Biodiversidad
¿Cuál es el mamífero más pequeño que vive en la Tierra?
Mide tan solo 2,9 centímetros y pesa lo mismo que un céntimo de euro
El mamífero más grande que habita en el planeta es la ballena azul, que, además, es en general el animal de mayor volumen que existe. Pero ¿cuál es el mamífero más pequeño que vive en la Tierra? Hay varias especies que se disputan este título, pero el primer puesto en el podio corresponde al murciélago abejorro, un simpático animalito que cabe en la yema de un dedo y que, sin embargo, es bastante parecido a nosotros en muchos aspectos.
Un murciélago abejorro adulto mide poco más de 29 milímetros desde la punta de la nariz al extremo de su cola. Su envergadura es de 145 milímetros. Suelen pesar entre 1,6 y 2 gramos, menos que una moneda de un céntimo de euro.
Estas pequeñas criaturas aladas, que a veces pueden ser confundidas con un insecto, tienen un pelaje marrón grisáceo en el lomo y el vientre es gris pálido. Sus alas son semitransparentes. Tienen un hocico largo con proyecciones en forma de bigotes para detectar a sus presas, para lo que emplea la ecolocalización.
Como sucede con el resto de murciélagos, tiene un oído excelente. Sus grandes orejas y orificios nasales les ayudan a localizar insectos voladores en la oscuridad. El murciélago abejorro, por tanto, es insectívoro.
Su área de alimentación se extiende hasta un kilómetro alrededor de la caverna o cavidad donde vive. Realiza vuelos cortos, de menos de una hora de duración, en los momentos crepusculares (al anochecer y al amanecer), evitando las horas centrales del día.
Dónde vive
Los murciélagos abejorros no se encuentran en todo el planeta. Por el contrario, viven en zonas muy concretas, específicamente en los bosques tropicales de Tailandia y Myanmar, en cuevas naturales cálidas y húmedas, así como en estructuras construidas por el hombre, como templos y minas. Allí suelen formar colonias formadas por cientos de individuos.
Su pequeño tamaño les permite apiñarse en un dormidero del tamaño de la palma de una mano. Acurrucarse unos junto a otros les ayuda a regular la temperatura corporal y la humedad. También les permite aprovechar la ventaja de la seguridad en número al detectar antes a los depredadores.
Sólo quedan 5.000 ejemplares
Esta increíble especie está sometida a varias amenazas por parte del ser humano, que podrían llegar a provocar su extinción. Por un lado, las cuevas donde viven suelen emplearse a menudo como lugares turísticos o para realizar actividades religiosas, en las cuales se quema incienso, lo que supone un impacto significativo en estos pequeños murciélagos.
En algunos sitios, además, se extrae el guano de los murciélagos como fuente de fertilizante, o directamente se explota la roca caliza de las cuevas. Estas perturbaciones son consideradas las principales amenazas antrópicas para los murciélagos abejorros.
Debido a lo limitado de su hábitat y al pequeño tamaño de su población, la especie está catalogada como vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Su población disminuye a un ritmo alarmante. Se calcula que quedan unos 5.000 ejemplares en libertad.
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