Acusado de alta traición

Alemania arranca entre fuertes medidas de seguridad el juicio a un doble espía al servicio de Moscú

El caso salió a la luz al iniciarse la invasión a gran escala de Ucrania, cuando Berlín prometía la máxima solidaridad a Kiev

Preparativos en la sala que juzga a los dos acusados de alta traición por colaborar con Rusia, este miércoles en Berlín.

Preparativos en la sala que juzga a los dos acusados de alta traición por colaborar con Rusia, este miércoles en Berlín.

Gemma Casadevall

La Audiencia de Berlín abrió este miércoles en medio de un secretismo extremo y fuertes medidas de seguridad el juicio contra un funcionario de su espionaje exterior, el Servicio Federal de Inteligencia o BND, acusado de alta traición al Estado por haber filtrado documentos a Rusia. Es un caso que pone en entredicho a sus servicios secretos. Salió a la luz al iniciarse la invasión a gran escala de Ucrania, cuando Berlín prometía la máxima solidaridad --humanitaria y armamentística-- a Kiev. Dos son los acusados en este proceso, Carsten L. y Arthur E., aunque la atención se centra en el primero, por ser el supuesto 'topo' o confidente que maniobraba desde la central del BND. Según la Fiscalía general, el funcionario cobró por sus servicios 450.000 euros, mientras que el otro acusado recibió de la parte rusa 400.000 euros.

Entre el material sensible que el funcionario entregó a su contacto, que a su vez lo trasladó al FSB ruso (antes KGB), hubo comunicaciones entre los mercenarios al servicio del Kremlin del grupo Wagner. Por entonces este grupo desempeñaba un papel esencial en la ofensiva del presidente Vladímir Putin en Ucrania. Se tenían esas comunicaciones bajo vigilancia, pero al llegar a Moscú la filtración proporcionada por Carsten L. a Arthur E. se cambiaron sus parámetros. Es decir, se echó a perder el trabajo recabado y la posibilidad de seguir los movimientos del grupo por parte del espionaje occidental. Para colmo, el BND descubrió esas acciones no por cuenta propia, sino advertido por otros servicios secretos aliados.

En total el funcionario entregó a su contacto nueve documentos. Éste los hizo llegar a Moscú a través de un hombre de negocios no identificado. Hubo dos entregas, según la televisión pública alemana ARD. La reconstrucción de lo ocurrido se debe básicamente a las declaraciones de Arthur E., que ha hecho una confesión completa, mientras que el funcionario guarda silencio.

Encuentro en una barbacoa

Según la reconstrucción de los hechos, el funcionario y su contacto se conocieron en 2021 en una barbacoa. Ambos habían servido juntos en el Ejército. Carsten L. estaba entonces destinado al departamento de vigilancia técnica de la central del BND en Pullach, en Baviera. Arthur E. se dedicaba a negocios de oro y piedras preciosas. Un año después se consumó la presunta entrega de documentos sensibles en un encuentro a orillas de Starnberger See, un hermoso lago bávaro.

Todo el caso tiene un tono peliculero, admite la ARD. Incluida la teatralidad que rodeó la apertura del juicio, que se prevé se prolongue hasta julio del próximo año. En Alemania no se permite la entrada de prensa gráfica en un juicio más que en los momentos iniciales de la vista y hasta unos minutos después de la entrada del acusado. En este caso las cámaras apenas pudieron grabar a abogados, fiscales y jueces, ya que tuvieron que abandonar la sala antes de personarse los procesados. La selección de medios acreditados era muy restringida. Quienes estaban entre ellos debieron entregar teléfono móviles, ordenadores y hasta bolígrafos para acceder a la sala.