MARÍA JOSÉ BALLARÍN

Consejera Delegada de Obras Especiales

"Hay un repunte de la construcción y el 2022 viene con mucha obra"

POR ARMANDO HUERTA

Nacida en Pamplona, su vida está íntimamente unida a Obras Especiales, la empresa de su familia. Antes de la entrevista nos lleva a conocer uno de los edificios residenciales que realiza la constructora en Pamplona. A pie de obra, llama a todos sus trabajadores por su nombre y les pregunta por su vida. Se muestra cercana a ellos y afable con el periodista antes de conversar sobre el presente y el futuro de un sector que, pese a algunos problemas, despega.

María José Ballarín, que asegura que “se vende todo y se está pidiendo más suelo”, denuncia la escalada en el precio de las materias primas
ARMANDO HUERTA. PAMPLONA (NAVARRA) –¿Cómo va el año para la empresa? ¿colean los efectos de la crisis?

–Este año, en principio, lo cerraremos en línea con los tres años anteriores. La pandemia realmente tampoco ha sido tan significativa a nivel de volumen de actividad para nosotros. Aunque bajaron las licitaciones y algunas contrataciones, con lo que traíamos en cartera y lo que hemos contratado en 2020 nos mantuvimos al nivel de lo que veníamos ejecutando en los dos años anteriores. En ventas, del orden de los 150 millones. Pero es una época en que los márgenes son muy estrechos en todos los sectores.

–¿Repunta ya la actividad?

–Va a despuntar, sobre todo, el año que viene. Está habiendo ya un repunte importante de la actividad en el sector y el 2022 viene con mucha obra. Suena fenomenal, ¿verdad?

–Claro. Es actividad, es empleo...

-Bueno, pues ahora te diré que no tenemos con quien hacer las obras. Tenemos mucha actividad y muy poquitos recursos en el mercado. Somos un sector en el que, en épocas de crisis, mucha mano de obra y muchos técnicos se pasaron a la industria y ahora es muy difícil volver a traerlos. Hay más actividad que capacidad de ejecutar esa actividad. Así que viene otra crisis interesante que gestionar.

"No tenemos con quien hacer las obras. Muchos se reconvirtieron a otros sectores"

–Se les expulsó, entiendo, en la crisis de 2008 y ahora ya no están. Faltan alicatadores, encofradores...

–Eso es. Nuestro sector, antes del año 2008, daba empleo a 2,8 millones de trabajadores y con la crisis bajamos a 800.000. ¿Y dónde están todas estas personas? La mayoría se ha reconvertido a otros sectores como la industria o la hostelería.

–Muy difícil recuperar ese empleo cuando las personas ya tuvieron que buscarse la vida y, de alguna manera, reinventarse...

–En estos momentos, estamos en 1,3 millones de personas, pero sigue habiendo una necesidad importante de contratar. Todo apunta a un volumen mayor de actividad, y la construcción va a ser transversal a muchos proyectos que muy pronto vendrán de los fondos europeos. Pero, ¿donde están los recursos humanos para poder ejecutar todo lo que viene? Es un problema.

–Y eso que sufrimos un problema estructural de paro juvenil...

-En Navarra estamos bastante mejor, pero a nivel estatal tenemos casi un 40% de paro en menores de 25 años. Y, sin embargo, en muchos sectores como el nuestro no encontramos personas para ejecutar nuestra actividad.

–¿Cómo hemos llegado a esta paradoja?

–No hemos mirado a medio plazo. Ahora son pocos los que estudian para ser un buen fontanero o un buen carpintero, que son oficios que requieren de una formación. Como durante muchos años hemos sido un sector poco atractivo porque no había trabajo, no se ha estudiado. Pero, ahora, viene trabajo, ¿y dónde están todas esas personas...?

"La subida en el precio del acero corrugado es del 80%. Un escándalo"

–De ahí que tengan tantas perspectivas los estudios de FP...

–La FP es hoy tan necesaria como las licenciaturas. A un carpintero no le tiene que enseñar su padre carpintero; un carpintero debe tener su formación profesional, su oficio. Nuestros clientes nos exigen un nivel premium, luego tenemos la obligación de hacer todo de primera calidad y necesitamos carpinteros premium, fontaneros premium, electricistas premium y albañiles premium.

–Además los oficios se actualizan constantemente en función de los avances tecnológicos.

–Vamos hacia un modelo de construcción mucho más innovador que, afortunadamente, atraerá más talento juvenil. Viene un modelo de construcción industrializada, que llamamos. Si ya estamos en una industria 4.0, aplicando temas de inteligencia artificial, nos dirigimos también hacia una construcción 4.0. Y en el sector no solo nos preocupa sino que también nos ocupa que haya una formación en nuevas tecnologías. Vamos a necesitar en la construcción digitalización, ciberseguridad, etc. La transformación digital es un hecho.

