Entrevista

Carmen Calvo: "Estoy muy contenta de que el feminismo vuelva a los criterios socialistas"

"Se puede recurrir la amnistía, pero no decir que España no es una democracia", defiende la exministra y diputada socialista

Carmen Calvo, diputada del PSOE por Granada, en el palacio de la Moncloa.

Carmen Calvo, diputada del PSOE por Granada, en el palacio de la Moncloa. / DC

Irina Marzo

Carmen Calvo (Cabra, 1957) ha cambiado hoy a Pedro Sánchez por Vicente Núñez. El homenaje al poeta de Aguilar le ha impedido asistir al acto de fumata blanca que el PSOE celebra este domingo en Madrid, pero la socialista festejará en su tierra la investidura casi tanto como que el PSOE haya recuperado el Ministerio de Igualdad.

Ha costado pero Pedro Sánchez ya ha formado gobierno, dénos un titular.

El Gobierno que ha ganado con las reglas de juego parlamentarias.

¿Qué le parece el consejo de ministros que ha formado Sánchez?

Es el que necesitaban las políticas nucleares de continuidad, con las incorporaciones que creo que también son necesarias en otras áreas. Pero la parte de continuidad es muy interesante porque creo que es un mensaje: se han hecho muchas cosas en este país que han sido muy difíciles y se han hecho razonablemente bien, frente al ruido a veces inexplicable que ha colocado el Partido Popular.

¿Vaticina una legislatura breve o larga?

Larga porque una vez que el PP ha decidido poner en cuestión el modelo constitucional, cuando decide entrar a jugar sucio, las instituciones tienen que responder con estabilidad. La legislatura tiene que ser larga para que los españoles puedan estar tranquilos de que su sistema político funciona.

Como jurista constitucionalista, ¿ha tenido en estos últimos meses alguna duda sobre la legalidad de la amnistía?

Ninguna, y no soy una persona sospechosa de no decir lo que considero cuando lo considero y de armonizar muy bien mi vida como militante del PSOE con mis principios. Ni antes ni ahora he tenido dudas. Estoy en contra de lo que la Constitución prohíbe que son los indultos generalizados y eso es lo que plantearon los independentistas en el año 21 y a lo que le contestamos que no, porque está absolutamente prohibido de manera literal en la Constitución. Pero sí está recogido el derecho de gracia, que lo tienen todas las democracias porque es necesario y significa que cuando el Ejecutivo o el Legislativo consideran que hay razones de interés general y de bien común suficientes se pueden perdonar las penas y los delitos. Esto lo dicen todas las democracias, a pesar de las mentiras y de la inquietud que el PP ha querido colocar en el ánimo de este país. Yo considero más grave que el PP esté generando miedo, inquietud y dudas a la gente de un país como el nuestro, una plenísima democracia que funciona. El PP ha sido arrastrado por los principios ultraderechistas para generar odio. La gente tiene que estar tranquila de que en España no ocurre nada ilegal ni ilegítimo y que si ocurriera tenemos los mecanismos de control del Tribunal Constitucional para pararlo. Estaría muy bien que el PP le dijera eso también a los ciudadanos para no mentir.

¿Qué ha cambiado desde 2021 para que ahora sea planteable y no provoque la supresión "literal de uno de los tres poderes del Estado, el judicial" como usted misma defendió entonces?

La ley que hemos propuesto no es un indulto generalizado, es una amnistía como otras muchas que se han planteado en España. El Ministerio de Justicia durante mucho tiempo se llamó de Gracia y Justicia. Se han dado continuamente amnistías por razones fiscales o políticas. Que el PP juegue con esta mentira de la historia es muy grave porque coloca a este país en un espacio de inseguridad. La amnistía tiene que tener un objetivo, un perímetro y un contenido que no rebase lo que está prohibido, por ejemplo, los delitos de terrorismo aquí no entran. En el año 2021 el independentismo planteó esto de una manera inconstitucional y hasta los letrados de la Cámara dijeron que no se podía tramitar. Ahora estamos en un marco jurídico absolutamente diferente, hasta el punto de que esos letrados han dicho que sí se puede tramitar esa ley. Esa ley la va a debatir el Parlamento soberano, la sede de la soberanía nacional, y la controlarán los tribunales, particularmente el Constitucional. Entonces, ¿dónde está la inquietud que tiene que generar el PP? ¿Dónde? En la razón política. El PP cuando no gobierna cuestiona los resultados; ya lo hicieron Arenas y Gallardón. Eso es algo que no hacemos nosotros nunca. En España se ha instalado que cuando no gobierna el PP hay problemas, pero España se le rompió al PP el 1 de octubre con un referéndum ilegal y para que aquello no continuara el PSOE lo ayudó. Son hechos que la gente tiene que saber porque son parte de la verdad. ¿Tan mal gobernaba el PP que no paró el referéndum o hay algo que no sabemos?


