La gastronomía es un elemento diferenciador de la comarca de la Vega Baja del Segura, junto con el turismo y la agricultura. Hablamos de una zona de tradiciones culinarias arraigadas, por la importancia de su producción hortofrutícola y pesquera. En este sentido, resalta su cocina: rica, diversa, tradicional e identitaria. La Vega Baja apuesta por la conservación de la gastronomía como tradición social y sostenible ligada al modo de vida y la hospitalidad de su gente.

Su cocina tradicional está basada en los productos mediterráneos. A nivel gastronómico existen dos áreas diferenciadas: la zona de la huerta o de interior, regada por el río Segura, y la costa.

Variedad de sabores

Uno de los puntos más destacables es su variedad, puesto que combina recetas marineras, entre las que destacan el caldero guardamarenco o torrevejense, el pulpo seco, las ensaladas de salazones, entre otras, con la gastronomía del interior, dado que esta tierra cuenta con una huerta extensa y rica cuyos productos tienen un papel predominante en la cocina vegabajense, con platos clásicos como sus famosos cocidos con pelotas, o vegetarianos como el de los tres puñados, sin olvidar sus arroces como el arroz de la huerta con alcachofas.

Su cocina tradicional está basada en los productos mediterráneos.

Pero su oferta no termina aquí, la Vega Baja también se distingue por su repostería, pastelerías y confiterías mantienen la tradición artesanal, que en gran medida es de origen árabe. Se puede encontrar un amplio abanico de dulces tradicionales: almojábanas, pellas, monas, dulces típicos de navidad, pasteles de gloria, tortas de calabaza, tortada de almendra, bolas de San Antón, caramelos de guirlache y acaramelados, magdalenas y un largo etcétera de productos típicos que pueden disfrutar los amantes de los dulces.

Con la repostería de esta comarca se puede decir que a «cada fiesta su dulce»: en San José los buñuelos, los pasteles de gloria, las almojábanas de procedencia árabe y petisú. En Semana Santa y para merendar el lunes de Pascua las monas. El arrope y calabasete para el Día de Todos los Santos. Y para Navidad, las toñas de repulgo, los polvorones, los mantecados y los almendrados.

Sin olvidar el saber hacer de las monjas en los Conventos de Clausura, un conocimiento que ha llegado hasta nuestros días intacto y que se ha convertido en un legado culinario excepcional tanto de Orihuela como del resto de la Vega Baja.

Innovación y tradición gastronómica

Visitar esta comarca es disfrutar de su naturaleza, sus paisajes, sus playas, sus tradiciones, pero también es vivir una experiencia gastronómica inolvidable ya que ofrece la posibilidad de probar platos vanguardistas o degustar un recetario con raíces culinarias mediterráneas. Los platos típicos de la Vega Baja son un gran referente gastronómico, en cuya elaboración priman los productos de proximidad, autóctonos y de kilómetro 0 que a su vez destacan por su calidad (alcachofa, ñora, brócoli, boniato, bleas, camarrojas, llisones, breva, granadas, los cítricos o la miel, entre otros).

Asimismo, llama la atención que muchos de los platos se cocinan con ingredientes únicos que no se encuentran en otros lugares, también se diferencian por la singular forma de preparación, puesto que atesoran la tradición de sus mayores, pero sin olvidar las nuevas tendencias de la rica cocina contemporánea.

Llama la atención que muchos de los platos se cocinan con ingredientes únicos.

Por otro lado, cabe destacar la importancia del trabajo en red que se desarrolla por parte de empresas turísticas, restaurantes, administraciones, asociaciones que cooperan para mejorar la competitividad del sector turístico y agroalimentario a través de la construcción de un «Destino Gastronómico» entre los 27 municipios que conforman la Vega Baja del Segura. De esta forma, en cualquier época del año se pueden encontrar diferentes eventos gastronómicos que ponen en valor la rica tradición culinaria y la gran calidad de la oferta de restauración de estos municipios.

Producción ecológica y sostenible

En esta comarca se fomenta el uso de los productos locales, así como la recuperación de oficios tradicionales. La Vega Baja cuenta con distintas lonjas y mercados de abastos como el de Albatera, Callosa de Segura o Torrevieja y los mercados ambulantes presentes en todos los municipios, que suponen un impulso para el sector de la hostelería, restauración y comercio.

Además, se trata de una cocina que está en continua evolución, incorporando constantemente nuevas propuestas innovadoras. También resalta la investigación para enriquecer los productos de la huerta y satisfacer las demandas de los nuevos perfiles de consumo. Sin duda, un valor diferencial que les aporta competitividad frente a otros territorios.

Por ello, dispone de una amplia oferta formativa que impulsa esta innovación alimentaria a través de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO) y el Parque Científico AgroTech de la UMH, el CdT de Torrevieja, la Formación Profesional para el Empleo en materia de Hostelería y Turismo ofertada por Convega en colaboración con otros organismos, los Ciclos Formativos de Formación Profesional: Familia de Hostelería y Turismo en Guardamar del Segura, Los Montesinos, San Miguel de Salinas y Torrevieja.

De este modo, visitar la Vega Baja del Segura es sinónimo de vivir una experiencia gastronómica única, gloria bendita.