WOLFGANG KIESSLING

Presidente de Loro Parque

"Hemos salvado a diez especies en peligro inminente de extinción"

POR ARMANDO HUERTA

De origen alemán, llegó a Tenerife a principios de los 70 y su primera idea fue poner un safari park. El proyecto era caro y su padre le aconsejó crear un parque de papagayos. “Viven cien años, y los granos que comen caben en una mano”, le dijo. Siguió el consejo y empezó su aventura con 150 loros. Este año Loro Parque celebra su 50 aniversario con más de 4.000 ejemplares de 350 especies diferentes de loros, además de muchas otras especies de animales.

Wolfgang Kiessling reivindica el papel de Loro Parque Fundación en la protección de numerosas especies de loros amenazadas
ARMANDO HUERTA. PUERTO DE LA CRUZ (TENERIFE) – Loro Parque celebra este año su 50 aniversario...

– Es un año muy especial. Loro Parque abrió sus puertas en 1972 y fue concebido entonces como un paraíso para los papagayos. Empezamos con 25 personas, 150 loros y un espacio de 13.000 metros cuadrados. Hoy trabajan unas 400 personas, tenemos 40.000 animales y el zoológico ocupa 135.000 metros cuadrados. En todos estos años nos han visitado más de 50 millones de personas. Para conmemorar el aniversario tenemos previstas diversas actividades que se van a desarrollar en el transcurso del año y habrá una gran fiesta el 17 de diciembre, que es justo el día del aniversario.

– Y acogerán el Congreso Internacional de Papagayos.

– Sí. Coincide además que este año celebramos el Congreso Internacional de Papagayos, que nosotros mismos pusimos en marcha en 1986 y que reúne cada cuatro años a los mejores expertos del mundo. Es un referente mundial en la cría y conservación de los papagayos.

– La institución goza hoy de reconocimiento internacional.

– Sí. Con el paso de los años Loro Parque fue creciendo y cuidando a muchas otras especies animales hasta convertirse en una de las instituciones zoológicas más respetadas a nivel internacional. Ha sido elegido dos años consecutivos, en 2017 y 2018, como el mejor zoológico del mundo por el portal de viajes TripAdvisor. Tenemos la reserva de especies de loros más grande y diversa de todo el planeta.

"En pandemia hemos gastado cada mes 2,5 millones sin tener ingresos"

– ¿Qué otras especies encuentra el visitante en Loro Parque?

– Además de loros, hay otras aves: flamencos, grullas, cisnes, pingüinos. Hay también gorilas, chimpancés, hipopótamos, leones, tigres, suricatas, delfines, orcas y otros mamíferos. Hay peces de muchísimas especies; destacan los tiburones. Y, luego, tenemos también reptiles: iguanas, aligatores, tortugas. Es un espectáculo natural.

– Su actividad depende del turismo. Doy por hecho que Loro Parque lo pasó mal en pandemia. Tuvo que cerrar...

– ¡Tuvimos que cerrar 17 meses todos nuestros negocios! Imagínese. Sin ingresos y con muchos gastos. Durante la pandemia hemos tenido unas 250 personas trabajando aquí, en Puerto de la Cruz, en Loro Parque, y a unas 40 en nuestro acuario Poema del Mar, en Las Palmas. En total, 300 personas en la lista de nóminas todos los meses. Y, además, lógicamente, todos los gastos de alimentación de los animales y de mantenimiento. Solo en Loro Parque tenemos una factura de electricidad de alrededor de 175.000 euros al mes. En pandemia, hemos gastado cada mes dos millones y medio de euros sin tener el más mínimo ingreso.

– ¿Y cómo se afronta una situación así en lo financiero?

– En 2008 abrimos el parque acuático Siam Park en Costa Adeje, y teníamos previsto levantar otro en Gran Canaria. Suerte que, cuando llegó la pandemia, teníamos en caja todo el dinero para realizar la inversión. Ese fondo es la fuente que nos permitió afrontar los gastos durtante todos estos meses.

– ¿Y en 2021 recuperaron el pulso? ¿qué expectativas manejan?

– No hemos recuperado el pulso todavía, pero estamos fuera de pérdidas. Cubrimos ya nuestros gastos y empezamos a ir mejor. Estoy seguro de que dentro de unos meses vamos a volver a los niveles prepandemia.

"Más de 50 millones de personas han visitado Loro Parque"

– Ya quedó atrás la denuncia que interpuso la ONG PETA por maltrato animal...

