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¿Pueden coexistir los humanos y los grandes carnívoros? La ciencia responde

Desarrollan un modelo que predice la tolerancia a los osos y ayuda a adoptar medidas para mejorar la convivencia

Ejemplar de oso pardo.

Ejemplar de oso pardo. / Pexels

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Los ataques de lobos al ganado en Suiza y España y el protagonizado por un oso en Italia, que provocó la muerte de un corredor de montaña, muestran la gravedad del problema de la coexistencia de grandes carnívoros y humanos. La investigadora de ETH Zurich, Paula Mayer, ha creado un modelo participativo para ayudar a facilitar la coexistencia entre humanos y grandes carnívoros utilizando el ejemplo del oso pardo de los Apeninos, en Italia.

La coexistencia con la vida silvestre se está convirtiendo en un desafío clave en Europa a medida que las poblaciones de grandes carnívoros se recuperan en paisajes dominados por el ser humano. Modelar la distribución espacial de las condiciones para la coexistencia entre humanos y osos puede ayudar a respaldar la conservación, al identificar áreas prioritarias y medidas para apoyar la coexistencia.

El inconveniente es que los modelos existentes a menudo solo abordan los riesgos para los humanos o para los grandes carnívoros.

El estudio capitaneado por Paula Mayer desarrolla un proceso de modelado participativo que incorpora percepciones de la población local, evaluaciones de expertos y datos espaciales, aplicados a un estudio de un caso de coexistencia entre humanos y osos pardos de los Apeninos (Ursus arctos marsicanus) en peligro de extinción, ya que solo quedan unos 70 ejemplares.

Un oso marsicano, en la región de Abruzzo (Italia), en una imagen de archivo.

Un oso marsicano, en la región de Abruzzo (Italia), en una imagen de archivo. / Deahistino / Getty Images

"Gracias a una mejor protección, una labor educativa y medidas para prevenir los daños que en ocasiones causan estos animales, esta población ha sobrevivido e incluso ha aumentado ligeramente en los últimos tiempos", expone Peter Rüegg, biólogo y comunicador de la Escuela Politécnica Federal (ETH Zurich).

Pero los osos todavía mueren atropellados en las carreteras o a causa de cebos envenenados colocados por los recolectores de trufas para los perros rastreadores de sus competidores. Y no en toda su área de distribución la gente simpatiza con los osos.

Difusión de información falsa

Por este motivo, a Paula Mayer se le ocurrió la idea de crear un modelo para la convivencia entre humanos y osos en la región del parque nacional de Abruzzo, Lazio y Molise y representarlo en un mapa.

El conocimiento local y de los expertos, así como los datos disponibles sobre los hábitats de los osos y el uso de la tierra, se integraron en un modelo probabilístico, que permite predecir y mapear la tolerancia a los osos desde la perspectiva humana y el riesgo de pérdida de aptitud física desde la perspectiva de los osos.

El mapa tiene como objetivo ayudar a quienes participan a nivel local (autoridades, conservacionistas, agricultores y especialistas en turismo) a identificar áreas y medidas que deben priorizarse para promover la coexistencia entre humanos y osos.

"Este proyecto es un intento de mirar racionalmente el paisaje y descubrir dónde y bajo qué circunstancias los humanos y los grandes carnívoros coexisten con éxito y dónde no", explica Mayer.

Primer plano de un oso pardo.

Primer plano de un oso pardo de los Apeninos. / Marco Tersigni

Los investigadores descubrieron que mientras en unos municipios había una actitud general positiva hacia los grandes carnívoros, en otros muy cercanos la actitud era negativa. Esta circunstancia se debe principalmente, según Mayer, a "creadores de opinión individuales que difunden información falsa".

La convivencia también depende de si los habitantes de un municipio determinado dependen de sus propios productos agrícolas o se ganan la vida con el turismo o fuera de casa. Los municipios que dependen del turismo también se beneficiarán de los osos, ya que el turismo de vida silvestre está en auge en el parque nacional de Abruzzo.

Conflicto urbano-rural

La situación es diferente en los municipios rurales, donde la actitud hacia los osos es mayoritariamente negativa, ya que las medidas de protección preventiva a menudo quedan rezagadas. "Si sólo tienes diez ovejas y un oso mata a una de ellas, sientes que tu sustento está amenazado", subraya Mayer, quien está convencida de que el "problema de los grandes carnívoros" es "el mismo en todas partes".

Es, principalmente, un "conflicto urbano-rural cargado de emoción y con mucho simbolismo proyectado sobre los animales. Pero se trata más de cuestiones interpersonales y de control; los animales salvajes sólo cumplen una función simbólica", expone.

La cuestión a dilucidar es qué medidas se necesitan para que la coexistencia entre osos y humanos tenga éxito. Un factor importante que surgió de las entrevistas es que los lugareños quieren que los pagos de compensación de daños lleguen más rápidamente y con menos trámites burocráticos. Exactamente igual que ocurre en España.

"Algunas personas están enfadadas porque nunca han sido compensadas por los daños causados por osos, a pesar de las promesas en sentido contrario" de los dirigentes políticos, detalla Mayer.

El mapa elaborado por Mayer y su equipo muestra las áreas donde la coexistencia entre humanos y osos funciona bien. Son zonas donde la tolerancia de la gente es alta y las condiciones de vida de los osos son buenas. Pero también muestra áreas donde las condiciones son peores.

El modelo es adaptable a otras regiones, a otras especies animales y a la incorporación de nuevas informaciones disponibles. "Nuestro enfoque podría ayudar a adoptar de manera eficiente medidas para mejorar la coexistencia entre humanos y grandes carnívoros en diferentes entornos de una manera específica para cada lugar", exponen los autores del estudio, publicado en ‘Journal for Nature Conservation’, de ‘Science Direct’.

Informe de referencia: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1617138123000584

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