Ballarín, en una de las obras residenciales de la compañía en Pamplona
Fotografía: Iñaki Porto

–Obras Especiales igual levanta un edificio de viviendas que hace una carretera, una depuradora, un centro comercial, un hotel, un aparcamiento o un estadio de fútbol. Pero, centrémonos en el mercado de la vivienda residencial. Parece que despega...

–Ya ha despegado. Cada vez se está construyendo más. Este año se va a invertir un 25% más en residencial, y yo cada vez oigo más a los promotores que echan en falta suelo nuevo. Están pidiendo recalificación de suelos para poder seguir construyendo. El mercado de la vivienda residencial está en un momento importante. Ojalá podamos ejecutar todo lo que va a pedir el mercado. Se vende todo y se está pidiendo suelo. El mercado pide lo que hay que construir y yo creo que el mercado, en este momento, está pidiendo más conforme al nivel de ventas que hay.

–O sea que, pese a las dificultades, la gente ha ahorrado en los meses de pandemia...

–En pandemia la gente ha estado mucho en su casa, se ha dado cuenta de que es antigua o que quiere cambiarla, ha ahorrado y ahora está buscando nueva vivienda. Date cuenta -y esto es importante- de que debajo de cada grúa hay una obra de edificación con las viviendas ya vendidas. De hecho, solo se financian si están vendidas. Los bancos solo ponen el dinero cuando se tiene un 70% de venta, luego debajo de cada grúa hay ventas. No es como antes, que en cada obra lo que había era deseos de ventas. Antes, muchas veces se construía sin ventas y se compraban terrenos sin comercializar.

–¿Se ha aprendido entonces la lección de la crisis financiera y de la burbuja inmobiliaria?

–Hemos aprendido. Como que ahora no financian una obra si no hay ventas reales. Hay una corrección. La crisis de 2008 fue una crisis bancaria, aparte de inmobiliaria. Se acabó el dinero. Si no te dan una hipoteca para una vivienda y si a la promotora no le financian la promoción, todo se para. Ahora no, ahora no hay falta de dinero.

–Crecen las expectativas de negocio de las constructoras, pero se sienten amenazadas, imagino, por la escalada en los precios de las materias primas.

–Mucho. Te diré que, de agosto de 2020 a agosto de 2021, el petróleo ha subido un 58%, que afecta al transporte, al PVC y a los aislamientos; el cobre, un 41% (todas las instalaciones eléctricas van con cobre); el aluminio, un 48% (carpinterías de aluminio); el vídrio, un 20%; el betún para asfaltar, un 34%, y el acero corrugado, que se lleva la palma, un 80%. Es un escándalo.

–Este encarecimiento altera sus planes de negocio, ¿qué pueden hacer?

–Estamos revisando todos los contratos que tenemos firmados y que están en plena construcción porque, claro, hablamos de una desviación media en los materiales en el entorno del 20%.

"El mercado de la vivienda residencial ya ha despegado"

–Intentarán repercutirlos en los precios, claro...

–Hay que revisarlos, sí. Nosotros hasta ahora siempre habíamos asumido y absorbido las fluctuaciones de los precios porque todo fluctúa. Pero, en este momento, las fluctuaciones son del 58%, el 48%, el 41%... ¡esto ya no es una fluctuación que pueda absorber ya solo uno de los agentes! Entonces hay que sentarse a negociar con los clientes, aunque tampoco para repercutirlo todo porque todos nos tendremos que dejar algún pelo en la gatera.

–Y a todo ello se suma el encarecimiento en el transporte marítimo internacional.

–No solo encarecimiento, también desabastecimiento en el transporte. Están parados los barcos. No llega el material...

–La escasez de materiales está provocando retrasos de tres meses en la entrega de viviendas nuevas.

–Sí. Está ocurriendo. Es un hecho. Lo que pasa es que ante los problemas, hay que buscar soluciones. Nosotros estamos intentando hacer acopio, y todos los meses tenemos reuniones con todos los jefes de obra y de compras para tratar de anticiparnos a las necesidades.

–En el sector se está denunciando que, a veces, faltan grifos, ventanas, sanitarios. ¿Les pasa a ustedes?

