Conservación de especies

La comunidad internacional pone coto al comercio de aletas de tiburón

España, país clave en el cruel negocio de estos apéndices destinados a gastronomía y otros usos

La comunidad internacional aumenta la protección de los tiburones

La comunidad internacional aumenta la protección de los tiburones / Pixabay

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Más de 160 países han votado a favor de poner coto al comercio de aletas de tiburón, limitando así la explotación de hasta 60 especies de escualos, entre los que se encuentran los tiburones réquiem y los martillo. La comunidad internacional ha reconocido la necesidad de velar aún más por la conservación de esta especie, al igual que la de los reptiles, las aves cantoras y otros cientos de animales y plantas cuya supervivencia se ha visto mermada por el comercio mundial.

Así lo han decidido en la última Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), celebrada días pasados y a la que asistieron 160 países. En esta cumbre internacional se reafirmaron los compromisos internacionales de prohibir la venta transfronteriza de marfil de elefante y cuerno de rinoceronte, al tiempo que reforzó la protección de muchos animales que han ganado popularidad en los últimos años en el comercio de mascotas exóticas.

El tiburón martillo, los réquiem y las rayas llevan tiempo apareciendo en los registros del comercio mundial de aletas de tiburón. La explotación, sin embargo, ha empezado a ser desmedida en los últimos tiempos y podría llegar a poner en jaque la supervivencia de estas especies. La decisión de CITES es, en este sentido "histórica", porque vendrá a regular la mayor parte del "profundamente insostenible comercio de aletas de tiburón”, como afirmó Luke Warwick, director del programa de tiburones y rayas de la organización sin ánimo de lucro Wildlife Conservation Society.

Incautación de aletas de tiburón en Bogotá

Incautación de aletas de tiburón en Bogotá / Agencias

El informe Supply and Demand: The EU’s role in the global shark trade («Oferta y demanda: El papel de la UE en el comercio mundial de tiburones», en español), publicado a principios de este año por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), ponía de relieve que en tan solo 50 años algunas especies de tiburón han disminuido un 70%. Según un estudio reciente, las poblaciones de tiburones se encuentran funcionalmente extinguidas en el 20% de los arrecifes estudiados a escala internacional.

España, mayor importador de tiburón

En este comercio España tiene un papel fundamental, pues es la mayor fuente de importaciones declaradas de la Unión Europea, con un total de 51.795,32 toneladas registradas. La Unión Europea es, por su parte, el origen del 45% de los productos relacionados con el tiburón que se importan a países asiáticos, como Hong Kong, Singapur o Taiwán. Respecto a las exportaciones, España ocupa el segundo lugar de la UE -detrás de Italia- con 680,47 toneladas registradas que se han consumido en nuestro país. 

Concretamente, los países decidieron regular el comercio de 60 especies de tiburones réquiem y 37 de rayas, algunas de las cuales se encuentran, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) amenazadas, en peligro o en peligro crítico. Ejemplo de ello son el tiburón cabeza de pala, el tiburón gris y el tiburón arenero. Todas ellas fueron introducidas en el Apéndice II. Esta regulación supone que su comercio requiere permisos de importación y exportación que dependen de la sostenibilidad.

Aunque no todas las especies incluidas en el Apéndice II están en peligro, esta fórmula impide que se exploten recursos “similares” que pudieran llevar, a largo plazo, también a una sobreexplotación de otra especie.

52 propuestas

Esta fue una de las 52 propuestas que se examinaron durante la reunión internacional, en la que también volvieron a surgir antiguos y controvertidos debates. Los países volvieron a debatir sobre la forma de financiar la conservación, qué hacer con las existencias de marfil y si las restricciones comerciales suponen una carga injusta para las comunidades locales. La Unión Europea, que vota como una sola nación, ejerció un importante poder de veto sobre varias propuestas controvertidas, incluida una que pretendía prohibir la venta de dientes de hipopótamo (una alternativa al marfil de elefante), a la que se opuso.

Los hipopótamos siguen siendo objeto de caza furtiva

Los hipopótamos siguen siendo objeto de caza furtiva / TONY KARUMBA

La cumbre puso de manifiesto la importancia del comercio mundial de fauna y flora silvestres, dado que muchas comunidades dependen de estos recursos (marfil de elefantes, plantas silvestres para cosméticos o ranas de cristal como mascotas) para subsistir. Sin embargo, también dio cuenta de los peligros a los que se enfrentan estas especies por la gran presión que la caza, la recolección o la pesca ejercen sobre ellos.

Aunque gran parte de la conversación sobre el comercio mundial de especies silvestres suele poner el foco en los elefantes y los rinocerontes, en esta ocasión los países también quisieron centrar gran parte del debate en los reptiles. No en vano casi la mitad de las 52 propuestas de especies estaban relacionadas con lagartos, serpientes, salamanquesas y numerosas tortugas. La demanda de mascotas exóticas en Asia, Estados Unidos y Europa impulsa gran parte del comercio de estos animales, pero algunos también se buscan para el consumo humano o su uso en la medicina tradicional.

Entre los reptiles exóticos más populares están las ranas de cristal (conocidas por su cuerpo transparente), los eslizones pigmeos de lengua azul o las tortugas de techo de corona roja. Todos ellos ganaron una mayor protección que impide su comercio desmedido. Ocurrió lo mismo con la tortuga caimán, de origen estadounidense, cuyo comercio está muy extendido en el este de Asia.

Ejemplar de rana de cristal

Ejemplar de rana de cristal / Europa Press

De hecho, Estados Unidos acudió a CITES con la intención de dotar de una mayor la protección de numerosas especies de tortugas autóctonas, como la tortuga caimán, la tortuga común, varias tortugas de caparazón blando y las tortugas mapa de cabeza ancha, entre otras. En total, 36 tortugas autóctonas fueron incluidas por primera vez en el Apéndice II. Las protecciones son un "paso fundamental" para acabar con "las lagunas jurídicas que han permitido la recolección insostenible para el comercio internacional", aseguró Martha Williams, directora del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU.

El debate de la conservación

Durante la reunión, de nuevo se volvió a abrir el melón sobre quién debe pagar los platos rotos y cómo debe hacerlo. Como de costumbre, el debate se intensificó cuando se habló sobre elefantes y rinocerontes, ya que se requieren muchos fondos para ser protegidos de los cazadores. El país sudafricano Esuatini (antigua Suazilandia) denunció las dificultades para hacer frente a estas tareas cuando el interés por los safaris y las experiencias de observación de la vida salvaje han caído en picado tras la crisis de covid-19. “Los efectos de la pandemia de la COVID-19 sobre la sostenibilidad económica han sido calamitosos", señaló el país.

Su propuesta fue permitir el comercio de rinocerontes blancos para poder hacer frente al pago de los guardabosques y empleados de los parques donde se encuentran los elefantes. Fue rechazada con la oposición del Reino Unido, la UE, Israel y Nigeria, entre otros, al considerar que esto podría aumentar la demanda y el comercio ilegal.

 Para más información: 

https://d1jyxxz9imt9yb.cloudfront.net/resource/1292/attachment/original/IFAW_ES_El_rol_de_la_UE_en_el_comercia_de_tiburones_Mar2022_final.pdf

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