Obituario

Lalo, el aguafiestas

El centrocampista canario, jugador del Hércules desde 1969 hasta 1973, ha fallecido este viernes en Cartagena

Lalo, durante su etapa como futbolista del Hércules

Lalo, durante su etapa como futbolista del Hércules / Perfecto Arjones

Ramón Pérez

Ramón Pérez

“Si te tocaba emparejarte con él en un entrenamiento se te acababa la diversión”. Robusto, pegajoso, incómodo y bragado. Podría ser un miura pero es la definición de un futbolista. Lalo Expósito (San Cristóbal de La Laguna, 1944) era todo entrega, un mediocentro marcador, cumplidor, desagradable para los rivales, un incunable de la sorda etapa del Hércules por Tercera División a finales de los 60

Desde Canarias dio el salto al fútbol peninsular para fichar por el Cartagena en 1962, apenas tenía 18 años. Fue indiscutible en Segunda y en 1965, ya con el equipo departamental en Tercera, llegó al eterno rival, el Murcia, para jugar nuevamente en la categoría de plata. Tras tres años como pimentonero fichó por el Hércules de César para la 69-70. Se haría con el puesto de stopper, imprescindible en aquellos campos de tierra sin videoarbitraje y de marcadores con publicidad.

Ascendió a Segunda con el Hércules y fue clave en el engranaje de un equipo que tuvo multitud de entrenadores (César, Berenguer, Miguel, Guti, Kocsis, Eizaguirre, Loves, Valera) en esos dos primeros años de Segunda. En la 72-73 perdió el sitio ante la presencia de otro corte de futbolistas como Varela, Baena, Sarrachini o Fusté.

Quedó hasta hoy su imagen de profesional hasta el extremo, un mal compañero de baile en cualquier ejercicio si ese día quería uno hacerse un poco el loco. “Era un pesao, todo un cumplidor”, cuentan con cariño y nostalgia algunos de sus compañeros de entonces. Continuó su carrera en el Hellín y se quedaría a vivir en Cartagena, donde estiró su profesionalidad pintando casas y edificios. Este viernes ha fallecido a los 79 años tras una larga enfermedad.