De lujosa villa a palacio romano. Los arqueólogos ya no ocultan que habían menospreciado la suntuosidad del yacimiento de Els Banys de la Reina de Calp. Ahora que ha concluido una nueva campaña de excavaciones en este yacimiento romano, los expertos han decidido desterrar las palabras de villa o domus circular. De ahora en adelante, al referirse a Els Banys de la Reina lo harán con el apelativo de palacio, que describe mucho mejor la suntuosidad de esta residencia tardoromana que albergaba ricos mosaicos (destacan el circular del patio y el opus sectile) y en cuya construcción se utilizaron 17 tipos de mármoles traídos de Grecia o Egipto. El patricio romano que levantó este palacete con termas y asociado a una factoría de salazones no reparó en gastos. Utilizó los materiales más lujosos. Las mosaicos, dibujados con teselas incluso de mármol, revelan bien a las claras ese lujo.

El alcalde de Calp, César Sánchez, y la directora general de Patrimonio, Marta Alonso, visitaron ayer el yacimiento y conocieron de primera mano que Els Banys de la Reina fue más que lo que hoy se llamaría chalé de lujo. Las últimas campañas de excavaciones han arrojado mucha luz sobre el yacimiento. Se construyó de forma homogénea y unitaria. Además, data del siglo IV y no del III como se había mantenido hasta ahora. En todo caso, sigue siendo de época tardoromana.

Las campañas de excavaciones, en las que participan voluntarios de distintos países, también han sacado a la luz los restos de una basílica paleocristiana. Así, el suntuoso palacio romano se convirtió en un templo religioso. La historia depara estos giros.