Estrella Morente en concierto TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE
Producciones Faraute. De casta le viene el duende flamenco a la cantaora granadina. Joven y ya veterana en estas lides, controla perfectamente los quejidos, los arrebatos y los desplantes en un repertorio donde la tradición y las nuevas tendencias se unen. Las raíces clásicas y la renovación circulan por sus venas, y todo ello lo transmite a los numerosos aficionados a este viejo y juvenil arte andaluz con reminiscencias árabes e hindúes. El cante lo sirve una estrella, Morente, de ilustre apellido. El toque lo pone la saga de los Montoyita, José Carbonell y la segunda guitarra de Monti. Las palmas y los coros corresponden a Antonio Carbonell y José Enrique Morente, y la percusión es cosa de Pedro Gabarre «Popo». La familia casi al completo. Y ese particular estilo de la cantaora con su sencillez, autenticidad y pasión flamenca, como se puede comprobar en sus grabaciones y en los conciertos. Lucen, a lo largo de una hora y media, «Habanera imposible» (Carlos Carno), tarantos de Almería o «Soleá de los cañaverales». Las variaciones musicales diversifican la estética y el sonido. Estrella Morente interpreta sentada y de pie para variar un poco. Cambia de vestuario, del negro al blanco, y se apoya en un mantón y en un abanico posteriormente. Las voces de los palmeros tienen también sus minutos de gloria individual, sobre todo por la potencia y claridad de Antonio Carbonell, y el cajón de Popo contribuye a redondear la jugada. Homenajea a La Faraona con «A Lola», y canta «La noche de mi amor», entre otros temas. No lo dice, pero las huellas de su padre Enrique siempre están ahí. Se atreve a dar algunos pasos de baile, evocando la figura de su madre, la bailaora Aurora Carbonell, y mueve el mantón oscuro como si fuese un capote torero. Las magistrales cuerdas acompañan a la granadina con sus aires festivos, elegantes o amargos. Una vigorosa y suave voz, a la vez, que sale a la luz, además, cuando interpreta «La Gazpacha. La Repompa. La tía Concha». Al concluir obsequia el famoso tango «Volver» (Carlos Gardel) con la adaptación que de él hace la premiada y versátil cantaora Estrella Morente, y los calurosos espectadores se rindieron, seducidos y puestos en pie, ante ella y los suyos.