La oposición a la amnistía no solo ha sido política. Jueces y fiscales también se han puesto en pie de guerra, ¿todos están equivocados menos mi niño?

¿Y cuando ha habido otras amnistías no lo han cuestionado? En el derecho comparado, en los paraguas constitucionales de otras democracias están las amnistías, ¿y aquí son un problema para la separación de poderes? Lo que está violentando en este momento la separación de poderes es que un partido con sus escaños en el poder legislativo está impidiendo que se renueve el Consejo General del Poder Judicial, eso sí que es una confusión de poderes y una falta de respeto extraordinaria al poder judicial, eso sí es incumplimiento de la Constitución.

Los alumnos de la Facultad de Derecho de la UCO, donde usted ha dado clases, se concentraron para rechazar el indulto. ¿Habría que suspenderlos?

Es que políticamente se puede estar en contra de la amnistía. El problema es que el PP le está mintiendo a todo el mundo con el fin de tener un país confuso y lleno de miedo. Se puede estar en contra políticamente como de un alcalde que no te gusta; el problema es que es tu alcalde legal y legítimamente. El de la amnistía es un proyecto de ley que puede no gustarte, pero una cosa es que no te guste y otra es que estés hablando con términos jurídicos de una manera insensata. El problema es que el PP tenía previsto gobernar y Alberto Núñez Feijóo tenía previsto llegar a Moncloa, pero no han tenido fuerza electoral ni política suficiente. Ésa es la única realidad que hay debajo y yo comprendo que la gente no esté de acuerdo políticamente, como yo no lo estoy con todo lo que ocurre en Andalucía con la sanidad y la educación pública, que se están mal vendiendo al negocio privado, pero lo está haciendo el presidente de la Junta de Andalucía legal y legítimamente. En eso no habrá visto a ningún socialista diciendo que Moreno Bonilla es un ocupa, ni ilegítimo, ni ilegal y no le dijimos ni siquiera cuando llegó la primera vez a la Junta con el peor resultado en la historia de su partido. No lo hicimos porque somos demócratas a carta cabal y conocemos bien las reglas constitucionales de nuestro sistema político tanto cuando nos gustan como cuando no, cuando nos benefician como cuando no; es así y el PP tiene esa asignatura pendiente.

¿Ha explicado bien el PSOE su propuesta de amnistía o ha faltado ‘pedagogía’?

Mi partido lo ha explicado ahora que es cuando podemos explicarlo, cuando ya hay un Gobierno que no está en funciones y se ha producido un debate de investidura. ¿Cuándo vamos a explicar una ley cuando todavía no está hecha? Desde que el secretario general dijo que íbamos a poner encima de la mesa una ley sobre la amnistía la explicamos. El problema es que convendría que el PP dijera que no está de acuerdo con la amnistía, que es inconstitucional y que la llevará al Tribunal Constitucional. Eso lo ha dicho el PP de todas las leyes socialistas que luego no ha derogado cuando ha gobernado. Ni la de memoria democrática, ni las de igualdad, porque juega a la hipocresía y al cinismo continuamente. Se puede decir la voy a recurrir, pero lo que no se puede decir es que este Gobierno no es legítimo, que se está dando un golpe de estado y que hay que salir a la calle porque España no es una democracia. Es una barbaridad que le costará caro al PP no amar a tu país y tener a tus compatriotas en un lío absoluto para nada.

La Comisión Europea asegura que examinará muy cuidadosamente la amnistía para ver si respeta las leyes de la UE. ¿Es compatible el texto con el derecho comunitario, en especial en lo relativo a los delitos de terrorismo?

Esta semana el comisario Renders se lo dijo al PP en el Parlamento Europeo: este es un asunto interno de España del que estaremos vigilantes como de todo porque formamos parte de la Unión Europea. La vergüenza es que se esté comparando España con Hungría y Polonia.

"El PP, por el bien de este país, tiene que dejar de mentir y de generar miedo, y Vox, odio"

¿El pacto con Junts o Esquerra y la estrategia de pacificación dará más alas al independentismo o acabará con sus argumentos?

