Claves militares

Guerra urbana en Gaza: los escenarios a los que se enfrenta el ejército de Israel

Israel se enfrenta al dilema de una ofensiva con numerosas bajas, saldo propio de la guerra en edificios, aceras y escombros

Tropas de Israel en la frontera de Gaza.

Tropas de Israel en la frontera de Gaza. / ATEF SAFADI

Juan José Fernández

Los comandos de

llevaban consigo un folleto escrito en árabe. En cuatro páginas, explica cómo destruir con mínimo armamento individual carros de combate Merkava israelís. Y este pequeño detalle de entre el material incautado a los terroristas apunta a qué escenario bélico se dirigen Israel y la milicia palestina: guerrilla urbana. Es el que militares españoles consultados por El Periódico de Cataluña, de Prensa Ibérica, coinciden en considerar “el peor escenario”.

En este octubre negro, las primeras incursiones israelís con botas pisando el terreno de Gaza las han hecho unidades Egoz de operaciones especiales. Fueron en busca de pistas de los rehenes capturados por Hamás, y volvieron sin rescatados pero con inteligencia que confirma esa previsión. Israel se enfrenta al dilema de una ofensiva con numerosas bajas, saldo propio de la guerra en edificios, aceras y escombros.

De todos los actores armados en Oriente Medio, es Israel la sociedad más vulnerable al efecto de las bajas propias. “Pero no se ve otra alternativa que entrar en Gaza. Todo lo que no sea ir al combate implica que Hamás sobreviva, y no parece que Israel esta vez esté dispuesto a eso; y Hamás, por su parte, va a luchar a muerte...”, calcula F. L., alto oficial de Infantería de Marina.

No se descartan, pues, inmolaciones con rehenes, uso de escudos humanos, un sinfín de emboscadas guerrilleras y de bombardeos de precisión para atajarlas. Intentar neutralizar a los 30.000 milicianos que se atribuyen a Hamás implica combates en zona urbana, y en ese escenario Israel tiene a favor la abrumadora superioridad militar y el control aéreo, pero el grupo islamista tiene “la ventaja de la preparación del campo de batalla”, explica esta fuente.

Esa preparación del escenario consiste no solo en la mítica red de túneles, también en “butrones comunicando edificios entre sí, y fortificaciones que en la guerra urbana convierten cada montón de escombros en un pequeño castillo”, explica el general de División retirado Jaime Íñiguez, ex jefe del Mando Conjunto de Operaciones Especiales del Ejército y actualmente asesor de la OTAN.

Tiros por las ventanas

El folleto que llevaban encima los autores de los atentados del 7 de octubre es un díptico. A la derecha, esquemas de un carro Merkava israelí y sus puntos débiles: parte trasera central, tercer eje de ruedas, cuello de la torreta… En la página de la izquierda, las armas más comunes para destruirlo -lanzagranadas RPG ruso y su versión china, transportables al hombro- e indicaciones para dirigir el fuego a dos sistemas -Alox y Trophy- que los Merkava han incorporado para desviar misiles o hacer estallar cohetes hostiles antes de tiempo con una onda de choque.

"El avance por ciudades con blindados es muy difícil, porque te bloquean enseguida -explica Íñiguez, autor de 'Las acciones no (todas) contadas de las unidades de operaciones especiales españolas' (Punto Didot)-. Precisa unidades que vayan limpiando escombros por delante, y francotiradores y lanzagranadas les hacen mucho daño”.

Un soldado israelí observa el cuerpo de un militante de Hamás abatido en e kibutz de Kfar Aza.

Un soldado israelí observa el cuerpo de un militante de Hamás abatido en e kibutz de Kfar Aza. / efe

Fuentes no oficiales de Defensa relatan que en Madrid expertos militares han elevado al poder político una previsión: el mando israelí, ante la perspectiva de introducir a sus unidades acorazadas en ratoneras urbanas, barajaría dos opciones. La primera es entrar por los estrechos campos que separan la conurbación de Bait Hanun y Jabalia del muro fronterizo, parar ahí sus carros, aislar la ciudad e ir penetrando con blindados solo en zonas controladas, tras embolsar a Hamás en pequeños sectores, poco a poco. La otra posibilidad es entrar directamente en zona urbana al combate frontal y masivo.

“Eso implicaría más bajas para Israel”, explica el infante de Marina, experto en incursiones. Íñiguez descarta también esa posibilidad, y supone que la entrada en Gaza será “selectiva”, probablemente con la intención de ocupar sólo el norte, quizá acabar entregando el territorio a una fuerza multinacional de paz.

