La Conselleria de Emergencia Climática y Transición Ecológica ya ha empezado a ejecutar las actuaciones de emergencia para la restauración ambiental posincendio que se produjo el pasado agosto en la Vall d'Ebo.

El fuego se originó en la Vall d’Ebo y saltó a la Vall d’Alcalà y la Vall de Gallinera, antes de propagarse hacia los municipios de Benimassot, Tollos, Fageca, Famorca y la pedanía de Millena, obligando a la evacuación de sus habitantes. No fue hasta justo una semana después cuando los medios de extinción lograron estabilizar el fuego, no sin antes haber dejado un rastro de destrucción de nada menos que 12.150 hectáreas.

Estas intervenciones inmediatas, que se desarrollan durante el año posterior al incendio, tienen como objetivo la vuelta a la normalidad y evitar caídas de árboles que pueden suponer riesgo para la seguridad de las personas y también evitar fenómenos erosivos, han explicado fuentes de la Conselleria.

Entre otros, la prevención de los fenómenos erosivos permite mantener el suelo que será el apoyo de la próxima cubierta vegetal, fomenta la recuperación de la fauna silvestre y de la flora autóctona, y supone la disminución del flujo superficial de aguas a fin de evitar daños en zonas exteriores en la montaña.

El importe de las actuaciones, tanto las que ejecuta la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, sumadas a las del Ministerio y la Confederación Hidrográfica del Júcar, asciende a los 4,2 millones de euros. El plazo de ejecución es de 6 meses, por lo que los trabajos finalizarán en torno al mes de abril, según las mismas fuentes.

Principales actuaciones

Entre las actuaciones que se están ejecutando se encuentran la eliminación de árboles en ambos lados de carreteras, caminos y pistas forestales, y el apeo de árboles quemados y eliminación de los restos o bien construcción de fajinas para evitar la erosión en las vertientes.

Además, se contempla la eliminación de árboles muertos que pueden suponer un riesgo fitosanitario, sobre todo en la zona del perímetro del incendio.

Árboles calcinados por el fuego JUANI RUZ

También se reconstruirán muros de mampostería en seco, se recuperarán bancales que antiguamente estaban cultivados para que puedan servir de alimentos a la fauna y balsas de agua. Así mismo, se arreglan pistas y caminos fundamentales para tareas agroforestales y de prevención de incendios.

Por otro lado, también se está trabajando en la restauración posincendio de Venta del Moro, y en breve se inician los trabajos en Costur-Useras y Calles.

Hay que señalar que la Conselleria de Transición Ecológica destinará en el presupuesto de 2023 la mayor inversión de la historia en materia de prevención de incendios de la Generalitat. Con un aumento del 42% respecto al ejercicio del 2022, el importe total asciende hasta superar los 38 millones de euros con el objetivo de preservar y proteger los bosques y el medio natural del territorio valenciano.

El incendio, el de mayor envergadura que ha registrado la provincia en la última década, dejó un panorama absolutamente desolador. De las 12.150 hectáreas calcinadas, nada menos que 3.000 corresponden a cultivos, básicamente de olivos, cerezos y almendros, que tardarían nada menos que cinco años en volver a ser mínimamente productivos.