Elecciones en el país sudamericano

El fantasma de la abstención sobrevuela las primarias en Argentina

Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) son una radiografía del estado de ánimo nacional. Un anticipo bastante cercano al comportamiento de los argentinos en las presidenciales previstas para octubre

Candidatos en las elecciones de izquierda a derecha: Patricia Bullrich, Juan Grabois, Horacio Rodríguez Larreta, Javier Milei y Sergio Massa.

Candidatos en las elecciones de izquierda a derecha: Patricia Bullrich, Juan Grabois, Horacio Rodríguez Larreta, Javier Milei y Sergio Massa. / EFE

Abel Gilbert

En Tecka viven unas 1.500 personas. Este pueblito patagónico se encuentra 1.859 kilómetros al sur de la ciudad de Buenos Aires, a la vera de una carretera. El viento se lleva todo. Solo pasan automóviles y casi nunca se detienen. Tecka ha adquirido una efímera notoriedad en la antesala de unas elecciones primarias que pueden definir el rumbo de Argentina: su alcalde fue derrotado por el voto en blanco (un 54%) y casi 10 puntos de diferencia. Ganó la contienda porque fue el único candidato. El episodio ha llamado la atención en la capital. Muchos analistas se preguntan si ha sido apenas un caso aislado o el síntoma de un problema mayor, el de todo un país desencantado, que se develará el domingo cuando se abran las urnas. Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) son una radiografía del estado de ánimo nacional. Un anticipo bastante cercano al comportamiento de los argentinos en las presidenciales previstas para octubre en las que el peronismo, el partido gobernante, corre con desventaja frente a la derecha y la ultraderecha amenaza con convertirse en algo más que un dato estadístico. Los sondeos le dan a su candidato, el economista Javier Milei, hasta un 20% de las preferencias.

El fantasma de la abstención sobrevuela las PASO y se mezcla con el llamado "voto bronca" (protesta), solo a los efectos de que no gane el candidato que más aversión puede provocar. Sergio Massa, ministro de Economía y bombero sin agua en medio del incendio inflacionario, intenta convencer al histórico electorado peronista que lo peor ha pasado y el horizonte solo ofrece buenas noticias. El alcalde capitalino, Horacio Rodríguez Larreta, y la exministra de Seguridad Patricia Bullrich definirán quién es el abanderado del tradicional espacio conservador que lidera el magnate Mauricio Macri. Entre ellos han saltado chispas. Milei, en tanto, busca pescar en río revuelto y brama "que se vayan todos", como un remedo de la gran crisis de 2001. En las últimas horas, el discurso punitivo ha ganado terreno, especialmente entre los opositores, tras el atroz asesinato de una niña de 11 años en la pauperizada periferia bonaerense, y, además, en defensa de la policía capitalina, señalada como la responsable de la muerte de un manifestante. La promesa de una mano más dura que la actual se ha instalado en el cierre de la campaña como la promesa más eficaz.

Incógnitas

Pero ni siquiera los alardes de bolsonarismo de varios candidatos, que incluyen, además, la aplicación inmediata de la ley del talión, el ojo por ojo, ofrece certezas de cómo se comportará el electorado el 13 de agosto, y mucho menos aquellos que sufragarán por primera vez al haber cumplido 17 años. Se trata del 3% de los casi 34,5 millones de personas habilitadas para participar de las primarias. Los participantes de las PASO han acudido a TikTok y, con las herramientas y la retórica de esa red social, como si fueran verdaderos usuarios, tratan de convencer a los jóvenes.

La irreverencia o el chiste, la simpatía impostada o la seriedad actoral en las redes no son a estas alturas una garantía de entusiasmo en un país con una pobreza cercana al 40% y un aumento del coste de la vida de más del 100% en los últimos 12 meses. Las encuestas, si es que aciertan, detectan un nivel de indecisos de hasta el 8%.

"La campaña electoral actual se distingue por su chatura", señaló el encuestador Hugo Haime. "Lo que no encuentra el electorado son líderes con una visión estratégica del país en el cual reflejarse". "La mayoría de los candidatos no genera empatía ni enamoramiento", sostiene por su parte la consultora Analía del Franco. A ese segmento de la sociedad completamente desapasionado se le suma el que ha decidido imitar a sus compatriotas del remoto pueblo de Tecka e inundar de blanco las urnas. Y, además, están los que, bajo el peso de los agobios del presente, no siquiera quieren "castigar" a un candidato y se quedarán en sus casas. A mayor abstención, señalan los analistas, menores son las oportunidades del peronismo. En las PASO de 2019 votó el 74,9% del padrón electoral. La posibilidad de un descenso brutal no es descartada por nadie. Esa conjetura se sustenta en lo que sucedió en las recientes primarias de la provincia de Santa Fe, la tercera en importancia de la Argentina, donde la participación fue del 60%.

Encrucijada peronista

El peronismo perdió cuatro millones de votos en las parlamentarias de 2021. La paliza fue de tal hondura que arruinó las aspiraciones de Alberto Fernández de ser reelecto. El presidente es, a estas alturas, una figura fantasmal. Desde entonces, la situación económica ha empeorado al compás del aumento del precio del dólar, la caída de reservas en el Banco Central y las tirantes negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La amenaza del colapso es latente y daña en especial a los sectores más castigados de la sociedad, históricos simpatizantes del peronismo y los que más padecen la inflación, la inseguridad urbana y la falta de viviendas.

De acuerdo con el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), uno de cada tres hogares tiene condiciones vulnerables o hacinamiento. Le faltan agua potable, cloacas y 1,3 millones de viviendas de una pasmosa precariedad. En la actualidad existen 5.697 barrios informales, un universo de chabolas. La gran mayoría se han levantado en la periferia capitalina. En uno de sus barrios perdió la vida una niña de 11 años. Dos hombres la arrastraron por el suelo, solo para arrancarle de sus manos su mochila antes de entrar a la escuela. "Esas calles son zonas de nadie", dijo la madre. Nadie se atreve a predecir si el comportamiento electoral se modificará bajo los efectos de semejante estupor colectivo.