apenas existe, sobre todo si a lo que se sigue aspirando es a terminar la Liga como campeón, el camino más corto para saltar de categoría. El Hércules bipolar, el que conjuga momentos de fútbol brillante con microinfartos que le cuestan la salud, ha viajado a Cerdanyola del Vallés para recuperar el espíritu que le poseyó en Andratx, un escenario similar al que pisará en Les Fontetes, más seco si cabe.

Superficie gastada, riego mínimo debido a las restricciones de agua que pesan sobre Catalunya, viaje largo y, enfrente, un rival acostumbrado a atrincherarse alrededor de su portero esperando a que cualquier balón parado, cualquier saque de banda, lleve la pelota hasta la otra área para que el veterano Boris Garrós y sus 185 centímetros de corpachón sean capaces de transformarlo en gol.

Nueve lleva el veterano delantero barcelonés (35 años), nueve más que Mohamed Ezzarfani «Moha», el exherculano que no ha logrado hacerse con un lugar en el once titular tras no completara la progresión como futbolista que se le presuponía en Alicante. Max Marcet y el joven Carlos Martínez son las otras dos bazas ofensivas del equipo de Oliver Ballabriga, antepenúltimo en la clasificación, con pocas opciones de vivir un final de campaña tranquilo. 

El conjunto vallesano ha sumado siete derrotas en las últimas nueve jornadas, en las que solo ha cosechado 4 puntos. En su estadio, a pesar de la incomodidad manifiesta para los adversarios, únicamente ha arañado un par de triunfos en lo que va de Liga, lo que da una idea de las dificultades que está encontrando el rival del Hércules en la tarde dominical (17 horas) para asentarse en la cuarta categoría.

Un planteamiento sin sorpresas

El preparador del Cerdanyola tiene muy claro que su plan de partido no pasa por jugarle a los blanquiazules de tú a tú. Tratará de seguir el camino marcado por la Penya Independent hace una semana para aprovechar los fallos en las transiciones de los alicantinos y hacerles daño a la contra. La estrategia, la defensa de las marcas y la rifa del balón jugarán en contra de quien peor entre en el partido, uno feo de jugar que requiere de dosis altas de compromiso, concentración e intensidad porque al cuero le hace falta poco vuelo para llegar de una portería a la otra.

Si el Hércules no suma este domingo su séptimo triunfo a domicilio se le multiplicarán los problemas, máxime si sus rivales directos no perdonan. El Europa no será uno de ellos, ya que la RFEF ha decidido aplazar su pulso con el filial del Valencia por la extraordinaria situación de duelo que conmociona la ciudad después de confirmarse que, finalmente, han sido 10 los fallecidos en el incendio de los dos edificios del barrio del Campanar el pasado jueves.

Tampoco se jugará el Torrent-Atlético Saguntino por idéntica circunstancia. Los otros dos rivales directos del Hércules, Lleida y Badalona, se enfrentan entre sí en el Camp d’Esports a las 17 horas. Solo vale ganar, puede que hasta empatar... pero sumar un octavo tropiezo sería letal. Ni Richie Dapaah (que jugó en el Cerdanyola hasta el parón de Navidad) ni José Artiles, lesionados, ni el central Juanmi García, sancionado, han viajado a Barcelona.