Guerra

Estados Unidos rechaza de momento enviar misiles de largo alcance ATACMS a Ucrania

Kiev quiere esos cohetes guiados de largo alcance porque le permitirían atacar en Crimea

Lanzamiento de un misil ATACMS Lockheed Martin desde una HIMARS.

Lanzamiento de un misil ATACMS Lockheed Martin desde una HIMARS.

Mario Saavedra / Nacho García

Los misiles guiados ATACMS pueden alcanzar unos 300 kilómetros de distancia. Con ellos, las Fuerzas Armadas de Ucrania podrían golpear objetivos militares lejanos (bases aéreas, líneas férreas o puentes) en la Crimea anexionada por Rusia o adentro de las zonas del Donbás ocupadas en 2014. 

Eso permitiría a Volodímir Zelensky poner un cuchillo en el cuello de Vladímir Putin y forzarle a negociar, para no perder en 2023 todo lo ganado en 2014. Así, Ucrania se cubriría las espaldas en caso de que hubiera un cambio de Gobierno en Estados Unidos y llegaran a la Casa Blanca los republicanos, reacios a continuar con la ayuda militar.

La Casa Blanca ha anunciado este jueves que Estados Unidos suministrará a Ucrania más armas de defensa aérea pero, por el momento, no le entregará los misiles ATACMS de largo alcance que pide el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, de visita en Washington. No se excluye "esa posibilidad para el futuro", según ha dicho el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, en rueda de prensa. La decisión contradice las informaciones de prensa de estos días. ABC, Politico o Reuters apuntaban a que el plan para preparar un paquete de estos misiles estaba muy avanzado. El propio Zelenski ha reconocido hoy en CNN que sentiría "una cierta decepción" si se marcha de Washington sin la promesa de recibir misiles tácticos de largo alcance ATACMS.

“Creo que el propósito de la Administración Biden si finalmente envía ATACMS es complementar las capacidades de misiles de corto alcance del Ejército ucraniano, para poder inclinar a su favor el actual equilibrio entre ataque ucraniano y defensa rusa”, explica a este diario Paul Lushenko, doctor en Relaciones Internacionales de la Universidad de Cornell y teniente coronel del Ejército de Estados Unidos. “Esta transferencia sería coherente con la aprobación del envío de cazas F-16 y tanques [Abrams] a Ucrania”.

Lushenko, con 16 años de experiencia en asesoría de inteligencia para las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses, considera que los ATACMS pondrían a Rusia en un “dilema operacional”: qué defender y qué no de todo el territorio conquistado. Estos misiles permitirían a Ucrania mejorar su maniobrabilidad táctica y ayudarían a “consolidar las ganancias de una contraofensiva que muchos analistas consideran que está moribunda”, apunta.

El puente de Crimea

Esta carrera por los misiles de largo alcance tiene como uno de sus objetivos prioritarios el poder volar de una vez por todas el famoso puente de Kerch que une Rusia con la península de Crimea y que supone el nudo gordiano de su logística militar en la zona. Si Ucrania consigue terminar de romper las defensas rusas en Zaporiyia hasta el mar de Azov, como parece que está intentando, lo tendría a tiro.

“Eliminar el puente de Crimea probablemente no provocaría el colapso de todas las fuerzas defensivas rusas, porque tiene otras formas de proveer a sus tropas”, escribe John Hardie, del programa Rusia de la Fundación para la Defensa de las Democracias. “Pero es menos eficiente, y cuanta menos munición de artillería y minas lleguen al frente, mejor. Durante la ofensiva en la región de Jersón del año pasado, las fuerzas rusas no pudieron avanzar durante meses por disrupciones menores en la cadena de abastecimiento. Cuanta menos munición”.  Los ATACMS podrían servir para este objetivo, apunta el analista. 

Desde las posiciones actuales de Ucrania, es difícil golpear el puente de Crimea. Los otros misiles de largo alcance que ya tiene Kiev,

o los SCALP-EG de Reino Unido y Francia, tienen un rango máximo que se queda corto, unos 250 kilómetros. La solución ideal, bombardear desde el aire, es casi misión suicida porque Rusia tiene una fortaleza de defensa aérea en los alrededores de la infraestructura. 

Características de los misiles ATACMS

ATACMS son las iniciales en inglés de Sistema de Misil Táctico del Ejército. Se trata de un misil de largo alcance guiado “que da a los comandantes de las operaciones potencia de fuego inmediata para ganar batallas profundas”, según la empresa que los fabrica, Lockheed Martin, la mayor armamentística de Estados Unidos. Estos misiles ATACMS pueden ser disparados desde las lanzaderas MLRS (M270 y M270A1), de las que Ucrania ya cuenta con al menos 15 unidades, según las fuentes de datos abiertos. 

Características del misil ATACMS de Lockheed Martin. / Nacho García 

El guiado del misil se realiza con un GPS incorporado que tiene un margen de error de 10 metros. Es capaz de realizar correcciones de trayectoria en vuelo para evitar ser interceptado. 

Pueden estar armados con cabezas de munición de fragmentación de unos 230 kilos. El rango máximo es de 300 kilómetros en las versiones más modernas, y la velocidad que pueden alcanzar es de tres veces la del sonido (Mach 3, mil metros por segundo). Los ATACMS miden cuatro metros de largo, algo más de medio metro de ancho y el peso total puede llegar hasta las 2,3 toneladas, en función de qué explosivo se le cargue. 

Utiliza para la propulsión un propelente sólido de una sola etapa. Tiene alerones que se despliegan tras el lanzamiento para el vuelo de precisión. 

Este tipo de misiles fueron usados con profusión en la primera guerra del Golfo en Irak, la Operación Tormenta del Desierto de 1990-1991. 

Variante de 168 kilómetros

Se desconoce si lo que se plantea enviar Estados Unidos es esta versión más moderna de los ATACMS, u otra más antigua que es menos precisa y puede transportar cabezas con centenares de pequeñas bombas APAM (Mínas Antipersona y Antimaterial), por sus siglas en inglés. Esta versión alcanza sólo los 165 kilómetros. Pero eso ya sería un avance para el limitado alcance de la artillería ucraniana. 

Según la agencia de noticias Reuters, tras ver la eficacia de la munición de racimo de 155 mm entregada a los artilleros ucranianos en los últimos meses, Washington está considerando enviar tanto ATACMS como GMLRS (Sistemas de Lanzamiento Múltiple de Cohetes Guiados, en sus siglas en inglés), que tiene un alcance de 75 kilómetros, y ambos cargados con bombas de racimo. 

Este tipo de munición está prohibido por más de 100 países de todo el mundo, porque provoca muertes y amputaciones en civiles bien acaba la guerra, al ser casi imposibles de limpiar del todo las zonas bombardeadas. Ni Rusia, ni Ucrania ni Estados Unidos han firmado la Convención contra las Municiones de Racimo, que prohíbe su producción o transferencia.