– Sí. Vinieron aquí siete inspectores del Seprona e hicieron un informe que fue positivo y demostró que las acusaciones eran todas infundadas. Somos el único zoológico en Europa que cuenta con la certificación de bienestar animal American Certified de la American Humane de Estados Unidos. Tenemos todas certificaciones que pueda imaginar: EMAS, ISO, ABTA, SGS. Estamos certificados por arriba y por abajo. Aquí se respetan y se cumplen las cinco libertades del bienestar animal que define la Organización Mundial de Sanidad Animal. Les demandamos por difamación y daño reputacional, hubo un juicio aquí, en Puerto de la Cruz, pero lo perdimos.

– No le despiertan la menor simpatía los activistas...

– Ninguna. Son individuos que no hacen nada por la naturaleza, pero lo critican todo. Reciben enormes donaciones y el dinero se lo gastan todo en sueldos altos, viajes en business class, abogados, publicidad, etc.

– La conservación de las especies amenazadas la canalizan a través de Loro Parque Fundación...

– Sí. Es una organización internacional sin ánimo de lucro que está especializada en la protección de especies de loros y mamíferos marinos, entre otros animales, que están amenazados. Hemos salvado a diez especies de loros en peligro inminente de extinción. Entre ellas, el guacamayo de Lear, la cacatúa de Tanimbar o el loro orejiamarillo.

– La empresa se ha diversificado. Además del zoológico, han puesto en marcha otros negocios. Entre ellos, un acuario y un parque acuático.

– Tenemos Siam Park, en el sur de Tenerife, que es un parque acuático tematizado en la arquitectura tailandesa. Yo he sido, por cierto, más de 20 años, cónsul de Tailandia en Canarias. Este parque ha sido reconocido siete años consecutivos por TripAdvisor como el mejor aquapark del mundo. Y a finales de 2017 inauguramos el acuario Poema del Mar en Las Palmas de Gran Canaria, que ofrece a los visitantes una experiencia única. Cuenta con Deep Sea, que es el ventanal de exhibición curvo más grande del mundo: 36 metros de ancho y casi siete y medio de alto.



50 años de obstáculos y zancadillas

Wolfgang Kiessling rememora los innumerables momentos difíciles que hubo de afrontar para poner en marcha y consolidar Loro Parque

Kiessling, frente al Loro Show, una de las grandes atracciones del zoológico. | Fotografía: A. Gutiérrez

“Nadie creía en lo que yo iba a hacer. No tenía ni un centavo de crédito, los proveedores dudaban y el ayuntamiento no nos puso las cosas fáciles”. Con estas palabras, regadas de un cierto poso de amargura, Wolfgang Kiessling resume las numerosas piedras que hubo de sortear en el camino para sacar adelante su sueño de crear un zoológico en la isla de Tenerife.

La suya es la historia de un joven alemán que llegó a principios de la década de 1970 a Puerto de la Cruz, después de una etapa como director general de una compañía de charters y que, sin hablar español, se propuso iniciar una singular aventura empresarial.

Pensó en montar un safari park, negocio de moda en Alemania e Inglaterra, pero no le salieron las cuentas -era muy caro- e hizo caso a su padre, Friedrich Kiessling, que le aconsejó que creara un parque de papagayos como el que, una vez, habían visitado en Miami. “Los papagayos viven cien años, y lo que comen cabe en una mano”, le dijo.

Hizo las maletas y se marchó con Brigitte, su mujer, a Miami para buscar inspiración y conocimiento en el Parrot Jungle donde su propietario, un hombre de ascendencia austriaca, le dio algunas claves que le fueron muy útiles. Allí conoció a Grey Fletcher, uno de los profesionales del show de papagayos, a quien convenció para venirse a España y trabajar para él como entrenador de animales.

Su idea de los papagayos no contó con muchos adeptos, pero consiguió un millón de marcos alemanes de un amigo de la familia de su mujer y su padre le adelantó de la herencia otro millón. En pesetas, unos 20 millones.

Con ese dinero, que no dio tanto de sí como él al principio llegó a pensar, se puso manos a la obra ajeno aún al ambiente adverso que le esperaba.

El primer revés lo encontró al buscar terreno. Durante meses se ilusionó con un solar abandonado en el céntrico Parque de Taoro, pero las autoridades, al final, le cerraron la puerta. Poco después, supo de un terreno de 13.000 metros cuadrados, con una gran casa abandonada, que se vendía en Punta Brava. No era lo que había pensado, pero hubo de conformarse.