Los datos dicen que no. En las últimas elecciones generales el Partido Socialista Catalán (PSC) dobló el voto de Junts y Esquerra juntos. Parece que vamos por el buen camino, parece que muchos catalanes se han sentido estafados por los independentistas porque les han mentido y de lo que tienen ganas es de pasar página, y parece que la alternativa no es ni el independentismo ni el PP, que tampoco entiende Cataluña, aunque bueno el PP hace rato que no entiende España.

¿En qué sentido lo dice?

En el sentido de dejarse caer en manos de Vox para que estemos pasando la vergüenza de ver las esvásticas y los aguiluchos paseando por Madrid y diciendo que eso es defender la democracia. A lo mejor por eso al PP tampoco le gusta la memoria democrática.

El PP dice que con el indulto se abre la puerta a que los independentistas planteen un referéndum y que ya nadie los podrá parar. ¿Votar será la próxima exigencia?

Los únicos referéndums que se pueden hacer en España son los que están contemplados en el artículo 92 de la Constitución, que es justo lo que dice el documento que los independentistas han firmado y en el que aceptan que aquí no hay más legalidad que el artículo 92, cosa que hace relativamente poco tiempo no aceptaban. El PP, por el bien de este país, tiene que dejar de mentir y de generar miedo, y Vox, odio. Comprendo a los que están en contra, pero hay que recordarle a todo el mundo, particularmente a nuestra provincia, que este asunto viene de los independentistas planteando una ruptura de la unidad del Estado español y de un PP que gobernaba y no lo supo resolver. Que los socialistas no hemos hecho nada más que recoger una herencia terrible y resolverla, que no es nuestra que esto es de los independentistas y del PP. Que recogían firmas por las calles contra un estatuto de autonomía, que con simplemente recurrirlo hubiera sido más que suficiente, porque esas mesas no hacían otra cosa que generar un espíritu anticatalanista. Y si tú quieres que Cataluña esté en España, porque es de España, no puedes generar una emoción negativa contra Cataluña donde para empezar viven miles y miles de andaluces. Eso es una barbaridad contra un país y eso lo lleva cultivando el PP años. Por eso cuando llegó Rajoy había un 10% de voto independentista y cuando se fue un 48%. Lo único que hemos hecho nosotros es ir resolviendo ese conflicto hasta el punto de que ahora esos partidos están sentados en el Parlamento español, trabajando en el Estado español, votando desde el Estado español, votando el presupuesto del Estado español y gobernando su tierra sin saltarse ni una sola norma desde que nosotros estamos en Moncloa.

¿En clave interna, cree que la amnistía pasará o le ha pasado ya factura al PSOE? Lo digo por las discrepancias de líderes históricos como Felipe o Alfonso.

El partido ha votado apoyando un documento que incluía la amnistía, porque el secretario general así lo dijo, en un nivel cercano al 90%. Ese es el PSOE; el PSOE no es lo que opinan Alfonso Guerra y Felipe González desde hace mucho tiempo ni de lejos. El PSOE es un partido democrático que tiene que ver con sus órganos, sus procedimientos y su normativa interna, así que Alfonso y Felipe deberían escuchar lo que han dicho casi el 90 % de la militancia de este partido y ya está. Ya es demasiado.

Esta semana se ha llevado una alegría: ha dicho que era la segunda persona más contenta tras la salida de Irene Montero del Ministerio de Igualdad, quiero entender que porque el PSOE recuperara la cartera...

Efectivamente yo nunca hablo de nadie en términos personales, me remito a la hemeroteca. De lo que estoy muy contenta es de que las políticas de igualdad y particularmente el feminismo vuelvan a los criterios socialistas, a lo que nosotros entendemos por feminismo que es el feminismo de la Igualdad, el que se preocupa de los problemas que de verdad tenemos más de la mitad de España. Somos 1,6 millones más mujeres que hombres y nuestros problemas son la violencia, son los asesinatos, son que no queremos que la prostitución exista, son querer igual salario igual trabajo, son que queremos garantía de nuestras pensiones y mejores pensiones no contributivas, ayudas a los hogares monoparentales que suelen ser de mujeres solas con sus hijos... Queremos que los problemas que están en la realidad de la vida sean los que estén todos los viernes en el consejo de ministros y no otras cuestiones. Me siento muy contenta de que hayamos podido cubrir el Ministerio de Igualdad con una compañera del PSOE.

