El auténtico sabor de la vida se encuentra en los pequeños detalles, en esas cosas que nos hacen cada día un poquito más felices. Y en este sentido la Cereza de la Montaña de Alicante es una joya que nos alimenta de diversión y frescura, regalando ese toque de felicidad al que la prueba. Su color rojo rubí, su textura carnosa y su sabor especial, son los aspectos que hacen que sea una fruta única.

La Cereza de la Montaña de Alicante es uno de los productos que «Menjars de la Terra» pone especialmente en valor. Es por ello que este fruto singular estará presente en todos y cada uno de los menús que las jornadas gastronómicas ofrecerán en su recorrido por l’Alcoià, El Comtat y la Foia de Castalla la próxima semana, de lunes a viernes, con la participación de los restaurantes La Gruta de Víctor, en Alcoy; Casa Vicentica, en Cocentaina; Casa Paqui, en Castalla; Pirámide, en Banyeres de Mariola; y L’aplec, en Onil.

Esta fruta nace en una de las áreas mas singulares del norte de Alicante, donde los paisajes con mayor relieve montañoso son los protagonistas. La cerezas de la montaña de Alicante crecen en un microclima mediterráneo templado, normalmente de elevada pluviometría y con temperaturas frías en invierno y templadas en primavera. Estas características agroclimáticas provocan que la cereza sea más temprana, dando lugar a una fruta de características excepcionales.

Sus propiedades aportan numerosos beneficios relacionados con la mejora de la salud y el bienestar

La producción media anual oscila entre 1.500.000 y 6.000.000 de kgs, aunque cabe recalcar que en estos últimos años una climatología bastante alterada respecto a la habitual de la zona, con unos inviernos demasiado calidos y unos cambios continuos de temperatura, están afectando gravemente a la producción. La fecha aproximada de recolección es de la segunda quincena de abril a finales de julio, aunque esta fecha varía ya que depende de las circunstancias climáticas.

Las variedades predominantes amparadas por el Consejo son Burlat, Early Lory y Nimba como variedades más precoces, Prime Giant, Brooks, Stark Hardy Geant, Frisco y Santina, como variedad de mediana estación, además de Picota, Picota ambrunesa, Sweet Heart, Sonata, 4-84 y Lapins como variedades tardías.

La Indicación Geográfica Protegida Cerezas de la Montaña de Alicante certifica desde 1991 la exquisita calidad de sus cerezas, identificándolas con este Sello de Calidad IGP, que los consumidores pueden encontrar en las cajas. Este sello de calidad IGP garantiza la calidad vinculada al origen de la Montaña de Alicante, donde las cerezas cumplen con estrictos pliegos de condiciones. Además del origen y calidad, este sello garantiza otros valores como la sostenibilidad en los métodos de producción y recolección de las cerezas.

Esta fruta nace en una de las zonas de la provincia donde los paisajes con mayor relieve montañoso son protagonistas

La principal zona de producción está compuesta por los siguientes municipios de la provincia de Alicante: Vall de Gallinera, Planes, Benimarfull, Vall d’Alcalá, Almudaina, Ibi, Alcoy, Xixona, Muro de Alcoy, Penáguila, Benifallim y Villena; y de la provincia de Valencia: Ontenient y Bocairent.

Las plantas de envasado asociadas al Consejo Regulador llevan a cabo minuciosos controles de calidad y verificación para certificar y acreditar la calidad de una cereza única y exclusiva.

Gracias a esta calidad lograda, la cereza de la Montaña de Alicante se ha convertido en una fruta que nos deleita con su sabor especial. Una fruta con personalidad propia cuyas propiedades aportan numerosos beneficios, todos ellos relacionados con la mejora de la salud y el bienestar.