Vinieron más obstáculos. Poco después, al ir a crear la sociedad Loro Parque, el notario le dijo que no podía “inscribir una sociedad de parques porque, por ley, necesitaba un socio español para ese tipo de negocio”. Eso sí, le explicó que lo que sí podía hacer era inscribir un hotel y que este tuviese un parque. Así es como nació la idea de convertir la casa abandonada que había en el solar en un hotel de cinco habitaciones y cinco estrellas.

La casa necesitó limpieza y una gran reforma. “De la cocina salían cientos de miles de cucarachas”, recuerda Wolfgang.

Pero la mala suerte se cebó con el proyecto cuando ni siquiera había echado aún a andar. Las obras para la reconversión del inmueble en hotel terminaron prácticamente el día de la inaguración, que fue el 17 de diciembre de 1972. Aquel día, a las 3 de la mañana, explotó la instalación de la caldera y la casa sufrió graves daños. “Teníamos un hotel sin agua caliente, y un proveedor que no quiso asumir la reparación”, lamenta. La falta de liquidez hizo que el hotel tuviese que permanecer cerrado dos o tres años.

"César Manrique es un amigo a quien debo muchísimo"

Los 20 millones de pesetas se revelaron insuficientes para un proyecto que arrancó con loros que habían conseguido con anuncios en los periódicos y con plantas que habían comprado a los vecinos. “Íbamos por las casas preguntando: ¿señora, nos vende alguna planta? 100 pesetas pagábamos por cada una”.

Sólo Wolfgang, que jamás se rindió, parecía creer en su idea. Al acto de inauguración acudieron muchos amigos que apreciaban el esfuerzo, pero que “creían y decían que no iba a funcionar”.

El primer día, en los primeros 50 minutos, entraron a Loro Parque 82 personas. No estaba mal. Cuando todo apuntaba a que el negocio podría funcionar, apareció una lluvia torrencial en Tenerife como no se había vivido en muchos años. Duró tres días, y arrancó y arrastró todas las plantas.

Después vino un golpe aún más duro. Había contratado a un tipo con visión comercial, un tal Moreno, con el que estaba encantado. Su confianza en él se truncó cuando, de repente, un día alguien le dijo: “¿sabe usted que este hombre por cada compra que hace recibe una comisión?”. No lo sabía. Poco después se le presentaron unos señores del Banco Popular y le comunicaron que tenía un crédito de 7 millones del que nadie sabía nada en Loro Parque. El tal Moreno, que se había hecho con los poderes, lo había pedido a nombre de la empresa para su uso personal.

Aquello casi hiere de muerte a Loro Parque. Wolfgang no sabía de dónde sacar el dinero y ya nadie le quería prestar. Se acordó entonces de un adinerado alemán, “con un Lincoln enorme”, que les había visitado días antes y se había enamorado de Loro Parque. Horst Sommer, que así se llamaba, fue su ángel de la guarda. Se brindó a ayudarle cuando ya nadie quería hacerlo._Durante siete años hubo de ingresar toda la caja que hacía Loro Parque, excepto 3.333 pesetas, para saldar aquella deuda.

Después, con la ayuda, entre otros, de un austríaco, un tal Stephan, que trabajaba en Viajes Insular, empezó a recibir autobuses turísticos cada vez más grandes y el negocio comenzó a despegar.

El camino de Loro Parque hasta la fecha ha estado plagado de adversidades que Wolfgang, unas veces, ha afrontado solo y otras, con la ayuda de personas como su amigo, el artista César Manrique, para el que solo tiene palabras de agradecimiento.

Una vez, el ayuntamiento, incumpliendo lo pactado al principio, le comunicó que debía ceder una parte importante del terreno, en mitad del Loro Parque, para ampliar una carretera.

Y ahí fue César Manrique quien organizó una rueda de prensa y salió en su defensa para impedir un daño irreparable al proyecto.

“Todo se arregló, gracias a César Manrique. De nuevo, alguien a quien debo muchísimo”, concluye.

En cifras:
  • 50 AÑOS DE HISTORIA
  • +50 M VISITANTES DESDE 1972
  • 40.000 ANIMALES
  • +500 ESPECIES
  • 135.000 METROS CUADRADOS
  • +200 PROYECTOS DE CONSERVACIÓN

Datos: 2021

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