A César Rodríguez (1920-1995) le arrebató Messi el pasado martes el récord goleador que poseía en el FC Barcelona (232 goles), pero no parece probable, que el crack argentino sea capaz de destronar en el corazón de los aficionados del Elche y del Hércules a aquel leonés que, tras marcar una época dorada en Can Barça formando mítica delantera con Basora, Kubala, Moreno y Manchón, siguió su carrera profesional como jugador y entrenador con notable éxito en los dos equipos de la provincia de Alicante. Tres ascensos -dos con el Elche, al que condujo de Tercera a Primera División- y uno con el Hércules -al que devolvió a la categoría de plata- quedan inscritos con letras de oro a su paso por Altabix y La Viña.

Tras desvincularse del Barça y pasar brevemente por la Cultural Leonesa, César llegó al Elche en 1957 por expresa recomendación de Samitier al entonces presidente franjiverde, José Esquitino. La leyenda describe que en la negociación, que se cerró con un acuerdo de pago de 80.000 pesetas de la época, Esquitino le dejó claro que quería un entrenador, pero que si se veía preparado para compartir esa función con la de futbolista, que él mismo decidiera ("usted entrena al equipo, y si como responsable decide alinearse, eso ya es cosa suya").

Y así fue. César desempeñó ambas funciones e, incluso, retrasó su posición (era delantero y ejerció como defensa) para ajustarse al guión que requerían las circuntancias. Ese primer año, el Elche se paseó en Tercera División anotando un registro goleador estratosférico (147 goles) y logrando el ascenso tras una apasionante promoción ante el Mallorca.

El éxito de César en el equipo franjiverde no se detuvo ahí. El año siguiente, el leonés condujo al Elche a Primera División por primera vez en su historia, materializando el ascenso en Tenerife.

El 13 de septiembre de 1959, César dirigía y jugaba -con 39 años- el primer partido del Elche en Primera, disputado en Oviedo (1-1), y una semana después Altabix se estrenaba como campo de la máxima categoría en un choque histórico ante el FC Barcelona, que finalizó con triunfo ilicitano por 2-1 con goles de Pahuet y Cardona. Aquel equipo completó la temporada con un décimo lugar, asegurando la permanencia sin apuros. Tras ello decidió cambiar de aires y dirigió en distintas etapas a Zaragoza, Barcelona, Mallorca, Celta y Betis.

Una década después de su paso por Elche, César aceptó la propuesta de Tomás Tarruella, presidente del Hércules, para sacar al equipo blanquiazul del pozo de Tercera División.

Aquella campaña 69-70 también acabó con laureles y festejos en Santa Faz al conseguir el ascenso en una promoción disputada con el Osasuna, que propició la primera de las dos salidas de rodillas de Humberto Núñez del estadio El Sadar (la segunda fue en 1974) y de César a hombros. El recordado guardameta paraguayo abría la alineación tipo que completaban Valbuena, Murcia, José Juan, Lalo, Murciano, Macoli, Araujo, Quinichi, Corró y Pardo.

César siguió un año más en Segunda División en Alicante y después recaló y se retiró en el Sant Andreu.