Comportamiento animal

Descubren que los loros saben hacer videollamadas

Un experimento demuestra cómo estas aves eligen a los congéneres con los que quieren hablar por Skype o Zoom

Descubren que los loros saben realizar videollamadas

Descubren que los loros saben realizar videollamadas / Kleinberger, R.

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Los loros son capaces de ponerse delante de la pantalla de una tablet y elegir con cuál de sus congéneres quiere ‘parlotear’, jugar o relacionarse através de una videollamada. Así lo ha demostrado un grupo de investigadores en un reciente artículo, publicado en Proceedings of the 2023 CHI Conference on Human Factors in Computing Systems. El estudio asegura que está actividad puede ser beneficiosa para que estos animales, especialmente cuando son criados en cautividad, mejoren sus habilidades sociales y combatan la soledad.

Los loros son animales extremadamente inteligentes, capaces de establecer relaciones sociales, cognitivas y emocionales complejas. Cuando viven libres, suelen vivir con familia y amigos, formando una extensa comunidad. Sin embargo, muchos pierden esas importantes relaciones cuando lo hacen en cautividad, poniendo así en riesgo sus propias habilidades cognitivas.

Pero, ¿qué ocurría si pudieran mantener de alguna manera esa estrecha relación con sus congéneres? Para resolver este interrogante, un grupo de científicos de la Universidad del Nordeste, situado en Boston (Estados Unidos), el MIT Media Lab y la Universidad de Glasgow, se pusieron manos a la obra para enseñar a los loros los beneficios de utilizar herramientas tan conocidas como Skype, Zoom y Teams en su vida social.

Durante tres meses, 18 aves de varias especies de loros, incluyendo loros grises, cacatúas ninfas y guacamayos, realizaron una serie de ejercicios destinados a reconocer –e incluso disfrutar– la acción de la videollamada. La idea era enseñar a los loros a relacionar el sonido de una campana con la selección en una tablet de la foto de otro ejemplar de las aves y, posteriormente, empezar la llamada con alguno de los pájaros que había seleccionado.

Para llevar a cabo este experimento pionero, los loros se organizaron en cinco grupos diferentes para conocerse. Durante la primera fase, cada loro se encontraba dos veces con otra ave de su grupo y recibían un premio si hacían sonar el timbre de la tablet. Empezaba así una llamada que terminaba si los pájaros mostraban desinterés, se alejaban o mostraban signos de estrés.

En la segunda fase se reorganizaron 15 loros en seis grupos más pequeños. En esta ocasión, los investigadores daban la posibilidad a las aves de mantener videollamadas durante un máximo de tres horas. En esta etapa, los pájaros podían llamar a un máximo de dos pájaros de su grupo por sesión. Después de cada uno de estos encuentros, los cuidadores de los loros subían el vídeo a una plataforma y rellenaban un cuestionario.

Preferencia por determinados compañeros

Cuando las grabaciones llegaron a manos de los científicos hubo algo que les sorprendió sobremanera: los loros habían desarrollado preferencias para charlar con su compañero favorito. "Además vimos que cada loro desarrolló su propio método de utilizar el sistema", explica Rébecca Kleinburger, autora principal de este artículo. Cada animal afrontaba la llamada de acuerdo a su personalidad. Por ejemplo, aquellos más sociables llamaban más, lo hacían más rápido y se mantenían más tiempo 'al teléfono'. La sociabilidad también tenía recompensa, pues el resto de loros también eran más proclives a establecer contacto con aquellos que les resultaban más amigables.

Uno de los loros durante el experimento

Uno de los loros durante el experimento / R. Kleinberger

Las encuestas que rellenaron los cuidadores de los loros mostraron, por un lado, que ningún ejemplar se sintió incómodo o experimentó malestar durante el experimento y, por otro, que incluso disfrutaban con la experiencia. Gracias a dichas anotaciones se ha podido saber que el loro conocido como P2, habló e invitó a su compañero (P1) a jugar con él. “Cada vez que su compañero desaparecía de la pantalla, P2 le llamaba para que volviera”, reza el documento.

Los cuidadores llegaron a percibir nuevos comportamientos que nunca habían visto. Incluyendo nuevos hábitos de aleteo, de búsqueda de alimento y más calma. Finalmente, la mayoría de las aves (78%) reaccionaron ante la presencia de otra ave en la pantalla, y lo hicieron de manera diferente dependiendo de qué congénere estaba al otro lado de la pantalla.

Los loros lograron interactuar por videollamada

Los loros lograron interactuar por videollamada / R. Kleinberger

“Son resultados realmente alentadores”, insistió Jennifer Cunha, coautora y cofundadora de Parrot Kindergarten. “Los loros parecían darse cuenta de que realmente interactuaban con otras aves en la pantalla y su comportamiento a menudo reflejaba lo que esperaríamos de las interacciones de la vida real entre este tipo de aves”, resaltó.

A día de hoy, cuando ya ha pasado un año de esa experiencia, muchas de las aves que participaron en el estudio siguen haciendo videollamadas. “Todos los humanos que participaron en el estudio han mostrado su interés en seguir facilitando ese recurso a los loros”, resalta Kleinburger.

Estudio de referencia: https://dl.acm.org/doi/pdf/10.1145/3544548.3581166

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