–Para evitar ese problema estamos haciendo acopio con tiempo de aquello que vamos a necesitar en cada obra. Es verdad también que somos una empresa con un tamaño interesante para nuestros proveedores -hacemos equipo con ellos- y nos tienen muy en cuenta. Nos dicen: “oye, estoy teniendo problemas con el suministro de esto, pero si compras ahora”._“Venga, cuenta con nosotros, vamos a adelantar la compra”, les decimos. Tener potencia como empresa te permite colaborar con los proveedores de manera mucho más estrecha cuando vienen dificultades.

–Ustedes eran, al principio, una empresa volcada en la obra civil. Luego diversificaron, ¿fue estrategia o necesidad?

–Nosotros empezamos como una empresa de obra civil, sí, pero la crisis de 2008 fue terrible. Ahí desapareció la obra civil y nosotros tuvimos que diversificar a tipología residencial. Y hemos llegado a tener, en 2019, hasta un 85% de edificación residencial frente a un 15% de obra civil. Ahora estamos, en un 66% residencial, 34% obra civil. Aunque es verdad que, en este momento, vemos que vuelve a apostarse en España y en las comunidades donde tenemos delegaciones por la obra civil, que también está repuntando.

–O sea, que el residencial fue su tabla de salvación en 2008.

–Correcto. Tuvimos que diversificarnos. Nos dimos cuenta de que si seguíamos en los mercados en los que estábamos y con la tipología de obra que teníamos, no había futuro. Piensa que el 40% de las empresas cayeron en ese momento.

–Y fue entonces, también en 2008, cuando usted se incorpora a la empresa y cuando Obras Especiales arranca su plan de internacionalización.

–Así es. En 2008 me incorporo a la plantilla y es justo ahí cuando lanzamos un plan de internacionalización que nos llevó a cuatro países, Colombia, Brasil, Perú y Chile, con la idea de quedarnos solo en uno o dos. Había que enfocar muy bien los recursos y nos quedamos con Perú y Chile, para concentrarnos finalmente en Chile. Hemos verificado que, enfocándonos en dos países, España y Chile, tenemos el volumen de actividad que nos proponemos y que somos capaces de ejecutar con nuestros indicadores de garantía y calidad.

–¿Qué peso tiene Chile en el volumen de negocio de la empresa?

–Hemos llegado a tener hasta el 40% de nuestro negocio en Chile, pero en este momento estaremos en un 30% en Chile y un 70% en España. Por dos razones: primero, porque, como hablábamos, el sector está creciendo mucho en España y tenemos capacidad aquí de absorber mayor volumen de actividad, y segundo, porque en Chile la pandemia ha tenido un efecto más ralentizador que en nuestro país.

–¿Qué tipo de obra ejecután allí?

–En España las constructoras solemos ser generalistas, hacemos de todo. Pero en Chile, llegas y te preguntan: “¿ustedes qué van a hacer?”. “De todo”, les dices. “No, de todo no. Serán especialistas en algo”, te contestan. Así que allí nos especializamos en construir centrales hidroeléctricas con inversores europeos y americanos. Y estos inversores, al ver que en pandemia no podían viajar, han ralentizado mucho su inversión. En Chile nos hemos especializado en centrales hidroeléctricas, con muy buenos rendimientos y satisfacción para el cliente. Estamos haciendo allí la número 17. De hecho, nuestra mayor obra en este momento, de 95 millones de dólares, está en Chile. Es una central hidroeléctrica en Los Lagos.

En cifras:
  • 42 AÑOS DE HISTORIA
  • 2 PAÍSES
  • 117 M VENTAS EN ESPAÑA
  • 30 M VENTAS EN CHILE
  • 71 PROYECTOS
  • 650 EMPLEADOS

EN CLAVE PERSONAL

Sale a correr y hace pilates

Es hija de José Ballarín, fundador de la empresa, y esposa de Luis Jordán, el presidente. Que su hijo Javier se haya incorporado hace dos años como adjunto a la dirección le hace “feliz”.

Obras Especiales es “el hilo conductor” de su vida.

María José Ballarín es amable, activa y habladora. Le gusta ser positiva en la adversidad y se considera cercana a sus empleados. Aplicada en los estudios, sorprendió a su padre cuando, quizá por rebeldía, se puso a estudiar filosofía.

Decidió hacer su propio camino y trabajó quince años para una empresa pública en la que llegó a ser la responsable de tecnología en todos los ayuntamientos de Navarra. Era un trabajo para siempre, pero ella, inquieta, estudió Dirección de Empresas en el IESE y decidió en 2008 que era el momento de volcarse en la empresa familiar.

En su tiempo libre le gusta hacer deporte. Sale a correr un par de días a la semana, hace pilates y le gusta esquiar. Le encanta también viajar, especialmente al África negra. “Si algún día me pierdo, me encontraréis allí”, asegura sonriente.

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