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Mejor proyectos y hechos

No hay ni un solo inquilino de la Plaça de Baix que en los últimos años, con más o menos intensidad, no haya aprovechado para hacer bandera de la reivindicación para que la Dama vuelva a Elche, incluso desde antes de hacerse con el bastón de mando. Sin embargo, da la sensación de que en este tiempo nuestros políticos se han movido más a golpe de pataletas, sin más argumentos que el sentimental, que con proyectos sólidos. La única excepción a la regla se produjo en 2006. Coincidiendo con la inauguración del Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE) -ahí sí hubo proyecto-, el equipo de Diego Maciá logró que la escultura, como ya ocurriera en 1965, volviera a Elche, a través de una cesión temporal. Desde entonces, por más que se ha pedido, nada. Da igual que en el Gobierno central haya estado el PP o el PSOE. Elche pedía, Madrid se oponía. Ahora, la comisión bilateral creada entre el Ayuntamiento y el Consell para pedir el regreso de la Dama -comisión que nace cuando ya han pasado nueve meses desde que se vendió a bombo y platillo- anuncia que uno de los primeros pasos va a ser redactar un proyecto museográfico para convertir Elche en el referente nacional del arte ibérico. Y lo hace después de que el Gobierno central haya descartado otra vez cualquier posibilidad de cesión temporal o permanente, con unos argumentos de lo más peregrinos.

Ante ello, la sensación que queda es que se ha empezado la casa por el tejado. Cuando alguien busca algo -y más en política- debe tener muy claros los objetivos y, sobre todo, los argumentos. A lo mejor hubiera sido más efectivo hacer primero el proyecto y luego pedir. De lo contrario, te arriesgas a que todo se quede en palabras y te tachen de oportunista. Sea como sea, hace falta un proyecto, pero también hechos y predicar con el ejemplo. No podemos aspirar a convertirnos en referente nacional del arte ibérico y pedir la Dama si no somos capaces de conservar y valorar lo que ya tenemos. Ahí está el patrimonio hídrico abandonado. Y las torres vigía declaradas Bien de Interés Cultural literalmente por los suelos o, en el mejor de los casos, reformadas y reconvertidas en burdel. Y las resistencias a dar la catalogación de BIC a puentes como los de Canalejas, la Virgen y Riegos de Levante o a los nuevos Baños Árabes. Está eso y una ciudad que no tiene arqueólogo municipal -por más que el equipo de gobierno diga que es cuestión de tiempo-, y que a veces parece que sólo se acuerda de La Alcudia -cuna de la Dama- el 4 de agosto. En fin, habrá que ver si no queda todo otra vez en palabras.

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