Récord sónico

El ruido más fuerte registrado, que rompió tímpanos a 160 kilómetros de distancia

Se acercó a la máxima intensidad posible de 194 decibelios y superó en miles de veces la bomba de Hiroshima

El ruido más fuerte que rompió tímpanos a 160 kilómetros de distancia

El ruido más fuerte que rompió tímpanos a 160 kilómetros de distancia / Shutterstock

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

A las 10:02 de la mañana del 27 de agosto de 1883, la erupción del volcán Krakatoa, en Indonesia, borró del mapa una isla y causó tsunamis que formaron olas de 46 metros de altura y que llegaron hasta Sudáfrica. Fue como consecuencia de dicha erupción que se produjo el sonido más potente hasta ahora registrado.

Krakatoa era una pequeña isla deshabitada a mitad de camino entre Java y Sumatra, en Indonesia. Se elevaba 838 metros sobre el nivel del mar y había estado volcánicamente activa por última vez en 1680 antes de que comenzara a rugir de nuevo en 1883. La erupción de ese año tuvo una potencia comparable a una bomba de 200 megatones (la explosión de Hiroshima no llegó siquiera a 1), informa el Museo de Historia Natural, y tuvo un impacto de gran alcance en las personas y el medio ambiente.

En términos de vidas perdidas, Krakatoa (con 36.000 víctimas) ha sido la segunda erupción más mortífera en la historia moderna, puesto que fue superada por la erupción ocurrida en 1815 en Tambora (también en Indonesia), que se cobró al menos 60.000 vidas.

La explosión del Krakatoa fue excepcional

La explosión del Krakatoa fue excepcional / Agencias

Estas explosiones conllevan una fluctuación extrema en la presión del aire, algo que, dentro de ciertos rangos, se percibe como sonido.

Las crónicas de la época recogen testimonios que aseguran que la detonación pudo oírse en las islas de Andaman y Nicobar, en India, a más de 2.000 kilómetros; en Nueva Guinea y Australia, a más de 3.200 kilómetros, e incluso en islas del océano Índico situadas a casi 5.000 kilómetros.

La lectura de un barómetro en una fábrica de gas situada a 160 kilómetros de Krakatoa en el fatídico día de su violenta erupción registró un sonido de 172 decibelios, índice que, con un incremento súbito de la presión, revienta los tímpanos del oído incluso a esa distancia. Según los expertos, con 120 decibelios e incluso menos el oído ya puede llegar a sufrir lesiones y el umbral humano para el dolor es de 130 decibelios. A partir de ahí, cada aumento de 10 decibelios por encima de eso es como si el ruido se duplicara.

La detonación se oyó a miles de kilómetros

La detonación se oyó a miles de kilómetros / Pixabay

Hay que tener en cuenta que el sonido de unos fuegos artificiales a corta distancia suelen registrar 145 decibelios, y un caza despegando, alrededor de 150 si está también cerca. El sonido más fuerte físicamente posible en el aire es de 194 decibelios, algo más de los 180 que se registran al lado de un cohete espacial en pleno despegue.

Durante la erupción del Krakatoa, el estallido de aire presurizado también rompió los tímpanos de los marineros de un barco que se encontraba navegando a 64 kilómetros de la isla.

“Tan violentas son las explosiones que los tímpanos de más de la mitad de mi tripulación se han hecho añicos”, informaba el capitán del barco británico Norham Castle. “Mis últimos pensamientos están con mi querida esposa. Estoy convencido de que ha llegado el Día del Juicio”, añadía.

Escalas de ruido

Escalas de ruido / Noismart

Esa misma onda de choque continuó avanzando por el planeta y se hizo más suave a medida que viajaba más lejos, pero tardó en desaparecer por completo. Según Brüel & Kjær, todavía se pudo escuchar como si fuera el disparo de un cañón a una distancia de 4.800 kilómetros de Krakatoa.

La ola de presión rodeó el globo tres veces en cada dirección, con ondas de choque colisionando en varias partes del planeta y creando picos de presión adicionales. “La gran ola de aire”, como se la conoció, continuó viajando alrededor del planeta durante algún tiempo y después que cayó por debajo del umbral auditivo, y así terminó el sonido más fuerte de la historia.

Se cree que el sonido más intenso ocurrido desde Krakatoa fue la erupción de Tonga, ocurrida en enero de 2022, cuyo estampido sónico se escuchó en todo Alaska, situada a 6.200 kilómetros de distancia. Tonga también envió ondas de sonido y tsunamis que recorrieron el planeta, con una onda de presión que se movía a más de 1.100 kilómetros por hora y alcanzando una altitud de 450 kilómetros, es decir, por encima de donde se encuentra la Estación Espacial Internacional.

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