Así se automedican las hormigas

Un grupo de científicos había demostrado hace ya más de un año que los chimpancés se automedican: utilizan conscientemente insectos triturados para curar sus heridas y las de sus congéneres. Ahora, otro equipo de investigadores ha comprobado que los ejemplares de una especie de hormiga (Formica fusca) recurren a los pulgones como medicina cuando están enfermas.

El estudio, protagonizado por biólogos y zoólogos de Austria, Países Bajos, Alemania y Finlandia y publicado en la revista ‘Biology Letters’, revela que estas hormigas, las más abundantes en el mundo, consumen pulgones, que acumulan en sus cuartos peróxido de hidrógeno, para tratar infecciones fúngicas.

La pregunta que estos investigadores pretendían responder es si las hormigas lo hacen para automedicarse. Para averiguarlo recolectaron hormigas de una zona campestre de Finlandia y las llevaron al laboratorio.

Los investigadores provocaron a la mitad de las hormigas infecciones fúngicas dañinas. Después, dieron tanto a las infectadas como a las demás dos opciones para alimentarse: una mezcla estándar de miel y agar y una mezcla estándar de miel y agar con una cantidad pequeña o grande de pulgones triturados mezclados.

El equipo de investigación comprobó que las hormigas sin infección comían solo la mezcla estándar (sin pulgones). Sin embargo, las infectadas por hongos dividían su elección de comida al cincuenta por ciento entre la mezcla estándar y la suplementada con pulgones.

También descubrieron que una vez que la infección por hongos desapareció, las hormigas infectadas volvieron a una dieta de la mezcla estándar.

La conclusión de los investigadores es que las hormigas no sólo se automedican, sino que lo hacen en cantidades que resultaron ser las más beneficiosas para curarse.

Sistema nutricional complejo

Si las hormigas hubieran ingerido sólo la mezcla con los pulgones, por ejemplo, probablemente habrían muerto debido a una intoxicación por peróxido de hidrógeno.

Si, por el contrario, hubieran comido muy poco, no habrían podido combatir la infección. Los autores del estudio también señalan que consumir parte de la mezcla estándar sin pulgones permitió a las hormigas enfermas consumir los nutrientes que necesitaban para ayudar a su sistema inmunológico.

El equipo de investigación planea ahora estudiar en profundidad a las hormigas y su propensión a comer pulgones cuando están están enfermas en un entorno natural.

"La modulación de la ingesta nutricional de los animales para combatir patógenos es un comportamiento que está recibiendo cada vez más atención", señalan los biólogos y zoólogos autores del estudio. 

Los estudios de hormigas que utilizan compuestos aislados o nutrientes en dietas artificiales han revelado gran parte de la dinámica del comportamiento, pero las fuentes naturales de medicina aún no se habían confirmado.

Por eso exploraron si las hormigas Formica fusca expuestas a un patógeno fúngico pueden utilizar una dieta artificial que contenga alimentos enriquecidos con diferentes concentraciones de pulgones triturados para obtener un beneficio medicinal.

"Mostramos que las colonias expuestas a patógenos alteraron y ajustaron su dieta para incluir más alimentos suplementados con pulgones durante la fase aguda de la infección, reduciendo la mortalidad causada por la enfermedad y aliviando sus efectos", apuntan.

"Sin embargo, el beneficio sólo se logró al tener acceso a una dieta variada, lo que sugiere que si bien los pulgones contienen nutrientes o compuestos beneficiosos contra las infecciones, son parte de un sistema nutricional complejo donde los costos y beneficios de los compuestos y nutrientes deben moderarse.", añaden.

Respuesta deliberada

La respuesta de ajuste dietético a la exposición a patógenos fue "muy dinámica", explican. "El cambio de preferencia entre el alimento estándar y el suplementado con pulgones se produjo durante los días 4 a 6, coincidiendo con el período en el que la mortalidad causada por el patógeno está en su punto más alto, después del cual la preferencia volvió a cambiar hacia la mezcla estándar", exponen.

"Esto implica que el cambio en la dieta de las colonias expuestas es para responder deliberada y rápidamente a los cambios en la demanda nutricional durante las etapas agudas de la infección", concluyen.

Con vistas al futuro inmediato, los investigadores señalan que se debe estudiar más a fondo si los patógenos afectan a las interacciones entre los pulgones y las hormigas, incluidos los compuestos y nutrientes que las hormigas podrían obtener de los pulgones y su efecto contra las infecciones.

Esto podría proporcionar nuevos conocimientos sobre la evolución y el mantenimiento de los mutualismos entre hormigas y pulgones, y si proporcionan a las hormigas un nuevo beneficio contra los patógenos.

"Descubrir fuentes naturales de medicamentos y cómo los animales utilizan la dieta para compensar las respuestas inmunitarias o combatir patógenos directamente nos ayudará a comprender mejor cómo los ecosistemas sanos y diversos pueden proporcionar a los animales beneficios contra la amenaza siempre presente de las enfermedades, y sigue siendo una cuestión en gran medida desconocida, pero un asunto importante a estudiar", finalizan.

El peróxido de hidrógeno (H2O2) es un líquido de color azul muy pálido, ligeramente más viscoso que el agua, que parece incoloro en solución diluida. Es un ácido débil, tiene fuertes propiedades oxidantes y es un potente agente blanqueador. Se utiliza como desinfectante, antiséptico, oxidante y en cohetería como propulsor. Es por tanto un destacado fungicida.

Informe de referencia:; https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rsbl.2023.0415

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