Cambio express en playa Condena y drama asegurado en Supervivientes. El programa obligó a los concursantes a que cambiaran de playa rápidamente. Esto les obligó en pocos minutos a recoger todos sus objetos personales y del grupo, pero claro, alguno se quedó en la playa.

Es por ello que este martes Poseidón ha querido que puedan recuperar alguno de sus objetos personales jugando al “Dilema de los dioses”. Este reto no resultó ser sencillo, pues implicaba elegir entre un beneficio individual o realizar un acto de solidaridad hacia los demás participantes, decisión que venía acompañada de una penalización.

Los participantes se enfrentaron a este desafío de manera individual, teniendo que seleccionar un color que determinaría su penalización específica. La opción de asumir este castigo abría dos caminos: uno dirigido a satisfacer una necesidad personal y otro enfocado en el bienestar colectivo o de un compañero en particular.

Miri Pérez-Cabrero fue la primera en tomar una decisión dentro de "El dilema de los dioses". Para ella, recuperar su pintalabios, que contenía mensajes de sus seres queridos antes de su partida a Honduras, era de gran importancia. Sin embargo, al enfrentarse a la elección entre el pintalabios o proporcionar alimentos para todo el grupo, Miri, visiblemente emocionada, optó por el bienestar colectivo, asumiendo la tarea de servir como mayordomo por un día en Playa Olimpo a cambio de las latas de comida. “Sería completamente imposible que yo estuviera en la playa con mi pintalabios y sin comida para el resto”, decía Miri.

Ángel Cristo aceptó la penalización de estar esposado a Blanca durante un día, lo cual no consideró un inconveniente. La verdadera prueba para él fue decidir entre una llamada con su novia, Ana, o elegir alimentos para compartir con su equipo: tortitas y café durante cinco días. Ángel, emocionado, eligió alimentar a sus compañeros, sacrificando su oportunidad de comunicarse con su novia. “Ana, amor mío, lo siento mucho, pero elijo la comida para los compañeros”, decía Ángel llorando.

Por su parte, Gorka se vio ante la disyuntiva de escoger entre un banquete personal de patatas fritas y pollo asado o la toalla de la hija de Javier Ungría, perdida durante el traslado y sumamente importante para su compañero. La penalización asignada a Gorka fue la captura de cinco peces, tarea que aceptó con entusiasmo. Su elección reflejó el fuerte lazo y respeto que tenía por Javier, optando por recuperar la toalla. “Es la persona que más me ha sorprendido en esta aventura, es una persona que no pensaba que me iba a llevar tan bien con él. Se que su hija es todo para él y voy a coger la toalla”, decía entre lágrimas.

Marieta tuvo la oportunidad de decidir entre recuperar su ropa interior olvidada o seleccionar gafas de buceo para el grupo. A cambio, debía usar un taparrabos, decisión que tomó con humor y determinación, eligiendo el beneficio colectivo sobre su comodidad personal.

Javier Ungría tuvo que elegir entre recuperar su saco completamente olvidado durante la mudanza o asegurar el fuego para el equipo. Decidió aceptar la penalización de renunciar a su ración de comida por un día en favor del otro equipo, priorizando la necesidad grupal del fuego.

Blanca, la única que no elige para el grupo

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Blanca enfrentó el desafío de pasar un día sin visión y esposada a Ángel como parte de su penalización. Se le presentó la opción de elegir entre una foto de su familia o almohadas para el resto de los participantes. Blanca, emocionada, escogió conservar la fotografía familiar. “La foto, evidentemente”, decía la deportista.

Estamos seguro de que esta decisión de Blanca tendrá difíciles consecuencias entre sus compañeros, ya que todos renunciaron a su objeto personal en favor del grupo, menos ella.