Según usted, ¿qué cuestiones no deberían estar en la agenda del feminismo?

En esta legislatura, pese al pacto de Estado contra la violencia de género se están incrementando la violencia, los delitos sexuales y los asesinatos, es el peor año de todos en materia de violencia. Ese pacto al que le puse yo los fondos debería haber desarrollado leyes y se le debería haber hecho un seguimiento exhaustivo de esos fondos si eran de verdad para políticas preventivas. Pues durante estos últimos años no habrá visto que hayamos hablado de eso, ¿no?

Precisamente ayer fue 25N, las mujeres asesinadas este año superan ya los de los tres años anteriores y se han duplicado los jóvenes que ven la violencia de género como un «invento ideológico». ¿Qué estamos haciendo mal?

El PP está siguiendo por necesidades de sillones, como ellos dicen, el juego a Vox. Es Vox el que ha traído la idea de que la violencia de género no existe, ellos dicen que el machismo no existe y que la discriminación de las mujeres no existe, lo cual es una barbaridad de tal tamaño de la que ahora vemos consecuencias. El PP no ha sido firme en esto. Las puertas primeras que se abrieron a comprar a Vox este discurso las abrió Moreno Bonilla la primera vez que llegó al gobierno andaluz cuando no tenía mayoría absoluta. Así que cuando la ultraderecha niega el cambio climático y niega los derechos de las mujeres y el PP no los pone firmes tenemos problemas reales. Eso sí son problemas reales, no son problemas inventados como que España se rompe. España no se rompe pero a las mujeres nos están rompiendo y nos están negando la realidad de la violencia machista. Esa es la política que hace Vox y le consiente el PP.

Volviendo a Irene Montero, su salida del Gobierno se vinculó con su choque con la política de Podemos a cuenta de la ley trans, ¿sigue opinando lo mismo?

Mi salida del Gobierno solo la conocemos el presidente y yo, y yo no la voy a contar. Mi marcha la asumí con absoluta normalidad. He estado dos veces en el Gobierno de España y ocho años en el Gobierno de Andalucía. Me considero una mujer muy afortunada por haber podido trabajar por mi país. Mi marcha lo asumí con total normalidad y naturalidad como todo el mundo sabe y sigo trabajando en las filas de mi partido por mi país todo lo que haga falta. Lo que opino de la ley como lo opiné transparentemente delante de toda España no tiene más comentarios.

Algo bueno habrá hecho Irene Montero, ¿no?

A ver todo el mundo cuando está en un cargo público de esa envergadura tiene sus luces y sus sombras. Ella no es diferente a los demás. Yo ahí no entro. Para mí la política no es un rifirrafe de irracionalidades ni de personalismos.

¿No cree que ha sido un error político no darle ningún ministerio a Podemos?

No lo sé, lo único que sé es que la izquierda a la izquierda del PSOE tiene que estar lo más unida posible porque es lo que conviene a las políticas de progreso del conjunto de España. Ellos sabrán lo que tienen que hacer, pero cuanto más unidos estemos, mejor.

Ana Redondo, la nueva ministra que tiene por delante el reto de pacificar el feminismo, ha recibido su bendición. ¿Qué objetivos debe plantearse el ministerio?

Necesitamos tener una ruta y volver a la agenda de las mujeres de los problemas reales de las mujeres que son muchos.

¿A qué se va a dedicar Carmen Calvo esta legislatura?

Al feminismo, por supuesto, porque vengo de él desde que tengo 14 años y es el leitmotiv de mi vida, y a lo que me indique el partido dentro del Parlamento.

¿Y a las tertulias de tele y radio?

Me encanta, me encanta debatir. La política a los políticos que de verdad están por pasión como es mi caso --tengo profesión, soy funcionaria, doctora y no necesito la política-- nos gusta mucho debatir. En ese formato me encuentro muy bien, así que si la vida me lo pone por delante lo aceptaré.

¿Y por Córdoba viene?

Muchísimo, voy continuamente. Seguiré con un ojo puesto en todo lo que le haga falta a Córdoba. Yo me he jugado muchas veces el tipo para que las cosas que se merecía Córdoba viniesen. En la base logística jugué el papel que tenía que jugar por el bien de Córdoba y ahí está. Y luego tengo que trabajar por Granada, que soy diputada a mucha honra de la tierra donde lo fue mi admirada Maria Lejárraga y eso me produce mucha emoción política.

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