Investigación

Trump, en libertad bajo fianza tras entregarse a las autoridades en Georgia y ser fichado y fotografiado

El expresidente de Estados Unidos está intentando convertir sus históricas cuatro imputaciones por lo penal en efectivas máquinas para recaudar fondos 

Trump queda en libertad bajo fianza tras su paso por la cárcel de Fulton

Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: Twitter

Idoya Noain

Donald Trump siempre ha creído en la máxima de que no hay publicidad negativa y a lo largo de su carrera empresarial y política ha sabido sacarle, con maestría, partido. El expresidente de Estados Unidos lo ha ratificado en los últimos cuatro meses, convirtiendo sus históricas cuatro imputaciones por lo penal en efectivas máquinas para recaudar fondos y seguir reforzando su ventaja en la carrera republicana para convertirse de nuevo en candidato para las presidenciales de 2024. Incluso para alguien como él, no obstante, la ley también dicta sus normas. Y no todas juegan en su favor, ni a todas puede sacarles rédito.

En Georgia, donde la fiscal Fani Willis le imputó la semana pasada con 13 cargos que incluyen la violación de un estatuto que persigue el crimen organizado (que elevan su total ya hasta los 91), ha topado con el que se plantea por ahora como su mayor reto penal, político y personal. Y aunque en el pasado ha usado una foto falsa de sus supuestos fichajes policiales para vender "merchandising" y recaudar fondos, ahora ese retrato, sin precedentes en el caso de alguien que haya ocupado el Despacho Oval, es muy real.

Este jueves, Trump se ha entregado a las autoridades en la cárcel del condado de Fulton en Atlanta poco después de las siete y media de la tarde hora local (1.34 de la madrugada en la España peninsular), una hora que su equipo de abogados había negociado con la clara estrategia de hacer coincidir el proceso con el horario de máxima audiencia en televisión, entregada al momento histórico.

Trump había llegado media hora antes a la ciudad en un vuelo en su avión privado procedente de Nueva Jersey y tras trasladarse a la prisión en una imponente comitiva protegida además de por el servicio secreto por escolta policial fue rápidamente fichado. Y en ese proceso, que ha llevado escasos 15 minutos, se le han tomado las huellas y la histórica fotografía, para la que ha posado con un gesto serio y endurecido.

El reo P01135809

Trump salió inmediatamente en libertad bajo fianza de la cárcel, infame por sus malas condiciones sanitarias y de seguridad, investigada por la muerte reciente de un preso que fue hallado cubierto en chinches y piojos y donde los presos aprovechan el derrumbe de sus muros para hacer armas caseras. Lo hizo tras haber depositado con anterioridad y a través de una empresa especializada en fianzas el 10% de los 200.000 dólares pactados en su caso.

Emprendió inmediatamente el viaje de regreso al aeropuerto, para embarcar de nuevo en su avión y regresar a Nueva Jersey y a su club de Bedminster. Pero lo hacía ya con una ficha que incluye los 13 cargos detallados e información personal que facilitó su propio equipo a las autoridades: ojos azules, pelo rubio o semipelirrojo, 1,92 de altura y 97,5 kilos de peso, que representarían que ha perdido casi 11 kilos desde el último informe médico que se hizo público durante su presidencia.

La ficha también incluye el número de reo asociado al nombre del 45° presidente de Estados Unidos: P01135809.

"Es un día triste para América, nunca debería haber sucedido", dijo en unas declaraciones a la prensa antes de embarcar en el vuelo de regreso. "No hice nada mal", insistió en esa alocución, en la que reiteró sus denuncias infundadas de un inexistente fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2020 que perdió contra Joe Biden. "Tenemos todo el derecho de retar una elección que pensamos que no fue honesta", dijo.

Inmediatamente compartió en su red social, Truth Social, un vídeo de las declaraciones, acompañado de un enlace para donar a su campaña.

