Últimamente se escucha en los plenos municipales y se lee en la prensa que el urbanismo municipal está paralizado. Permítanme que les diga que esa supuesta paralización causa extrañeza y perplejidad en la Concejalía de Urbanismo. Nadie en la concejalía, ni yo mismo ni los técnicos adscritos a Urbanismo, sabe de qué se está hablando cuando se menciona esa pretendida parálisis. Basta acudir cualquier día de la semana a la planta baja de nuestra sede, en el nº 5 de la Plaza del Ayuntamiento, para observar a las personas que esperan en la Oficina de Información. Unas personas que son atendidas a diario: plantean sus preguntas y sus dudas, consultan expedientes y presentan sus escritos. Eso es urbanismo y funciona.

Es cierto que en la concejalía falta personal, fruto, por una parte, de una reforma anterior al actual mandato corporativo que redujo significativamente el número de trabajadores de la concejalía, y, por otra parte, de las jubilaciones y de la falta de reposición de efectivos producto de la crisis y de los efectos del plan de ajuste aprobado por el anterior equipo de gobierno del PP, por no hablar de la aún insuficiente respuesta que han recibido nuestras continuas demandas de medios humanos. Pero ello no significa que haya parálisis. Antes bien, los trabajadores de la concejalía están arreglando los desperfectos ocasionados por la crisis ?nos encontramos expedientes de licencias pendientes de resolver desde los años 2008 y siguientes que por fin se están resolviendo? y, a la vez, están afrontando la cada vez más visible recuperación del sector inmobiliario: las licencias han comenzado a tramitarse en plazos razonables, y continuamos trabajando en ello para mejorarlos. En este sentido cabe destacar que el incremento de expedientes en el año 2016 fue del 40% respecto al año anterior y que, a final de este año, ese porcentaje se superará con creces. Eso es urbanismo y funciona.

Durante lo que llevamos de legislatura y pese a la evidente carencia de personal, los técnicos municipales han conseguido desbloquear planes que estaban enquistados desde hace años, como el Sector 2 del PAU 5, el PAU 3, Benalúa Sur o el Plan Parcial 1.4 Albufereta, han elaborado el primer Catálogo de Protecciones de la ciudad ?bloqueado y paralizado en el pleno por los mismos que dicen que el urbanismo está «paralizado»? y diversas modificaciones puntuales del Plan General, del Plan Especial del Casco Antiguo o del Centro Tradicional, y han encajado en sus agendas reuniones maratonianas para viabilizar asuntos tan trascendentes para la ciudad como el plan especial de la operación integrada nº 2 y su Parque Central. Y la legítima presión de la ciudadanía continúa. Eso es urbanismo y funciona.

¿Y el Plan General?, se pregunta la gente. ¿Qué sucede con el Plan General? Miren hacia atrás y comparen. Contratos externos fallidos y dinero público en el cubo de la basura tras un plan general opaco y sin participación real que acabó bajo sospecha de corrupción. Nuestro planteamiento ha sido radicalmente diferente. El Plan General ?en definitiva, el documento urbanístico de mayor importancia para la ciudad? se está elaborando desde dentro. Por funcionarios municipales. Por los mismos funcionarios que han redactado el Catálogo de Protecciones y las últimas modificaciones puntuales del vigente Plan General, necesarias para adaptarlo a las nuevas exigencias. Y se va a llevar a cabo un amplio proceso de participación pública antes de que se dibuje una sola raya.

El arranque en la redacción del Plan General se llevó a cabo con la creación, a finales del año pasado, de la Oficina del Plan General. Desde entonces, los tres funcionarios adscritos a la misma han estado trabajando en la redacción del Catálogo de Protecciones ?un documento que cualquier Plan General tiene que incorporar? y en la contestación de las alegaciones presentadas al Catálogo, así como en algunas modificaciones del planeamiento general y especial, todo ello simultáneamente a la recopilación y elaboración de la imprescindible información que requiere un Plan General. A corto plazo, nuestro planteamiento es el de «averiguar» qué le sucede a la ciudad desde cualquier punto de vista, también el de la ciudadanía, un diagnóstico en base al que, a partir del Plan General, aportar las soluciones más adecuadas desde la perspectiva y con el alcance de un instrumento de planeamiento urbanístico.

Ahora bien, ello no compete únicamente a la Concejalía de Urbanismo. El Ayuntamiento está también en proceso de elaboración del Plan Estratégico de Ciudad, con el que debe coordinarse el Plan General. Y, al igual que aquel, con independencia de que haya un equipo redactor que lo materialice, el Plan General también atañe a todas las áreas competenciales municipales. Por este motivo, partiendo de que debe elaborarse desde dentro, es preciso el compromiso de todas las concejalías que integran el Ayuntamiento en su elaboración, de la misma manera que se está haciendo en el Plan de Ciudad. Y eso también es urbanismo y funciona.