En ese panorama de combate urbano, el Tzahal (ejército de Israel) tiene tres armas que temer: el lanzacohetes anticarro, la mina trampa y el fusil del francotirador. Aunque sobre esta advierte F. L. de que Israel dispone de sistemas electrónicos de detección del origen del disparo, por sonido o por fogonazo, que facilitan la respuesta.

Blindados

“Tradicionalmente, los vehículos acorazados israelíes han duplicado su blindaje para el combate urbano. Pero usen lo que usen Gaza es una ratonera”, apunta M. A., experto en el manejo de tanques, aunque le llaman la atención los vídeos difundidos por Hamás con Merkavas destruidos. “Ha sido un considerable golpe a su imagen. Falló el sistema Trophy del carro”.

Este tercer militar consultado señala el papel que pueden hacer los vehículos de combate de infantería israelís Namer, poco nombrados, “los más grandes y pesados de su clase, que pueden llevar el peso de la protección de la infantería”. También una división de excavadoras acorazadas y robóticas desarrollada por Israel Aerospace Industries, que, con los blindados, podrían ser la avanzadilla para abrir paso al resto de blindados en terreno urbano.

M. A. tercia en el debate sobre la posible ofensiva israelí, y con una ecuación: “Entrada quirúrgica = más bajas israelís. Entrada sin miramientos, a la rusa = más bajas civiles palestinas". La segunda tiene “la derivada de la pérdida de la batalla por el relato y la consecuente presión internacional en contra".

En ese dilema, parece difícil materializar “una respuesta rápida, decisiva y abrumadora”, como el día 8 sugirió el presidente norteamericano, Joe Biden, al premier israelí, Benjamín Netanyahu. El carrista consultado no duda de que el ataque será masivo: "El que ataca necesita una superioridad de 3 a 1, y mejor aún 5 a 1. Habrá muchas tropas sobre el terrero, y por tanto bajas". Y sí ve posible la incursión blindada en zona urbana -"Los carros israelís están reforzados para ese tipo de guerra"- contra un enemigo que de momento no se deja ver, y no dispara contra la acumulación de tropas hebreas en la frontera: "Están aguantando en sus túneles, evitando exponerse, esperando la entrada de los soldados israelís".

Bajo el suelo

No se prevé a corto plazo la destrucción total de Hamás, “estando sus líderes en Qatar o en Irán”, opina el infante de Marina. Pero ha contado el ejército israelí que, en el bombardeo de preparación que lleva días realizando, ha matado a Alí Kadhi y Bilal Al Kader, comandantes de Mukhba, guerrilla de élite de Hamás, a la que Tel Aviv atribuye la ofensiva terrorista del 7 de octubre.

La guerra urbana que puede desarrollarse tiene pocos precedentes. Quizá la batalla por la capital chechena, Grozny, en 1995; o el tremendo pulso por la ciudad siria de Alepo, entre 2012 y 2016, pero ahí no intervinieron las armas modernas, sobre todo los drones, que jugarán su baza ahora. No sirven tampoco como precendentes las terribles batallas ucranianas de Mariupol y Bakhmut, porque se enfrentaba un ejército contra otro ejército, y en Gaza chocarán ejército contra guerrilla.

“Esta guerra es muy diferente de cualquier otra”, advierte Íñiguez, al señalar tres claves clásicas de la doctrina militar: “Querer, poder, saber”. De la primera, la voluntad de vencer, disponen Israel y Hamás. De la tercera, tecnología, anda más sobrado Israel. La segunda, la potencia sobre el terreno… es la incógnita. Sobre todo si llega la hora de neutralizar a Hamás bajo el suelo. No es tan improbable: “En Mariupol el último combate no se libró en la acería Azovstal, sino en las alcantarillas”, recuerda F. L.

En Gaza, los israelís preferirán el ataque aéreo con bombas perforantes, que se hunden hasta 20 metros, a tener que entrar en los túneles, escena en la que su enemigo tiene la ventaja, porque los conoce. Especialmente la Mukhba, con 1.000 efectivos entrenados por oficiales iraníes en guerra urbana e inflitración subterránea. Un sector de esos palestinos retornó del frente en Siria e Irak, tras luchar para el ISIS. En la toma de la ciudad irakí de Mosul fueron un gran obstáculo... los túneles.

La de Gaza es una contienda vieja, pero también muy moderna: la guerra urbana tiene mucho futuro. Al fin y al cabo, más de la mitad de la población mundial, el 56%, ya vive en ciudades.

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