Un caso completo y complicado

Trump va a seguir intentando explotar y sacar rédido del caso de Georgia, que como los otros dos planteados en su contra por el fiscal especial Jack Smith y por Alvin Bragg en Nueva York denosta como parte de una supuesta “caza de brujas” y como “persecución política” e “injerencia electoral”, alegando que Biden usa políticamente a fiscales y al Departamento de Justicia para dañar a su principal rival y favorito republicano. Pero indudablemente es también consciente del riesgo monumental que representa una imputación en la que él y otros 18 encausados están acusados de funcionar como “una organización criminal cuyos miembros y asociados participaron en varias actividades criminales relacionadas” para tratar de cambiar los resultados electorales de 2020 en el estado, incluyendo mediante la falsificación de documentos y declaraciones, la suplantación de la identidad de un funcionario público, intentos de soborno a testigos, robo informático, conspiración para defraudar al Estado y actos relacionados con el robo perjurio.

A diferencia de las imputaciones federales de Smith, la de Willis, la más detallada y completa, es estatal, y eso hace que ni el propio Trump si llegara a ser reelegido presidente, ni ningún republicano que potencialmente llegara al Despacho Oval, podría darle un perdón en caso de que fuera condenado, un resultado que a Trump, de 77 años, podría acarrearle una pena de hasta 20 años de prisión. En Georgia, según la constitución estatal, ese poder recae únicamente en la junta de perdones y libertad condicional, que requiere que se cumplan al menos cinco años de una sentencia antes de poder solicitar un perdón.

Cámaras y un proceso como el de mafiosos

Las restricciones de cámaras en los tribunales que afectan a los casos federales  y al de Nueva York tampoco se aplican en el caso de Georgia, que prima la transparencia. Y en el condado de Fulton podría ser total o parcialmente televisado el juicio a Trump, que podría celebrarse de forma expedita. La semana pasada la fiscal sugirió que las vistas de instrucción para que los 19 encausados se declaren culpables o inocentes se realicen en la semana del 5 de septiembre y aunque también entonces propuso que el juicio se iniciara en marzo, este mismo jueves presentó una moción en respuesta a la petición de uno de los imputados, el abogado Kenneth Chesebro, sugiriendo que arranque el 23 de octubre.

Muchos expertos no consideran realista ese calendario, y habrá mociones para dilatar el proceso. De hecho, el equipo de abogados de Trump presentó una moción este mismo jueves para que su caso se separe del de Chesebro o del que cualquier otro de los encausados que busque un juicio acelerado.

Sea cuando sea, puede haber cámaras y el juez asignado para el caso, Scott McAfee, ya ha dado luz verde a que emitan los primeros procedimientos. E Incluso para alguien tan diestro en los medios como Trump, pueden resultar demoledoras las imágenes de un juicio comparable a los de mafiosos, con todos los encausados juntos si Willis logra su objetivo, y la exposición pública y detallada de la trama para revertir el resultado legal de las elecciones en el estado.

Condiciones y amenazas

La fianza impuesta a Trump en Georgia llega, además, asociada a condiciones. Según el escrito pactado entre fiscalía y abogados del expresidente y firmado el lunes por McAfee Trump tiene prohibido realizar “ningún acto para intimidar a nadie que sepa que es acusado o testigo en este caso o a obstruir de ningún otro modo que se administre justicia”. Además, tiene vetado hacer “amenaza directa o indirecta de cualquier naturaleza”, algo que incluye “mensajes en redes sociales o propagación de mensajes colgados por otro individuo”.

Sin duda parte de la preocupación se refiere a Willis, una fiscal negra, a la que las fuerzas del orden ya han asignado en las últimas semanas refuerzos de seguridad adicional cerca de su vivienda dadas las amenazas tanto personales como a su oficina. El expresidente ha seguido insultándola. Y algunos de sus aliados republicanos también han intensificado la presión sobre la ella. Jim Jordan, que preside el comité judicial de la Cámara Baja, ha abierto una investigación sobre la fiscal, a la que ha enviado una carta solicitando documentación y sugiriendo que ha actuado con motivación política. Es lo mismo que Jordan y el comité ya hicieron con Bragg, el fiscal, como Willis negro, en el caso de Nueva York.